“Cuando escuchamos esto por primera vez en la cabina de grabación en Universal, -comenta Stuart Cohen-, miré a John, y su expresión fue primero de alivio y después de asombro. Morricone había entendido perfectamente lo que John pretendía”. “En la sesión de grabación orquestal del día siguiente –continúa Cohen-, recuerdo que John llegó tarde y tímidamente tomó asiento en la parte de atrás, como si fuera un observador novato, mientras Morricone grababa el resto de la música para su película.”
Sin embargo, finalizadas las grabaciones, Carpenter sintió que la música de Morricone carecía de una transición más específica y de señales de suspenso. Así, durante el proceso de posproducción, decidió incluir más música, por lo que trabajó con su habitual colaborador y amigo Alan Howarth para componer música electrónica adicional.
Morricone por su parte, no trabajó sobre la película terminada, sino que en realidad compuso una serie de piezas musicales inspiradas en el film crudo que visualizó previamente en Roma, bajo las directivas recibidas de Carpenter, que fue tan lejos en sus exigencias como para pedirle al maestro que “no pusiera tantas notas” sino que “fuera simple y espeluznante” en su creación. El score final sería entonces una combinación del talento y la sensibilidad de ambos, aunque, sin embargo, no fue una colaboración completamente feliz.
A pesar de componer una cantidad sustancial de material orquestal, Morricone descubrió que la mayor parte de su trabajo fue ignorada, y que la única pista que se incluyó durante varios pasajes de la película, era la que se asemejaba más estrechamente al estilo electrónico de Carpenter: justamente el tema Humanity Part II, el famoso “bum bum”, que se convertiría en la pieza más comúnmente asociada con el film, como tema principal de The Thing.
Excelente
Armando, gracias por tu comentario.