“Creo que tengo un trabajo más duro que el que tuvo Ike el Día D. Al menos él tenía el equipamiento, yo tengo que encontrarlo, reconstruirlo y transportarlo a Normandía.” Darryl F. Zanuck
Y así se quejaba el mandamás de la 20th Century Fox y productor de la película que evocaría una de las batallas más sangrientas y trascendentales de la Segunda Guerra Mundial, uno de los hitos históricos de la humanidad, un impresionante esfuerzo bélico para terminar con el yugo nazi en Europa.
El film adaptaba el libro de Ryan, y Zanuck, uno de los más prestigiosos productores de la Epoca de Oro de Hollywood, perfeccionista, obsesivo, manipulador y autoritario como pocos, se había propuesto aproximarse lo más posible a la autenticidad histórica en un tono casi documental, y al mismo tiempo realzar la superproducción con un elenco multiestelar e internacional nunca antes reunido:
John Wayne, Robert Mitchum, Robert Ryan, Henry Fonda, Mel Ferrer, Eddie Albert, Jeffrey Hunter, Curd Jürgens, Peter Lawford, Sean Connery, Roddy McDowall, Edmond O’Brien, Robert Wagner, Steve Forrest, Kenneth More, Leo Genn, Richard Burton, Red Buttons, Gert Fröbe, Bourvil, Richard Beymer, Sal Mineo, Ray Danton, Arletty, Ron Randell, George Segal, Rod Steiger, Tom Tryon, Stuart Whitman, Jean-Louis Barrault, Hans Christian Blech, Wolfgang Büttner, John Gregson, Paul Hartmann, Donald Houston, Alexander Knox, Fernad Ledoux, Christian Marquand, Dewey Martin, Michael Medwin, Richard Münch, Frank Finlay, y las estrellas juveniles de moda, Paul Anka, Fabian y Tommy Sands. No por nada se la llamó la “película de las 48 estrellas”.
Contigo contigo en tu estupendo análisis. De hecho hace un par de años escribí un pequeño apunte cuando volví a ver la película. Con tu permiso me gustaría compartirlo contigo:
BEETHOVEN, PAUL ANKA Y EL DESEMBARCO DE NORMANDÍA. Al comenzar “El día más largo” (VV. DD., 1962) se oyen cuatro golpes de timbal que reproducen el célebre motivo de la 5ª sinfonía de Beethoven. Sobre la arena de la playa de Omaha, el casco de un americano muerto en el desembarco. A lo largo de la película el motivo aparecerá varias veces más. Su significado, de acuerdo con la explicación que da un soldado a su compañero, es el siguiente: tres sonidos cortos seguidos de uno largo representan, en morse, la letra V (de “victoria”). Después de canturrearlo, pregunta: “¿Es que no has oído nunca la 5ª sinfonía?… “. El otro elemento musical de la película es la célebre canción-marcha escrita por el conocidísimo crooner canadiense Paul Anka, quien también tiene un papelito como soldado. Pero quien hace un verdadero papelón es Maurice Jarre, autor de una banda sonora que, exceptuando estos dos componentes, no tiene absolutamente nada más. A lo mejor el compositor francés estaba muy ocupado escribiendo la soberbia partitura de “Lawrence de Arabia”, estrenada ese mismo año, por la que obtuvo un merecidísimo Oscar.
Estimado Lamberto, gracias por tu comentario. Siempre es un gusto leerte. Justamente la historia de la marcha de Anka lo traté en otra sección de la web, WAR MOVIE HITS, en un artículo que enlaza con éste que comentas. Un abrazo