La frusta e il corpo 1963 Mario Bava

Reseña.

La frusta e il corpo se erige con todo merecimiento como la propuesta gótica italiana más insólita de las ofrecidas por Mario Bava durante los años sesenta del pasado siglo por su transfondo sadomasoquista unido al lirismo de las imágenes.

La frusta e il corpo (1963)

El placer del castigo

por Josep Ferran Valls

La frusta e il corpo (Mario Bava como John M. Old, 1963). Italia. Con Daliah Lavi, Christopher Lee, Tony Kendall, Oslo Oberon, Harriet White, Dean Ardow, Allan Collins, Jacques Herlin.

 

Fundamentalmente, existen dos etapas en el devenir del operador, creador de efectos, guionista y realizador Mario Bava. La primera -en la que podemos incluir su tarea como iluminador para películas ajenas: los «Hércules» de Pietro Francisci o los filmes fantásticos de Riccardo Freda, p. ej.-, destaca gracias a la realización de numerosas piezas terroríficas y, en menor medida, CF, aventureras, peplumitas, de giallo, etc…

 

Películas donde lo visual -blanco y negro saturado, paleta cromática con predominio de azules, verdes y rojos- ejerce crucial importancia. Si en dicha etapa destacan los travelling y las panorámicas, con recurso al teleobjetivo de manera puntual, en la segunda, menos pictórica fotográficamente hablando, la facilidad del zoom predomina sobre el resto.

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La frusta e il corpo -traducido: el cuerpo y el látigo- pertenece a la primera fase, teniendo en común con la obra maestra La máscara del demonio (La maschera del demonio, 1960) o las importantes Operazione paura (1966) y el segmento La familia Vurdalak de Las tres caras del miedo (I tre volti de la paura, 1963) la adscripción al horror gótico, aspecto a lamentar por el coguionista de La frusta e il corpo, Ernesto Gastaldi, quien redactó el libreto -sin participación de Bava; localizado en la Europa del Este durante el siglo XIX-, pensando en un «íncubo psicológico», encontrándose después con este «drama barroco y decadente».

 

Poco conocía a Bava -a quien, sin embargo, recomendó a los productores, quizás por su virtuosismo fotográfico- si esperaba juegos psicológicos «a la Clouzot» en la escritura cinematográfica del autor de Seis mujeres para el asesino (Sei donne per l’assassino, 1964), película donde, solo un año más tarde, insistirá en aplicar su particular tratamiento «fantastique» a una ficción pensada como género de intriga -para el caso, proto-giallo-.

 

¿El homicida sin rostro de Seis mujeres para el asesino puede considerarse el antecedente de Michael Myers «e altrii», asesinos enmascarados que descollaron tiempo después? Bava, pionero en muchos territorios, no solo facilitó el advenimiento del giallo con La muchacha que sabía demasiado, sino que anticiparía las características principales del «slasher» en la amarga Bahía de sangre.

La frusta e il corpo 1963 Mario Bava

Por todo ello, ya habremos entendido que La frustra e il corpo no puede entregarse a desentrañar los aspectos misteriosos o elucubrar sobre los psicológicos de la trama. Bava sensualiza la ficción por la vía del sadomasoquismo (implícito) a la par que potencia los elementos sobrenaturales del texto, obteniendo un opus irreal, pesadillesco, en clave gótica, por supuesto. Y la partitura de Carlo Rustichelli, como no, realza todo ello.

 

Christopher Lee ya había trabajado junto a Bava en el descenso a los infiernos Ercole al centro de la terra (1961). Ahí, Lee transfiguraba su imagen vampírica por la vía del clasicismo mitológico. En La frustra e il corpo, el realizador, aprovechando la iconicidad del intérprete de Drácula (Id., Terence Fisher, 1958), lo integra magistralmente, de forma natural, en el mentado gótico terrorífico grato a la filmografía «baviana», al imaginario -pues la imagen, en él, casi siempre se superpone a la letra- artístico. 

 

Tanto para el rol de Kurt Menliff -odiado por la propia familia, sádico, vengativo, ambicioso hijo pródigo que retorna al hogar sin haber pulido la conducta- como el de espectro implacable suyo, Lee entrega un bello más abominable diablo con forma humana que se desliza, avanzando en primer plano, bañado por contrastadas luces y sombras. Nada más lógico para su inserción en el limbo perdido entre ominosas olas de playa, acantilados y ese castillo sujeto a la abstracción geométrico-cromática del director. 

Daliah Lavi encarna a Nevenka Menliff, sufriente y, a la vez, gozosa del castigo que Kurt -antiguo amante, hermano del esposo actual (Kendall)- le aplica con el látigo; tan ambigua como muchas víctimas del Conde Drácula, quienes recibían la mordedura entremezclando dolor y placer.

 

Lavi resulta menos inquietante que Barbara Steele en La máscara del demonio, menos angulosa aunque más carnal. Ello facilita la credibilidad del personaje pues la suponemos vulnerable, aceptando sin problemas el papel de víctima atormentada, fustigada por el fantasma del amante, circunstancia que acerca el melodrama macabro al terreno de la necrofilia.

 

Si bien Bava relega la intriga a un segundo término, más preocupado por describir, romanticista, melancólicamente, a la manera de lienzos abigarrados, los escenarios donde progresan las figuras de los intérpretes, sabe definir a los personajes a través de las acciones que realizan.

La frusta e il corpo 1963 Mario Bava

Por ceñirnos a Nevenka y Kurt, citemos la aflicción de la mujer, su tirantez con los familiares, la necesidad de ser castigada para obtener satisfacción sexual y los paseos -la ronda- por la cripta donde yace el cuerpo del maltratador. O la inflexibilidad de este, su gesto altivo, suficiente, maligno, así como el detalle ambiguo de aquellas huellas embarradas impresas después de muerto: detalle que remarca la influencia ejercida por el recuerdo de Kurt sobre la familia.

 

La frustra e il corpo, merced a las localizaciones e imaginario, nos hace pensar en las mejores entregas del ciclo Poe/Corman. Obra coetánea desligada de estas por dejar caer el lastre moralista que relativizaba el discurso de Roger Corman, el filme -en su época, objeto de la tijera censora-, sublima la turbación que provoca en la pareja la práctica sadomasoquista.

La frusta e il corpo 1963 Mario Bava
La frusta e il corpo 1963 Mario Bava

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