


Frederic Torres nos introduce en el mundo de Alejandro Román a través del análisis de sus últimos tres discos editados por la discográfica Mousiké, con los que justifica sobradamente su candidatura a figurar en la primera línea de los compositores del cine español, junto a apellidos tan ilustres como los Gaigne, Iglesias, Baños, Velázquez, Moure, Palomares, de la Rosa, Capellas, Vidal, Arson, Bataller, Pastor, Valent, etc, etc., que pueblan, cada uno desde su distinta y diferente mirada, la denominada «industria» del cine español.
BSO REVIEW
LA ODISEA DE ALEJANDRO ROMÁN
La Odisea de Vasi - La pasajera - Estándar
por Frederic Torres
Descubrí antes a Alejandro Román por su faceta de teórico y divulgador de la música de cine a través de su primer libro, El lenguaje musivisual, semiótica y estética de la música cinematográfica, editado por Visión Libros, en 2008, el cual a la postre conformaría una trilogía junto a Análisis musical, guía de audición y estudio de la música cinematográfica, de 2017, y el reciente Composición musivisual, guía para la creación de música audiovisual, de 2022, también publicados por la misma editorial, que no por sus trabajos musicales para el cine, pues fue ya en 2012, gracias a la edición discográfica de la película El Perfecto Desconocido, editado por Karonte, (a la que seguiría una secuela musical titulada La Perfecta Desconocida, en 2013, edita por Mousiké), la que lo dio a conocer al mundillo de los aficionados a la música cinematográfica.
Y resultó que Román, aparte de ser docente desde 2003, momento en que ingresó en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, donde sigue impartiendo la asignatura «Composición para Medios Audiovisuales», en el Aula C.I.N.E.M.A., encuadrada dentro del Departamento de Composición y Sonología, había estado componiendo cortometrajes desde principios de la década de los noventa, además de abundantes obras propias independientes de la imagen.
Finalmente, mi contacto con él se produjo en una jornada organizada por la SGAE en València acerca de la música contemporánea empleada en el cine, interesante sesión a lo que siguió la redacción de un breve texto de presentación para la edición en compacto de la música del documental A Common Enemy/El Enemigo Común (2012), editado por la extinta discográfica Rosetta en 2017, que contó con una partitura plagada de referencias étnicas.
Músico ecléctico por excelencia, también pianista y orquestador (se le puede encontrar de manera habitual en partituras cinematográficas del gallego Sergio Moure), Román ha compuesto obras de todo tipo y condición, desde piezas sinfónicas a jazzísticas y rockeras, pasando por las cinematográficas (y dentro de estas, exhibiendo un registro caracterizado por una variedad de géneros digna de mejor causa), hasta el punto de contar con un catálogo de más de setenta obras propias, además de una treintena de cortos, y no menos de una decena larga de largometrajes.

Precisamente, apelando a ese eclecticismo, Román ha presentado, de nuevo a través de la discográfica Mousiké, tres nuevas partituras pertenecientes a tres películas muy diferentes, a las que ha sabido hacer frente con distinguida habilidad en el transcurso de estos dos últimos años.
Se trata de La Odisea de Vasi, una road movie en blanco y negro, dirigida y protagonizada por Vasileos Papatheocharis, que arranca en Alicante y termina en Grecia, no sin antes haber pasado por Francia, Italia y Albania; de la comedia Estándar, una fallida comedia plagada de personajes harto peculiares, dirigida por Fernando González Gómez, curtido cortometrajista, con el que Román volverá a trabajar (junto a Raúl Cerezo como correalizador) en La Pasajera, un estimable thriller fantástico, con alienígena de armas tomar de por medio.
En todas ellas ha contado con la inestimable participación del reconocido Trío Arbós, formado inicialmente (figura en la grabación tanto de La Odisea de Vasi, como en la de Estándar) por la violinista Cecilia Bercovich (sustituida después por Ferdinando Trematore en La Pasajera), el violonchelista José Miguel Gómez, y el pianista, Juan Carlos Garvayo, laureados en 2013 con el Premio Nacional de Música por su labor interpretativa.
Apoyado en sus precisas ejecuciones, Román construye sus partituras de un modo notable y destacable, pese al uso, en casi todas las películas citadas, de un importante repertorio de música diegética, de menor peso específico en el primer film convocado, La Odisea de Vasi, pues tanto Estándar como La Pasajera, destacan por el uso de la música clásica a la que es aficionado el protagonista, Tomás (Niko Verona), en la primera, y a los pasodobles incluidos en la cinta del reproductor de casette de la caravana que conduce Blasco (Ramiro Blas), el héroe improvisado del segundo film, La Pasajera.
Además, Román no descuida la música más actual, y ya en La Odisea de Vasi presenta temas pop/rock (como «Monster» y «La Odisea de Vasi (Título)», ambos provistos de la misma melodía), y atiende, como en el resto de todas sus grabaciones, a las programaciones de los sintetizadores.
Pero sobre todo, sabe hacer valer la máxima del «menos es más» como nadie, es decir, sacar el máximo provecho expresivo con el mínimo de instrumentación, de ahí la fundamental interpretación del Trío Arbós, como es el caso de la descripción musical de la entrañable relación entre Alexandra y su abuelo («Alexandra y el Abuelo»), al que ella llama «Yayo» (y al que el compositor dedica un tema específico, desarrollado inicialmente al piano), contando con la colaboración expresa de algún solista más de peso, como es el caso Luis Morate, quien se encarga tanto de las guitarras acústicas (en «¿Tú les has visto la cara?» y «El Corrector del Móvil», provistas de un sampler de acordeón en primera instancia), como eléctricas (caso de «Rihanna»).
La Odisea de Vasi – «Título» – music by Alejandro Román
Además, las características descriptivas a las que obliga una road-movie de estas características, las solventa el compositor con impagables fragmentos musicales de carácter dinámico («A Francia», «Camino a Italia», «Albania en Estado Puro» -que incorpora samplers de sabor étnico-, «Te lo Mereces (Camino a Grecia)»), que sabe combinar con los episodios intimistas y dramáticos que protagonizan los personajes («Alexandra y la Playa», «Estoy Embarazada»).
En cambio, para el caso de su colaboración con González Gómez (y Cerezo), el trabajo de Román, quien vuelve a contar con la importante colaboración del Trío Arbós, se ve obligado a convivir con una nutrida selección de temas preexistentes, la mayor parte de procedencia diegética, dado que tanto Tomás (Niko Verona), reponedor de productos del supermercado en el que se desarrolla gran parte de la acción de Estándar, y aficionado a la música clásica, que escucha con generoso volumen en su casa, el otro escenario en el que transcurre esta fallida comedia de factura casi amateur, como Blasco (Ramiro Blas), el protagonista de la inquietante La Pasajera, conductor de la caravana en la que transcurre prácticamente toda la acción fílmica, y que escucha pasodobles en bucle (él y el resto de pasajeros) que reproduce el radio-cassette en el que ha quedado atascada una cinta que es imposible de sacar del citado aparato, podrían afectar en gran medida su colaboración musical.
Y en parte, así ocurre, puesto que tal vez el espectador queda un tanto mediatizado por el conocimiento previo de determinadas obras de Beethoven, asociadas a Tomás, en la primera, como algún pasodoble popular, caso de “Paquito, el Chocolatero”, o “Suspiros de España”, en lo tocante a Blasco, en la segunda.
Pero Román no se deja amedrentar por esta situación por lo que igual compone una pegadiza y descriptiva canción, «Estándar», con la connivencia del letrista A. Hernández, y la interpretación de Jorge Salán (también a la guitarra), y Sara Socas, para la parte rapera de la canción (quien también hace los coros), bien apoyados por la batería de Edu Cominato, que una rica partitura que se adentra en la definición de los personajes, con la ayuda del clarinetista Salvador Salvador, y el fagotista Vicente Palop (por ejemplo, para describir a «Carmen, la Cajera del Súper», una de las coprotagonistas, a «Fermín, el Padre de Laura», y también para «Francisco, Inspector de Policía»), en la descripción de la vida cotidiana del protagonista («Rutinas», protagonizada por la cuerda, en la que integra los pizzicatos como modo de descripción, y «Al Súper en Bici», en la que a estos se le une el viento y el piano, en un desarrollo de corte cotidiano que muestra la felicidad rutinaria del peculiar Tomás), o en los numerosos factores tensionales del supuesto crimen cometido sobre Laura (Susana Abaitua), a quien Tomás descubre en el congelador del supermercado en el que trabaja («Misterio en el Congelador», caracterizada por los scherzos de la cuerda y las disonancias al piano).
Estándar – «Estándar» – music by Alejandro Román

Estándar – «Rutinas» – music by Alejandro Román

Estándar – «Conduciendo hacia el súper» – music by Alejandro Román
A partir de aquí, tratará de encubrir el crimen («Conduciendo Hacia el Súper», «La Investigación»), hasta que se revele que Laura sigue viva y refugiada en la casa de Tomás, momento en el que ambos, tras la inicial sorpresa de la protagonista femenina, decidirán descubrir al culpable del intento de asesinato («Preparando la Trampa», «Descartando Sospechosos», «Rutinas para Pillar al Asesino», «Investigando los Hábitos de los Clientes»), situación que se constituye en el núcleo principal del relato, que incluye momentos de comedia negra protagonizados por el clarinete («P de «Pardillo»», «¿Qué Cadaver?») en su resolución, directamente dedicados a Tomás.
Una música muy disfrutable en escucha aislada, que se sitúa muy por encima de la desangelada comedia a la que sirve, que dispone de un guion con posibilidades sobre el papel, pero también de una pobre traslación cinematográfica, acrecentada en una dirección de actores poco ajustada.
Sin embargo, la entrada en acción de Raúl Cerezo en el siguiente proyecto de González Gómez, en el que se produce un giro total en cuanto al género elegido, que no es otro que el de terror, con un alienígena de armas tomar que hará pasar un infierno a la extraña pareja que forman el veterano Blasco (Blas) y la joven adolescente Marta (Paula Gallego, más conocida por su rol de María, la más joven de los cuatro hermanos Alcántara de la exitosa y longeva serie de TVE, Cuéntame Cómo Pasó), dota de mucha mayor solvencia a los aspectos narrativos, y ofrece una oportunidad magnífica para que Román cambie de registro y se pase a una música más contemporánea, muy propia y adecuada al cine de este género, como se puede observar ya en el tema central («La Pasajera (Tema Principal)»), con el propio compositor encargándose de las programaciones (de mayor peso en este trabajo, como revela la sonoridad fantasmagórica de «La Niebla», y en la extraterrestre del breve prólogo, por cierto protagonizado por Niko Verona, descrita en «Los Excursionistas», así como en otros pasajes, como el de «El Atropello», «¡Corred!», y «Aullido»), y con Garvayo liderando el Trío Arbós (al que se incorpora Trematore, como se ha comentado antes), pero también ejerciendo de director de la formación de cuerda, Camerata da Vinci, para reforzar la contribución orquestal al proyecto («El Bosque», «La Separación»).

La pasajera – «La pasajera, Pt. 1» – music by Alejandro Román
La música de Román es la que marca el tono de la narración («La Quinta Pasajera», «La Huida», «La Gasolinera», todas ellas de tonos y tendencias tensionales), mientras que los pasodobles citados ocupan los momentos de (ligero) esparcimiento de que disfrutan los protagonistas. Hasta llegar al clímax («Blasco y la Vane», que es el nombre de la furgoneta a la que tanto aprecio tiene el protagonista), todo un tour de force de más de seis minutos de duración, en los que Román emplea tanto sus recursos orquestales como electrónicos.
Por supuesto, la dispar pareja protagonista dispondrá de su momento («Marta y Blasco»), en la que se cuenta con la colaboración en la guitarra eléctrica de Jorge Salán para fusionar el mundo del pasodoble con la música incidental. El final circular («El Bar», que concluye con el detalle de la percusión, una especie de murmullo en forma de pequeños chasquidos, que caracteriza a la alienígena), dará paso a los créditos finales («La Pasajera (Créditos)»), redondeando una desasosegante y muy bien interpretada partitura, en la que se nota el extraordinario y cuidado trabajo realizado por su creador, que con estos tres discos da un firme paso adelante para presentar su candidatura a figurar en la primera línea de los compositores del cine español, junto a apellidos tan ilustres como los Gaigne, Iglesias, Baños, Velázquez, Moure, Palomares, de la Rosa, Capellas, Vidal, Arson, Bataller, Pastor, Valent, etc, etc., que pueblan, cada uno desde su distinta y diferente mirada, la denominada «industria» del cine español.
La pasajera – «El bar» – music by Alejandro Román
