
TWIN PEAKS (1990/1991)
Angelo Badalamenti: La belleza de lo etéreo
por Eduardo J. Manola
Twin Peaks – «Twin Peaks Theme» – music by Angelo Badalamenti
“Ella está muerta… envuelta en plástico”
(Pete Martell al Sheriff Truman)
“Diane, son las 11.30 de la mañana, es el 24 de febrero. Estoy entrando en la ciudad de Twin Peaks. Cinco millas al sur de la frontera canadiense, doce millas al oeste de la frontera estatal. Nunca había visto tantos árboles en mi vida”
(El agente Cooper a su grabadora)
En 1989, David Lynch y el guionista Mark Frost estaban enfrascados en la producción de una serie diferente, que habría de romper todos los estereotipos televisivos de entonces, aunque ellos no lo sabían. Era un melodrama oscuro e inquietante, en el que el asesinato de una hermosa joven llamada Laura Palmer (Sheryl Lee) deja al descubierto los secretos y miserias de los habitantes de un pequeño pueblo del noroeste norteamericano —por eso, la serie se iba a llamar “Paso al Noroeste”, antes de decantarse por el nombre del pueblo ficticio en el que transcurría la trama: Twin Peaks―, y sigue la investigación del atípico agente del FBI Dale Cooper (Kyle MacLachlan) hurgando en los misterios del pueblo.
Twin Peaks se estrenó el 8 de abril de 1990 por la cadena ABC de televisión, con producción del célebre Aaron Spelling y los propios Lynch y Frost, con un gran impacto de inicio que fue diluyéndose a medida que la historia iba recostándose sobre un forzado trasfondo sobrenatural y bizarro, y haciéndose la trama más confusa en su segunda temporada. Sin embargo, Twin Peaks está considerada posiblemente el primer fenómeno de la cultura pop de la década del noventa, contando con seguidores como David Bowie, Mijail Gorbachov y Steven Spielberg, entre muchos otros.

Sin duda, si algo ha permanecido incólume en el imaginario popular es la magnífica e inspiradísima música creada por Angelo Badalamenti, que supo captar la angustiante atmósfera que transmitía el relato, así como esa dualidad típica de las obras de Lynch, apoyándose en temas de corte jazzístico, con claras referencias a los años cincuenta, con un toque de melancolía, mezcla de sentimentalismo con amenaza latente, entre romántico y terrorífico, onírico, violento y triste.
Hay quienes sostienen que las referencias musicales a los cincuenta son un intento de Badalamenti y Lynch de subrayar esa normalidad agresiva que muestran los habitantes de Twin Peaks, consecuencia del trauma de posguerra que yace enterrado en el inconsciente colectivo del pueblo, bajo un barniz de aparente calma y normalidad que esconde los más bajos instintos y los secretos más inconfesables.
Badalamenti compuso el episodio piloto antes de ver una sola escena, transformando en música las ideas que Lynch le describía, y que el director utilizó para crear el ambiente y el ritmo de la serie y estimular a los actores. Badalamenti escribió muchas horas de música, incluidas múltiples versiones de los temas clave, que Lynch podía reorganizar para adaptarlas a cualquier escena que las necesitara.
Twin Peaks – «The Nightingale» – music by Angelo Badalamenti
PICOS GEMELOS, ALMAS GEMELAS
“Yo entiendo a David y él me entiende a mí”, dijo Badalamenti en una ocasión. “Le escucho y empiezo a oír cosas casi de inmediato”.
La relación entre David Lynch y Angelo Badalamenti data de los tiempos de Terciopelo azul (Blue Velvet, 1986) cuando el director estaba completando el rodaje y surgió una necesidad puntual: “Recibí la llamada telefónica de mis amigos Peter Runfolo y Fred Caruso, los productores de esa película”, recordaba el compositor.
“Necesitaban un entrenador vocal para Isabella Rossellini, así que Fred me preguntó: ‘¿Cogerías un avión mañana para venir a trabajar con ella?’. Yo respondí que claro, pensando: ‘No puede salir mal, ella es mitad italiana y todos sabemos que los italianos pueden cantar’”.
El trabajo de Badalamenti impresionó tanto a Lynch que lo contrató de inmediato para componer toda la partitura, y de ello nacería una de las colaboraciones director/compositor más fructíferas y longevas de la historia del cine. Lynch quería incluir la canción “Song to the Siren” de Tim Buckley, de ese proyecto musical post punk que fue This Mortal Coil, pero no lo consiguió porque los derechos eran prohibitivos, así que le pasó a Badalamenti algunas letras y le pidió que escribiera algo en la misma línea dream-pop como tema para Blue Velvet, y que contratara a una vocalista para cantarlo.
“Hazlo como el viento, Angelo. Debe ser una canción que flote en el mar del tiempo”, le indicó. Badalamenti recomendó a Julee Cruise, una prometedora cantante americana con la que había trabajado en un taller de teatro de Nueva York que el compositor había producido. Así nació “Mysteries of Love”, la canción interpretada por Cruise, con letra del propio Lynch, que se incluyó en la banda sonora.
De esta manera el estilo musical de Badalamenti se infiltró con naturalidad en la estética de Lynch, y el sonido de Twin Peaks se fusionó con la música de sus películas: Blue Velvet, Wild at Heart y Mulholland Drive, creando una sonoridad que caracterizó la muy personal obra del director.
Lynch y el guionista Mark Frost estaban a punto de empezar a rodar la serie y necesitaban una banda sonora. Tras la experiencia de Blue Velvet, Lynch no dudó en recurrir a Badalamenti. “David vino a mi oficina y dijo: ‘Me han dado una serie de televisión, tengo que hacer el episodio piloto para la cadena ABC’. En ese momento, el proyecto aún se titulaba Paso del Noroeste. Le pregunté qué era y él me respondió que un melodrama al estilo de Terciopelo azul”.
EL TEMA DE LAURA PALMER
Cómo nació el tema central de Twin Peaks es algo tan fascinante como emocionante. Era 1989 e imagínense la siguiente escena: David Lynch y Angelo Badalamenti sentados uno al lado del otro frente al teclado de un Fender Rhodes en el despacho del compositor en Manhattan. Badalamenti le da play a una grabadora de cassette y le pregunta a Lynch: “Bueno, David, qué es lo que ves, solo cuéntame”.
Música, imágenes y narrativa revoloteaban en la siempre afiebrada imaginación de Lynch, que intentó transmitírselas de la manera más simple al compositor: “Okay Angelo, estamos ahora en un bosque oscuro y el viento sopla suavemente meciendo los sicomoros, bajo la luna tapada por las nubes, hay sonidos de animales y puedes escuchar a un búho ulular”.
Badalamenti trató de imaginarse en esa oscuridad y comenzó a improvisar algunas notas herrumbrosas, inquietantes, graves. Lynch de inmediato le dijo: “Eso es, es un buen motivo, pero ¿podrías tocarlo más lento?”, y así lo hizo y siguió tocando mientras Lynch se entusiasmaba y lo estimulaba a continuar en ese tempo, hasta que en un determinado momento le dijo: “Okay Angelo, ahora vamos a hacer un cambio porque detrás de los árboles hay una chica muy sola que se llama Laura Palmer, está muy triste, algo la lastimó mucho y está saliendo de la oscuridad, acercándose”.

Twin Peaks – «Laura Palmer’s Theme» – music by Angelo Badalamenti
Badalamenti, totalmente concentrado en la onírica descripción de Lynch, fue subiendo por el teclado y, en un irrepetible instante de inspiración, sus dedos dieron con la melodía perfecta, melancólica, angustiosa, desesperada, pero al mismo tiempo bellísima, una suerte de contenido éxtasis musical. “Eso es, es preciosa, puedo verla caminando hacia la cámara, sigue así, se va acercando, y ahora toca una especie de clímax, ahora!!!!”
Mientras Badalamenti conseguía la extraordinaria melodía central del tema de Laura Palmer, así, de esa manera tan emocionante y directa, Lynch estalló: “Angelo, me salta el corazón, amo esa melodía, por favor sigue tocando…y ahora, ella se está yendo, cayendo…cayendo…cayendo, y vuelve a entrar en la oscuridad del bosque…” Badalamenti volvió entonces a las ominosas notas del principio del tema y tras unos segundos dejó de tocar. Ambos se miraron emocionados y sorprendidos.
“Angelo…ESO es Twin Peaks”, sentenció Lynch. Badalamenti le propuso desarrollarla un poco más, que se iría a su casa a trabajarla, pero Lynch replicó: “Angelo, no hagas nada. No cambies ni una sola nota. Veo Twin Peaks”. En tan solo 20 minutos acababan de escribir “El tema de Laura Palmer”.

VÍDEO: La emotiva creación del tema de Laura Palmer

EL TEMA DE AUDREY
“Badalamenti es un maestro de la narración”, dice Rachel Zeffira, la soprano canadiense integrante del dúo de música pop alternativa Cat’s Eyes y también compositora de la banda sonora del film The Duke of Burgundy (2014). El dúo solía abrir sus conciertos con una reelaboración del “Twin Peaks Theme”: “Está en el bosque, muy oscuro, muy pequeño, y es casi sofocante. Cuando sube a la escala mayor, casi se puede ver el sol. Es tan simple. Sólo sube cinco notas en una escala y te pone la piel de gallina”.
Badalamenti construyó la banda sonora de Twin Peaks sobre la base del contraste musical de épocas, sugiriendo atemporalidad a través de la combinación de sonidos de los años ochenta, como el dream-pop y el ambient, y géneros como el teen-pop y el cool jazz típicos de la música de los cincuenta. “Si la serie era un barco en movimiento, la música de Angelo era el río que lo llevaba”, ha dicho Mark Frost. “Te daba una sensación muy específica de tiempo y lugar que parecía fuera del tiempo y el lugar reales. Ayudaba a elevar el espectáculo al ámbito mitológico”.
“Dios, amo esta música… ¿No es de ensueño?”, le dice Audrey (Sherilyn Fenn) a Donna (Lara Flynn Boyle) justo antes de levantarse de su taburete en el Double R Dinner y comenzar un baile que quedaría en la antología de la televisión. El tema que suena es el que acabó titulado como “Audrey’s Dance” y aparece en el tercer lugar en la edición discográfica de la banda sonora.
Es la “oscuridad” hecha jazz, una de las varias piezas de jazz que Badalamenti escribió para la serie, que se harían famosas por los singulares sonidos que logró sacarle al vibráfono, los crescendos disonantes de clarinete y esos ataques de metales al estilo de las viejas big band, con los que manipuló la atmósfera llevándola desde lugares sugestivos y oscuros hacia algo más cálido, sensual pero, a la vez, ominoso y siniestro. Como si de un angustioso trance se tratara.
“Me encantó la música, pero al mismo tiempo la sentí tan frágil…”, comentó Fenn. “La escena estaba lista para ser rodada, pero finalmente fue reescrita en el último segundo. David le dijo al elenco y al equipo que tomaran un capuchino para descansar mientras él trabajaba en ella. Al rato, se me acercó: ‘Bailarás al final de la escena, Sherilyn’. Inmediatamente llamé a mi coach de actuación. Estaba fuera de mí: ‘¿Por qué tengo que bailar? ¿Por qué? ¡No tengo ninguna intención de bailar!’. Y él respondió: ‘No te preocupes, es David Lynch, sólo haz lo que te pida’. “Audrey está en su propio mundo”, explica Badalamenti, “y la música parece funcionar muy bien cuando la niña quiere ser un poco traviesa”.
JULEE CRUISE Y FALLING
En 1989, Badalamenti y Lynch reunieron en un estudio de Times Square en Nueva York a una banda de veteranos músicos de sesión, como el batería de jazz Grady Tate y el guitarrista Vinnie Bell, para trabajar en la grabación no de uno sino de tres proyectos en simultáneo, que estaban vinculados entre ellos. El primero era un musical vanguardista llamado “Industrial Symphony No 1”; el segundo era “Floating into the Night” el álbum debut de Julee Cruise, con letras de Lynch; y el tercero era Twin Peaks.
Fue durante las grabaciones del álbum “Floating into the Night” que se gestó el nuevo estilo vocal de Cruise, que tenía una voz potente y caudalosa, y se consideraba a sí misma “una cantante de Broadway”, conocida en ese ambiente por su tendencia a dejar que “la ira y las emociones agresivas dominaran su trabajo”.

Lynch fue el mentor de esa nueva Julee Cruise, fue el que sintió que ella tenía un “lado melancólico y triste” y la animó a cantar en un tono más suave y en un registro más alto, llevándola a esa veta etérea que terminó por consagrarla, con un uso intensivo de la reverberación digital con la que Badalamenti elaboró esas “piezas de ambiente” que poblaron las películas de Lynch y, por supuesto, Twin Peaks.
De aquel trabajo de intensivas grabaciones en el estudio de Times Square, surgió la canción “Falling” que se convirtió en el “Twin Peaks Theme”, con ese ya célebre y clásico “twang, twang” del bajo, que en realidad no era un bajo sino un sonido generado por el sintetizador Emulator II de Kinny Landrum, habitual colaborador de Badalamenti y Lynch.
Cantante y multinstrumentista nacida en Creston, Iowa, Cruise fue la musa de esa colaboración, una especie de ángel blanco, sinónimo de lo enigmático y lo etéreo, la viva encarnación de esa inocencia lynchiana, que de ser casi una desconocida se convirtió en una suerte de icono underground a partir de su primera aparición en el escenario del Roadhouse, el club ficticio en el que transcurren algunas escenas de la serie.
Su presencia en Twin Peaks la hizo tan popular entre los fanáticos de la serie que llegó a vivir situaciones en el límite del acoso. “Una vez, durante un evento en Seattle, hubo una pareja que me esperó durante horas bajo la lluvia al final del espectáculo. Me dijeron entre lágrimas: ‘Tú eres el sonido, la banda sonora de nuestras vidas’. Oye, yo no quiero esta responsabilidad”, confesó Cruise.
“Nunca había cantado con ese estilo de voz, lo que ahora se conoce como ‘Voz de Julee Cruise’, antes de trabajar con Angelo y David (…) Siempre he sido una bomba con mucho poder. Pero trabajar con ellos me ha cambiado”. La voz etérea y diáfana de Julee Cruise y las atmósferas enrarecidas de Badalamenti se convirtieron en marcas registradas de la serie.
EL LEGADO DE TWIN PEAKS
Badalamenti ha dicho muchas veces que Twin Peaks es la obra que lo define como compositor: “La gente estaba fascinada por la atmósfera, capturó el concepto visionario que David tenía de la serie. Me ha dado popularidad mundial y, a lo largo de los años, muchas personas me han dicho que es completamente imposible pensar en Twin Peaks sin escuchar su música. Es algo que todavía me sorprende mucho”.

La banda sonora de Twin Peaks se convirtió en un éxito internacional inmediato, desde el estreno mismo de la serie. Lanzada comercialmente el 11 de septiembre de 1990, además de ganar varios discos de oro en los Estados Unidos, Francia, España, Canadá y Reino Unido, su tema central ganó el Grammy en la categoría de Mejor Interpretación Pop Instrumental, influenciando a diversos artistas que hicieron cola para homenajearlo, desde Anthrax y Marilyn Manson hasta KLF y Moby, que lanzó su carrera incluyendo “Laura Palmer’s Theme” en su tema “Go”.
“Si tarareas las primeras notas del tema de apertura, te transportas inmediatamente a otro mundo”, dice Jamie Stewart, del grupo de Los Ángeles Xiu Xiu. “Aparte de los timbales de 2001: Una odisea del espacio, casi nada es tan evocador”.
Tras haber vendido tres millones de discos, Badalamenti le preguntó a Lynch qué fue lo que hizo que la banda sonora de Twin Peaks fuera tan popular en su momento. “La música es espléndida. Esa es la única y simple razón”, le respondió el director. Y así es, sin duda.
Twin Peaks – «Dance of the Dream Man» – music by Angelo Badalamenti
