Luego desapareció repentinamente de Hollywood, para regresar una década más tarde pero como actor, interpretando pequeños papeles como director de orquesta y camarero con un elegante bigote encerado, siempre sin acreditación alguna en las películas. Sus apariciones incluyen Mi espía favorito (My Favorite Spy, Tay Garnett, 1942), Gilda (Charles Vidor, 1946), El amor nación en Paris (Lovely to Look, Mervyn LeRoy, 1952), Un americano en Paris (An American in Paris, Vincente Minnelli, 1951) y La vuelta al mundo en 80 días (Around the World in 80 Days, Michael Anderson, 1956).
La importancia de Carli Elinor está ligada al hecho de que trabajó intensamente, sobre todo junto a Griffith, que tenía ideas innovadoras sobre el tema, para dar un gran impulso a la consolidación de la música de cine durante el período silente, en el que las compilaciones y composiciones originales, así como las tareas relacionadas con la dirección musical, sentaron las bases de lo que más tarde se convertiría en la profesión específica del compositor cinematogr.
Se dice que este pionero de la música de cine, un gran desconocido para la inmensa mayoría del público, ha participado de una u otra manera en las bandas sonoras de más de 1000 películas.