Era 1986. Entrega del Oscar de la Academia a Mejor Banda Sonora Original. Un resignado Bruce Broughton asistía a lo que era número puesto. El maestro John Barry se llevaba la estatuilla por su indiscutible e irrepetible partitura para Memorias de Africa (Out of Africa) de Sidney Pollack, que arrasó con los premios de ese año, dejando a Steven Spielberg sin ninguna de sus 11 nominaciones por El color púrpura, incluida la banda sonora de Quincy Jones.
Pese a todo, la mera nominación de Silverado había significado un logro impresionante para un compositor semidesconocido como Broughton, recién salido de la televisión en la que ya tenía una extensa y consolidada carrera escribiendo música para distintos episodios de muchas series importantes durante la década del setenta y principios de la del ochenta, como La ley del revólver, Mujer policía, La fuga de Logan, Chips, Barnaby Jones, Hawaii 5-0, Buck Rogers en el siglo 25, Los Hart, Quincy y Dallas.