
JONNY QUEST (1964-1965)
Las aventuras de Jonny Quest
Hoyt Curtin: El alma musical de Hanna&Barbera
por Eduardo J. Manola
Jonny Quest Main Title – Hoyt Curtin
La extraordinariamente eficaz, popular y entrañable factoría Hanna & Barbera, contó desde sus inicios con una breve pero efectiva lista de músicos y compositores que imprimieron sus respectivos estilos a las distintas producciones de dibujos animados que poblaron con su estética y simpatía las emisoras de televisión, entreteniendo con sus personajes a varias generaciones de niños y adolescentes.
Bill Hanna y Joe Barbera fueron, además de talentosos animadores, dos grandes e inteligentes productores que supieron rodearse de los mejores colaboradores en los distintos departamentos técnicos que se abocaban a desarrollar su inagotable fuente de ideas y proyectos.


EL DÚO DINÁMICO DE LOS CARTOONS
William Denby Hanna nació en Melrose, Nuevo México, el 14 de julio de 1910, tercer hijo, y único varón, de una familia de siete hermanos en la que su padre era supervisor de la construcción de sistemas de alcantarillado y embalse en el Oeste de Estados Unidos. Desde temprana edad, y a instancias de su madre, ama de casa de sólidas convicciones religiosas y amante del arte, Bill se interesó por la escritura y tomó clases de piano, saxofón y también aprendió composición. La gran depresión de 1929 lo obligó a trabajar para colaborar en la manutención familiar, hasta que un día, a través de un conocido, entró a trabajar en la compañía de Leon Schlesinger, que en ese entonces se dedicaba a confeccionar títulos y carteles para la Warner Bros, justo cuando la empresa fundaba un departamento de dibujos animados a cargo de dos pioneros, Hugh Harman y Rudolf Ising. Bill entró como conserje, pero rápidamente pasó a encargarse del entintado y pintura de celuloide, y allí comenzó su pasión por la animación. De a poco, empezó a asumir nuevas tareas, aportando ideas y textos en el desarrollo de los cartoons, entre los que destaca el de Bosko, un popular personaje de raza negra que, con el tiempo, se convertiría en una de las primeras célebres series de Looney Tunes y Merry Melodies de la Warner.
En 1933, Harman y Ising rompen con Warner y firman un contrato con MGM. Bill Hanna ya era un experto en el uso del timing de los dibujos animados, y asistente personal de Harman, quien le dio la oportunidad de comenzar a dirigir los cartoons. Cuando en 1937 la MGM rescindió el contrato, Hanna es reclutado por Fred Quimby para integrar un nuevo departamento de animación que trabajaría para la MGM, y allí conoce a su futuro compañero.


Joseph Roland Barbera nació el 24 de marzo de 1911 en Nueva York, hijo de una familia de inmigrantes sicilianos. Curiosamente su padre era “barbero” de profesión y dejó un tanto desamparada a su prole, que se crió con su madre. Joe tenía una gran facilidad para dibujar desde muy chico, y dibujaba en cuanta oportunidad tenía, incluso en la escuela católica en la que cursaba, donde las monjas con frecuencia le encargaban dibujos de escenas bíblicas para distintos eventos. También se interesó por el teatro y el boxeo, y durante la crisis del 29 trabajó en la sección contable de un bando de Wall Street, aunque insistió con sus dibujos y logró que la revista Collier’s le publicara algunos. En esos tiempos, al ver un cortometraje de Walt Disney, Joe descubre los dibujos animados y queda atrapado por ellos.
Uno de los principales animadores de los estudios de los hermanos Fleischer (responsables de los célebres cartoons de Superman de 1941) lo hace ingresar como pintor de planchas de celuloide y, enseguida, asciende a entintador. Pocos días después, desilusionado con el trabajo, renuncia y decide dejar la actividad, pero un amigo le consigue un lugar en los estudios Van Beuren, en los que ingresa como intercalador de dibujos en el departamento de animación, y allí progresa participando en el diseño de personajes y en la creación de historias. Sin embargo, el estudio cierra en 1936 y Joe vuelve a quedarse sin trabajo. Tras un breve período en la Terrytoons de Paul Terry, es convocado por Fred Quimby y allí se encuentra con Bill Hanna.

EL GATO Y EL RATÓN
En 1940, ya trabajando a pleno en el departamento de animación de Fred Quimby, y bajo la supervisión de Rudolf Ising, Hanna y Barbera dirigen un cartoon para la MGM que se convertirá en el punto de partida de su exitosísima carrera. “Puss Gets the Boot” era una historia animada sobre un gato que perseguía a un ratón, algo que no era, por cierto, nada original, pues ya había cartoons parecidos publicados. Sin embargo, la diferencia estaba en la inusual energía y dinamismo de la animación de los personajes. El trabajo de la pareja de artistas no pasó desapercibida para Quimby, quien los animó a seguir trabajando juntos en futuros cortos. Además, el cartoon obtuvo una nominación al Oscar, lo que lógicamente entusiasmó a la MGM y provocó la producción de una serie de cortometrajes que tenían como protagonistas a la flamante pareja, que se llamó Tom y Jerry.


SCOTT BRADLEY Y LA MÚSICA DE TOM Y JERRY
Como todos sabemos, los cortometrajes de Tom y Jerry carecían de diálogos y toda su fuerza y creatividad estaba basada en el desenfadado histrionismo que desplegaban las elásticas animaciones del gato y el ratón. Sin embargo, la extraordinaria efectividad de esos dibujos no hubiera sido tal sin la música de quien supo acompañar cada persecución, cada gag y cada golpe: Scott Bradley (1891-1977), un músico profesional que ya pertenecía a la plantilla del departamento musical de la MGM.

Bradley asumió personalmente la composición de todas las bandas sonoras de todos los cartoons que producía la MGM, y con una habilidad impresionante los dotó de un estilo que resultaría inconfundible, una marca de fábrica de su talento. A una enorme cantidad de música original escrita por él mismo que combinaba distintos estilos como el jazz, la rumba, el swing, y el más clásico sinfonismo, la completó con versiones adaptadas y arregladas de temas y partituras de otros autores, utilizando incluso material del catálogo musical de la propia MGM, como fragmentos de la banda sonora de El mago de Oz (The Wizard of Oz, 1939), o la canción “The Trolley Song” de Cita en St. Louis (Meet in St. Louis, 1944), Yankee Doodle Dandy (1942), Leven anclas (Anchors Aweigh, 1945), o piezas clásicas como “Sleeping Beauty Waltz” de Tchaikovsky, y la “Rapsodia húngara” de Franz Liszt.

UNA ARRIESGADA APUESTA POR LA ACCIÓN Y LA AVENTURA
Después de cosechar éxito tras éxito con las distintas creaciones de dibujos animados basados en los típicos simpáticos personajes de animales antropomórficos que nos deleitaron por años, como Huckleberry Hound, el oso Yogui, Tiro loco McGraw, Pixie y Dixie, el Pulpo Manotas, Magilla Gorilla, el León Melquiades, el Lobo Hokey, la Tortuga Dartagnan, Don Gato y su pandilla, y el Lagarto Juancho, entre muchos otros, y la extraordinaria repercusión de Los Picapiedras y Los Supersónicos, Hanna & Barbera decidieron incursionar en un terreno lleno de peligros.
En 1964, remando contra la corriente que indicaba que el cine de animación estaba reservado para las figuras caricaturescas, el dúo se propuso producir una serie de aventuras con personajes “humanos”, bebiendo directamente de la literatura infantil y el comic, como las novelas de Tom Swift que Barbera leía de niño, el comic “Terry and the Pirates” y el programa radial de Jack Armstrong: the All American Boy, emitido entre 1933 y 1951. No fueron pioneros, ya que en 1959 ese intento lo había concretado la productora Cambria con un cartoon que se llamó Clutch Cargo, con una estética tomada de la historieta clásica. Sin embargo, ese cartoon era extremadamente estático, solo se movían las partes imprescindibles, como los labios en los diálogos.

La apuesta por la acción y la aventura a imagen real se llamó Jonny Quest, las peripecias de un chico de once años, hijo del Dr. Benton Quest, un científico al servicio del gobierno norteamericano en la investigación de hechos fantásticos, quienes acompañados por el agente y guardaespaldas Race Bannon, un niño hindú llamado Hadji y la mascota Bandido, recorrían el mundo resolviendo inquietantes misterios. Barbera diseñó el personaje de Race Bannon tomando como base el James Bond de la película Dr. No, estrenada en 1962 y de la que Barbera era fanático.
Para conseguir el realismo que pretendían en la animación de estos personajes humanos, Hanna-Barbera recurrieron a los servicios de Doug Wildey, un experimentado dibujante de comic books. Lamentablemente, y tras un exitoso estreno en la franja de los viernes a la noche en Estados Unidos, aunque competía con un tanque como fue el western Cuero crudo (Rawhide) con Clint Eastwood, Jonny Quest sucumbió ante Los Munsters y Daniel Boone cuando fue transferida a los jueves, día y hora en que se aireaba Los Picapiedras, que pasaron a los viernes, justamente para evitar perder contra la popular familia de los monstruos. Tras 26 excelentes episodios, Jonny Quest (que tenía la voz de un jovensísimo Tim Matheson, acreditado como Mathieson) fue cancelada, pero su celebridad fue alcanzada con las innumerables reposiciones que se hicieron, convirtiéndola en una de las series animadas más recordadas.

HOYT CURTIN Y LA MÚSICA DE JONNY QUEST
Vimos cómo Scott Bradley fue el padre musical de la producción de Hanna & Barbera en su etapa MGM, en especial de la era Tom & Jerry, cuya emisión se daba originalmente en las salas de cine, formando parte de un complemento de las películas que encabezaban el programa, junto con los famosos noticieros. Ahora bien, la etapa televisiva del dúo se vio enmarcada con la creatividad y el talento musical de otro gran músico: Hoyt Curtin.

La mayoría de las series producidas por Hanna & Barbera desde sus inicios, con The Ruff and Reddy Show (1957), hasta Los Pitufos (The Smurfs, 1981) fueron musicalizadas por este compositor especializado en anuncios publicitarios, autor además de las más memorables canciones de las sintonías de los cartoons más famosos del estudio. Desde Huckleberry Hound, Yogui, Don Gato, El Lagarto Juancho, La Tortuga Dartagnan, hasta los hiperexitosos Supersónicos y Picapiedras, estos personajes cobraron vida a partir de la música de Curtin. Pero no debemos dejar de mencionar que los mismísimos Hanna y Barbera colaboraron en la creación de estas tonadas, pasándole las letras y haciendo gala de sus conocimientos musicales, aportando ideas que Curtin aceptaba, aprovechaba y adaptaba convenientemente.
Curtin, además, fue el creador de infinidad de efectos sonoros utilizados en las series animadas y que tantos recuerdos nos traen, como esos chiflidos que despedían los personajes cuando salían disparados en una escapada sorpresiva, o aquellos repiqueteos de los pies que preanunciaban esas fugas. Curtin conoció a Hanna y Barbera cuando musicalizó un comercial para la firma de cerveza Schiltz, que éstos producían para la MGM. Tras ello, el dúo lo llamó para encargarle la música para su primer cartoon, Ruff and Reddy, que Curtin compuso en cinco minutos, los llamó para mostrársela y ahí mismo lo contrataron para grabarla. Lo que siguió fue su contratación como director musical del estudio que estaban formando Hanna & Barbera.
El trabajo de Curtin para Jonny Quest se centró en componer una importante cantidad de temas de acción, aventura, misterio, romance, humor, que eran injertados en los distintos episodios según la conveniencia y que se repetían muchas veces. Eran más de dos horas de material denominado de “librería” o “stock music”, de fácil utilización por los realizadores, que Curtin grabó y que quedó archivado en el estudio. La base de inspiración de Curtin para componer esos temas eran los storyboards y, en ocasiones, las fotos de dibujos que los animadores le hacían llegar.
RENUNCIA Y REGRESO
Sin embargo, en medio de la producción de Jonny Quest, Curtin decidió alejarse de Hanna & Barbera. El motivo nunca quedó muy claro, pero Jon Burlingame cuenta, en el librito de la edición del CD doble publicado en 2016 por La La Land Records y Warner Music, que desde el inicio de su relación, el contrato firmado por Curtin acreditaba a Hanna-Barbera como compositores y denegaba a aquel el derecho a regalías por sus trabajos.



Curtin fue reemplazado por Ted Nichols, un talentoso compositor y conductor de orquesta, director del coro de la Iglesia de Los Ángeles, que había escrito música para films religiosos y documentales. Fue uno de los miembros de ese coro quien lo conectó con Hanna-Barbera, para quienes Nichols, que fue designado nuevo director musical, compuso la música de las series de cartoons producidas hasta 1972, año en que regresó Curtin, motivado por un cambio en el contrato que estableció que sería acreditado como coautor (junto con Hanna-Barbera), de toda la música que había compuesto para el estudio y de la que compusiera en el futuro. Nichols escribió las bandas sonoras de Scooby-Doo, Birdman, Space Ghost, Young Samson, Herculoids, Shazzan, Moby Dick y Mightor, Laurel & Hardy, Sinbad y el cinturón mágico, Los cuatro fantásticos y Josie and the Pussycats, entre otros. Para Jonny Quest, Nichols continuó el trabajo de Curtin, y basándose en su tema principal, completó el material de librería que éste había comenzado.
TROMBONES ASESINOS Y MÚSICOS ENDEMONIADOS
En una entrevista otorgada en 1999, Curtin reveló algunos secretos de la producción de la música de Jonny Quest y su extraordinario tema central:
«Mi pianista, Jack Cookerly, inventó el sintetizador tal como lo conocemos hoy para Jonny Quest. Estaba hecho con un teclado y miles de tubos de vacío. Para grabar la música de los dibujos animados de Jonny Quest usamos una banda de jazz regular, integrada por 4 trompetistas, 6 trombonistas, 5 woodwind doublers[1], y 5 percusionistas para la sección rítmica. Alvin Stoller o Frankie Capp solían tocar la batería. Siempre traté de conseguir los mismos tipos cuando era posible. Eran los que podían balancearse y leer como demonios.»
Y tenían que ser demonios para poder seguir la endemoniada partitura que Curtin había pergeñado para Jonny Quest. Según Curtin, el tema principal era muy difícil de tocar en trombón pues lo había escrito, a propósito, en la peor clave posible para esos instrumentos. Se divirtió mucho con ello, viendo cómo los trombonistas se mataban entre ellos tratando de sacar el mejor sonido para interpretar la melodía. Era como poner a prueba el talento de esos instrumentistas amigos, que no querían cometer ningún error.


The Mystery of the Lizard Men – Violent Drum with Brass Travel – JONNY QUEST – Music by Hoyt Curtin / Ted Nichols

La sesión de grabación del tema de Jonny Quest se hizo en la RCA en Hollywood y duró tan solo una hora, y los temas cortos de la partitura usualmente se grababan en una sola toma tras un brevísimo ensayo. Esos temas no tenían un título o nombre específico aplicable a alguno de los episodios de la serie, sino un nombre genérico, ya que podían ser utilizados varias veces en distintos momentos de los diferentes episodios. Por ejemplo, temas denominados como “Wild Chase”, “Medium Chase”, “Flute Chase” o “Pulsating Chase”, eran intercalados en cualquier persecución que necesitara apoyarse musicalmente, sin importar que el nombre del tema coincidiera con la temática de la escena o del episodio. Por ejemplo, el tema “Camel Caravan”, grabado por Nichols en agosto de 1964, no ilustró una caravana de camellos, sino que fue empleado para subrayar las escenas de la caza de un tigre en un safari en el episodio “Riddle of the Gold”, ambientado en la India.
Riddle of the Gold /Jungle Rhythm to Shock / Camel Caravan – JONNY QUEST – Music by Hoyt Curtin / Ted Nichols

Calcutta Adventure / Flute Chase / Med Chase – JONNY QUEST – Music by Hoyt Curtin – Ted Nichols
INFLUENCIAS Y LEGADO
El trabajo de Hoyt Curtin y Ted Nichols en la partitura de Jonny Quest se vio claramente influenciado por la música de jazz de artistas como Stan Kenton, Benny Goodman, Dave Brubeck y el maestro Henry Mancini, y es deudora del singular estilo impuesto por las Big Bands de los años 40 y 50. Pero, al mismo tiempo, ha desarrollado un componente original que le permitió encastrar perfectamente con las necesidades de la serie, incorporando el peligro latente y el misterio, y captando la esencia de la acción y la aventura a través de una música típicamente de los años 60, que se inspiraba en la estética musical de series televisivas como Hawaii Five-O, Mission: Impossible,y The Mod Squad.
The Robot Spy / Pulsating Chase – JONNY QUEST – music Hoyt Curtin / Ted Nichols
A su vez, Jonny Quest influenció a varias generaciones de directores y realizadores. Fue modelo para Robert Rodriguez en su saga de Spy Kids, y de Brad Bird en The Incredibles. Spielberg y Lucas se inspiraron en varias escenas del cartoon para la saga de Indiana Jones. En Raiders of the Lost Ark, las escenas del snake pit (el pozo de las serpientes) guarda evidentes reminiscencias con el episodio “The Curse of Anubis”, y en Indiana Jones and the Temple of Doom, en la secuencia de precréditos que transcurre en Shangai, unos gangsters chinos disparan contra un gong metálico tras el que se oculta Indy, clara referencia a una escena similar del episodio “Monster in the Monastery”.


The Robot Spy / Wild Chase – JONNY QUEST – music Hoyt Curtin / Ted Nichols
EPÍLOGO
El dibujante Doug Wildey recordaba: “La música puede hacer una escena o destruirla. Lo que yo quería para el tema principal de Jonny Quest era algo como lo que se había hecho para otras series como Maverick o 77 Sunset Strip: que el público recordara la música y la repitiera. Quería tambores potentes, tambores de jazz. Hoyt Curtin fue el director musical e hizo un trabajo excelente”.
Frank Capp, el legendario baterista que tocó con infinidad de artistas de primer nivel, desde Stan Kenton hasta André Previn, y que fue uno de los que trabajó en la percusión en las sesiones de grabación Curtin, lo recordaba así: “Él era un gran tipo. Podía escribir música más rápido que nadie. Todos los que trabajaron con él en esas sesiones para Jonny Quest lo tenían en gran estima como líder, conductor y compositor. No hay palabras suficientes para describir a Hoyt”.
Shadow of the Condor / Horse and Buggy – JONNY QUEST – music Hoyt Curtin / Ted Nichols


Shadow of the Condor / Run Up to Sting / Panic Chase / Busy Travel Orient Feeling – JONNY QUEST – music Hoyt Curtin / Ted Nichols
«Hoyt era el rey del jingle», dijo Jean MacCurdy, presidente de la Warner Bros. Animation. «Su fuerte era crear temas que casi cualquiera en la calle pudiera cantar en un abrir y cerrar de ojos. Era realmente notable».
La música de Jonny Quest fue, sin lugar a dudas, el vehículo para demostrar la inmensa creatividad de Hoyt Curtin, considerado uno de los gigantes de la música de dibujos animados. El show también introdujo en el mundo de la música televisiva a un talentoso compositor como fue Ted Nichols. Ambos continuaron componiendo para Hanna-Barbera durante décadas, y sus espléndidos trabajos nos han regalado horas de deleite y toneladas de nostalgia, al mismo tiempo que hacían una indeleble contribución a la televisión.






Skull and Double Crossbones / Swinging Jazz Chase – JONNY QUEST – music Hoyt Curtin / Ted Nichols








Jonny Quest End Title – music Hoyt Curtin
Referencias
[1] Los woodwind doublers son músicos que tienen la habilidad de tocar dos o más instrumentos de la familia de los vientos, como son los clarinetes, saxofones, oboes, fagots y flautas. Esa habilidad les permite tocar más de uno de esos instrumentos durante los conciertos.
Fuentes de consulta
Cruz Delgado Sánchez – Pedro Delgado Cavilla, Hanna-Barbera: La animación en serie, Diábolo Ediciones, abril 2014
Jon Burlingame, Folleto de la edición discográfica de La La Land-Warner Music, 2016