
COMBAT! (1962-1967)
Combate / Hazañas bélicas
Leonard Rosenman: Música "a ciegas"
por Eduardo J. Manola
Combat! TV theme – Full Studio version – Leonard Rosenman
Todos los que hemos crecido en los años sesenta jamás olvidaremos aquellas tardes de televisión en la que ese entrañable aparato amigo nos permitía transportarnos a épocas y lugares a los que ni soñábamos llegar. Las series norteamericanas e inglesas, con sus particulares formatos, se multiplicaban y abarcaban diferentes géneros como la ciencia ficción, las aventuras de capa y espada, el western, el policial, el espionaje, las misiones imposibles y, cómo no, el bélico, que quedó representado por un puñado de series, entre las que recordamos Comando en el desierto (The Rat Patrol, 1966-1968), Los comandos de Garrison (Garrison’s Gorillas, 1967-1968), Los tigres voladores (Baa Baa Black Sheep, 1976-1978), y Ataque (The Gallant Men, 1962-1963).

Baa Baa Black Sheep theme song – music by Ted Post



Pero la reina de las series de guerra fue, es y seguirá siendo Combate / Hazañas bélicas (Combat!, 1962-1967), que se mantuvo en antena durante cinco temporadas (la última en color) con un tremendo éxito, nominada a tres premios Emmy, y con incontables reposiciones y re-runs en todo el mundo.
Las peripecias de un pelotón de soldados norteamericanos de la Compañía K durante la campaña de Francia en la Segunda Guerra Mundial, desde su desembarco en las playas de Normandía en el célebre D-Day que significó la apertura del frente occidental en Europa y el comienzo de la derrota de la Alemania nazi, son contadas desde una visión americana, por supuesto, con los clichés y convencionalismos de la época, que combina el culto al heroísmo y la crítica a la futilidad de la guerra.


El reparto de actores que encarnaban a los soldados habituales, permanentes y, casi se podría decir, inmortales de la serie, incluía a Vic Morrow, veterano actor y cara conocida en infinidad de series que alcanzó su popularidad con Combate como el experimentado y paternal Sargento “Chip” Saunders; Rick Jason, también habitué en la televisión, como el teniente Gil Hanley; Jack Hogan era el quejoso William Kirby; Pierre Jalbert, encarnaba a Caje; el pantagruélico Dick Peabody como Littlejohn; Tom Lowell como Billy Nelson, y Conlan Carter como el Doc.







A ese elenco estable se uniría una enorme lista de actores invitados, en la que figuraban, por nombrar solo algunos, Lee Marvin, Albert Paulsen, Robert Duvall, Sal Mineo, Claude Akins, Simon Oakland, Nick Adams, Richard Basehart, Telly Savalas, Fernando Lamas, Frank Gorshin, Keenan Wynn, Leonard Nimoy, Jeffrey Hunter, James Caan, Robert Culp, Marisa Pavan, Neville Brand, Roddy McDowall, Mickey Rooney, Frankie Avalon, Charles Bronson, James Coburn, John Cassavetes, Chad Everett, Robert Loggia, James Whitmore, Bill Bixby, Ricardo Montalban, James Franciscus, Howard Duff, Faith Domerge, Harry Dean Stanton, Henry Daniell, Alida Valli, Dennis Hopper, Warren Oates, Richard Anderson, y Richard Jaeckel.





Durante la Segunda Guerra Mundial, un sargento del cuerpo de Infantería del Ejército de los Estados Unidos fue testigo directo de los horrores de la contienda más terrible que sufrió la humanidad. Ese sargento era Robert Pirosh, guionista norteamericano que antes de la guerra ya había trabajado en Hollywood. Había co-escrito dos películas de los Hermanos Marx (Una noche en la ópera, 1935, y Un día en las carreras, 1937), y también colaborado en el guion de El mago de Oz (1939), aunque sin acreditar. Luego del conflicto llegó a ser productor y dirigió cinco películas, entre ellas una de guerra, A por todas (Go for Broke, 1951). Participó en la terrible Batalla del Bulge, que fuera la última ofensiva de Hitler también conocida como la Batalla de las Ardenas y que tuvo a maltraer a parte de un cuerpo de ejército americano, atrapado en la célebre localidad de Bastogne. Justamente, Pirosh, como tributo a esos heroicos combatientes y compañeros, escribirá en 1949 el guion del film Fuego en la nieve / Sangre en la nieve (Battleground, William A. Wellman) en el que también será productor asociado, que cuenta la resistencia de una Compañía americana en Bastogne, con Van Johnson y James Whitmore en los protagónicos, libreto por el que ganó el Oscar en 1950.
EL ORIGEN DE UNA SERIE INOLVIDABLE



En 1962, Pirosh, que seguía marcado por sus experiencias en aquella cruenta batalla, buscó reflotar recuerdos y repetir homenajes escribiendo el guion de Comando (Hell is for Heroes, Don Siegel), protagonizada por Steve McQueen, que se considera fue el film que lo inspiró para crear su obra más exitosa: Hazañas bélicas (Combat!).
Combate (tal como se conoció en Latinoamérica) se tituló originalmente “Men in combat” (Hombres en combate), pero el nombre fue cambiado justo antes de su estreno televisivo el día 2 de octubre de 1962, por la cadena ABC, tres días antes del estreno de la serie considerada su “prima”, Ataque (The Gallant Men), en la misma cadena. Combate fue la primera serie en seguir las aventuras de un grupo de soldados en el frente de batalla, y lo hizo sin glorificar la guerra, sino mostrando su lado más intimista, un microcosmos trágico que marcaría fatalmente a sus protagonistas.

UN EQUIPO DE EXCEPCIÓN
Selig J. Seligman, otro veterano de la Segunda Guerra Mundial, que sirvió como abogado en el Juicio de Nüremberg, fue el productor ejecutivo de la serie, y como tal, fue el responsable de reunir y coordinar con habilidad un grupo de talentosos profesionales de las distintas ramas: escritores, directores, y actores, que fueron entrando y saliendo durante las cinco temporadas.
Por sus 152 episodios pasaron directores de renombre como Robert Altman, Richard Donner, Boris Sagal, Laslo Benedek, Tom Gries, Bernard McEveety, Ted Post, Burt Kennedy, y el mismísimo Vic Morrow se dio el lujo de dirigir siete capítulos. Altman dirigió diez episodios, pero los protagonistas de Combate le adjudican el haber establecido la imagen y el espíritu de la serie. Morrow lo consideraba como su principal influencia. Fue Altman quien elevó el personaje de LittleJohn, que había comenzado como un soldado más, y también introdujo la técnica de la “cámara en mano”, muy rara en ese momento, encuadres complicados, planos ensuciados con humaredas o polvo, y la utilización de la iluminación con una estética propia del film noir. Lamentablemente, el mal carácter de Altman hizo que renunciara antes de finalizar la primera temporada. A Burt Kennedy, por su parte, se lo sindica como el diseñador del “corazón y el alma” de Combate, dotando al sargento Saunders de su inquebrantable convicción moral y haciendo madurar las relaciones entre los personajes del pelotón. Bernard McEveety fue el más prolífico director de la serie con 31 episodios, y Richard Donner tuvo la peor relación con los actores.

JAQUE MATE REY 2, AQUÍ TORRE BLANCA…CAMBIO: DATOS Y CURIOSIDADES
Uno de los elementos emblemáticos de Combate era la famosa ametralladora Thompson que portaba el bueno del sargento Saunders. Era en realidad un subfusil estadounidense diseñado por John Taliaferro Thompson en 1919, que adquirió mala fama durante la época de la Ley Seca, usada por policías y gangsters, y había tenido su protagonismo en otra gran serie, Los intocables, aunque con su típico cargador redondo. Cuenta la leyenda que la “Tommy Gun”, como también se la conocía, iba a ser portada por el Teniente Hanley (Rick Jason), pero que tras dos días de rodaje el actor se quejó de su peso y pidió su reemplazo por la más ligera carabina M1, que terminaría llevando durante toda la serie. Dos semanas después, Vic Morrow se unió a su compañero en la protesta, así que la producción fabricó una réplica de menor peso en madera, que Saunders cargaba hasta que se filmaban las secuencias de tiroteos, momento en que le entregaban la real para que la disparara, por supuesto, con balas de salva.

Curiosamente, Vic Morrow había nacido el 14 de febrero de 1929, es decir el fatídico día de la Matanza de San Valentín en Chicago ordenada por Al Capone, evento fuertemente asociado a la ametralladora Thompson.
Los cascos regulares de acero de los soldados también trajeron sus cuestionamientos en cuanto al peso, siendo reemplazados por cascos equipados con carcazas de fibra de vidrio más livianas y hechas a medida para cada actor. El famoso casco que distinguía al Sargento Saunders no era, como muchos fans creyeron, el camuflado del Cuerpo de Marines, lo cual hubiera supuesto un grave error de autenticidad histórica, sino que estaba cubierto por un trozo de nylon cortado del dosel de un paracaídas de las tropas aerotransportadas estadounidenses implicadas en el Día-D.

Una escena de la serie con el doblaje neutro utilizado en Latinoamérica
El actor canadiense Pierre Jalbert había sido campeón nacional de ski de Canadá y en 1952 viajó a Hollywood en busca de trabajo. Durante diez años fue asistente de montaje en los estudios MGM, hasta que firmó para el papel del cabo Paul “Caje” Lemay, personaje que se decía nacido en New Orleans y de ascendencia francesa, lo que justificaba su intervención como traductor del pelotón. En el episodio “A Day in June” de la primera temporada de la serie, se lo nombra varias veces como “Caddy”. Algunas fuentes afirman, erróneamente, que se trataba de un personaje diferente y que luego se modificó a Caje. En realidad, “Caddy” era una forma expresiva de llamar a los soldados que provenían del estado de Louisiana. Allí se localiza un grupo étnico descendiente de los acadianos o cadianos, también llamados “cajunes”, que tienen una lengua o dialecto (el cajún) proveniente del francés. Recordemos que la Louisiana había sido colonia francesa. El sobrenombre Caje, que se da al personaje de Pierre Jalbert, se deriva de la palabra “cajún”. En Japón, el personaje se llamaba Kerry, pues Caje sonaba fonéticamente como “policía detective”.
Una de las frases más famosas y recordadas de la serie fue “Jaque Mate Rey 2, aquí Torre Blanca…cambio”, que los protagonistas utilizaban como codificación para comunicarse con otras unidades a través de las radios de campaña.


LA MÚSICA DE COMBATE
Cuando Robert Pirosh comenzó a delinear su proyecto para lanzar Combat! en la cadena ABC de televisión, de inmediato pensó en encomendarle la banda sonora al compositor neoyorquino Leonard Rosenman, quien había puesto música justamente a Hell is for Heroes, la película que, como vimos, fue la base de inspiración de la serie y en la que Pirosh, además de aportar la idea, fue su guionista.
Cuenta Robert Blees, que ofició de productor en los inicios de la serie y luego renunció (siendo reemplazado brevemente por Robert Altman), que Combate tenía un enorme trabajo de edición de sonido, pues la intención era otorgar el máximo realismo y autenticidad a las secuencias de batalla. Y en ese aspecto, los realizadores consideraron esencial que la música que se insertara en las imágenes aportara calidad y profundizara el dramatismo de la guerra.


Rosenman fue contratado para musicalizar el episodio piloto, pero justo en ese momento obtiene una beca para estudiar en Roma. El problema era que iba a ser imposible enviarle ningún material rodado para que el compositor pudiera tener de base para escribir la partitura. Blees comenzó a barajar el reemplazo de Rosenman, convencido de que esa situación hacía imposible que éste compusiera la banda sonora. Sin embargo, Rosenman se reunió con Blees días antes de partir a Italia y le propuso asumir la tarea a pesar de todo, asegurándole que podría cumplir con el contrato.
La idea era componer la música “a ciegas”, sin contar con escenas ni montajes de la serie. Con algunas dudas, Blees accedió. Así, Rosenman viajó, se instaló en Roma y comenzó a trabajar. Escribió entre ocho y diez horas de pistas de un minuto cada una, y algunas de treinta segundos con material de acción. A ese material lo completó con fragmentos en los que unía pistas de un minuto seguidas de otras de dos minutos, otras de tres minutos y una última de música más suave. Luego alternaba esos fragmentos. Con ello construía un conjunto de pistas básicas diversas con las que el equipo de montaje de la serie tenía que trabajar para adaptarlas, según sus necesidades, a las secuencias de cada episodio. Es decir, un proceso para nada usual, ya que la regla es que la música se compone viendo las escenas a las cuales se adaptará, y no al revés.

Los paquetes de pistas pregrabadas que Rosenman enviaba regularmente a la Selmur Productions eran identificados por el compositor con títulos que describían el tipo o tono de música que incluían, ello para ayudar a los montadores su localización en el trabajo de edición. «Tortured Crawling», «More Tortured Crawling», «Confused #1», «Man Drowns», «Soldiers Searching» y «Saunders’ Theme», eran algunos de los títulos descriptivos.
En este video se puede escuchar parte del trabajo de score de Leonard Rosenman para Combat!

Como dato curioso cabe mencionar que existió una versión con letra del tema de Combate escrita por Leonard Adelson. Si bien hay información que indica que hubo una discográfica involucrada, Ampco Music, y un copyright de 1965, no hemos encontrado registros de que la canción se hubiera editado.
Combat! Theme Song
Words by Leonard Adelson
Music by Leonard Rosenman
copyright 1965 by Ampco Music
VERSE
Proudly we bear the name of the Infantry,
Knowing we share the fame of the Army Infantry,
Where-ever liberty’s battle must be won,
The Infantry has gone and so it shall go on.
Where there’s a job to be done is where we’ll be,
For we are the fighting men of the Infantry.
CHORUS
Follow me, left, right,
Follow me, left, right,
We’ll go marching to hell and back if it has to be.
Follow me, left, right,
Follow me, left, right,
We’re the ever ready men of the Infantry.

El resultado de la estrategia musical de Rosenman fue excelente y la música que compuso funcionó perfectamente. En el libro “TV’s Biggest Hits”, de Jon Burlingame, Leonard Rosenman compara el estilo de sus composiciones para Combat! con el del compositor de vanguardia Gyorgy Ligeti (que adquiriera cierta popularidad cuando Stanley Kubrick incluyó algunas de sus piezas en la banda sonora de 2001: A Space Odyssey).
Por supuesto, lo que destaca de la efectiva banda sonora de Combate es la pegadiza marcha que Rosenman compuso para los títulos principales, la sintonía de la serie, que ha quedado grabada en la memoria colectiva de los fans y es parte indiscutible de la historia de la música escrita para televisión.


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