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Uno de los temas más representativos de la década del ochenta, «Flashdance…What a Feeling», fue compuesta por Giorgio Moroder con letra de Irene Cara y Keith Forsey. La canción había sido grabada originalmente por el cantante estadounidense Joe Esposito, pero su versión fue descartada cuando la Paramount exigió que el tema fuera interpretado por una mujer. La decisión fue acertada, pues la canción ganó el Grammy a mejor interpretación vocal femenina.

Flashdance...What a Feeling

Giorgio Moroder / Irene Cara: Cuando te caes, te levantas

por Eduardo J. Manola

MOVIE HIT en toda regla, la canción incluida en el álbum de la película que vendió más de 700.000 copias en las primeras dos semanas desde su lanzamiento, ganó el Oscar a Mejor Canción Original en la entrega de 1984, en la que también estaba nominada otra de las canciones del soundtrack, “Maniac” de Michael Sembello, batiendo a dos canciones de Yentl de Barbra Streisand, y se ubicó en el nº 1 del Billboard Hot 100 durante 6 semanas.

 

Compuesta por Giorgio Moroder y con letra de Irene CaraKeith Forsey, es uno de los temas más representativos de la década del ochenta y ganó el Grammy a mejor interpretación vocal femenina. Moroder y Forsey escribieron muchas canciones que se convirtieron en éxitos de películas de los 80: Moroder escribió «Danger Zone» y «Take My Breath Away» para Top Gun (1986), y Forsey escribió «Shakedown» para Superdetective en Hollywood II (Beverly Hills Cop II, Tony Scott, 1987) y «Don’t You (Forget About Me)» para El club de los cinco (The Breakfast Club, John Hughes, 1985).

 

Giorgio Moroder originalmente grabó la canción junto a Joe Esposito, cantante estadounidense con una carrera moderadamentre exitosa durante las décadas de los 70 y 80, miembro de la banda Brooklyn Dreams (conocida más que nada por su colaboración con Donna Summer en la canción “Heaven Knows”), y que cantó el tema  “You’re the Best” del largometraje Karate Kid (The Karate Kid, John G. Avildsen, 1984). Sin embargo, Esposito se tuvo que resignar a cantar el tema “Lady, Lady, Lady” en Flashdance porque la Paramount le pidió a Moroder que grabara “What a Feeling” una vez más pero con una cantante femenina. Así fue que contrataron a Irene Cara como vocalista.

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Cara ya había tocado el cielo tres años antes con el tema central de Fama (Fame, Alan Parker, 1980), que también ganó el Oscar, y se encontró de nuevo con la oportunidad de interpretar otro super éxito como “What a Feellng”, que  inmortalizó el leitmotiv de la película: “si te caes, te vuelves a levantar”, cuyo broche de oro se enmarca en la ya famosísima escena de la danza final. Irene Cara era una bailarina consumada que no sólo cantó la canción principal de Fama, sino que también protagonizó esa película como una aspirante a bailarina. Dijo Cara: «What a Feeling” era una metáfora sobre una bailarina, cómo controla su cuerpo cuando baila y cómo puede controlar su vida«.

Si bien la palabra «Flashdance» nunca aparece en la letra de la canción, se la sigue asociando a la película, pues su temática está específicamente relacionada con la danza.

Flashdance...What a Feeling - Lyrics

Flashdance...What a Feeling -Letra

First, when there’s nothing
But a slow glowing dream
That your fear seems to hide
Deep inside your mind
All alone I have cried silent tears full of pride
In a world made of steel, made of stone

Well I hear the music, close my eyes
Feel the rhythm wrap around
Take a hold of my heart

What a feeling, being is believing
I can have it all, now I’m dancing for my life
Take your passion, and make it happen
Pictures come alive
You can dance right through your life

Now I hear the music, close my eyes, I am rhythm
In a flash it takes hold of my heart
What a feeling, being is believing
I can have it all, now I’m dancing for my life

What a feeling!

What a feeling -I am music now-
Being is believing -I am rhythm now-
Pictures come alive, you can dance right through your life
What a feeling -I can really have it all-
What a feeling -Pictures come alive when I call-
I can have it all -I can really have it all-
Have it all -Pictures come alive when I call-

Al principio, cuando no hay nada
salvo un sueño que resplandece suavemente,
que tu miedo parece esconder
profundo dentro de tu cabeza.
A solas he llorado lágrimas silenciosas llenas de orgullo,
en un mundo hecho de acero, hecho de piedra.

Bien, oigo la música, cierro mis ojos,
siento el ritmo que envuelve,
me aferro a mi corazón.

Qué sensación, ser es creer,
puedo tenerlo todo, ahora estoy bailando por mi vida,
toma tu pasión, y haz que ocurra.
Las imágenes (los sueños, la imaginación) cobran vida,
puedes bailar a través de tu vida.

Ahora oigo la música, cierro mis ojos, soy ritmo,
en un destello, se apodera de mi corazón.
Qué sensación, ser es creer,
puedo tenerlo todo, ahora estoy bailando por mi vida.

¡Qué sensación!

Qué sensación -ahora soy música-,
ser es creer -ahora soy ritmo-.
Los sueños cobran vida, puedes bailar a través de tu vida.
Qué sensación -realmente puedo tenerlo todo-
Qué sensación -los sueños cobran vida cuando los llamo-
Puedo tenerlo todo -realmente puedo tenerlo todo-
tenerlo todo -los sueños cobran vida cuando los llamo-

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La protagonista de Flashdance era Alex Owens (Jennifer Beals), una chica común que trabaja como soldadora en una fábrica de acero de Pittsburgh, que sueña con ser bailarina de ballet y combina su trabajo con el baile exótico en un antro nocturno, y su historia está inspirada en dos bailarinas reales que el periodista Tom Hedley había conocido en el Gimlets, un bar de Toronto que frecuentaba. Una era Mauren Marder, que de día trabajaba en la construcción y de noche se dedicaba a bailar en el Gimlets. 

 

La otra era Gina Healey, que creaba las coreografías más sofisticadas en ese bar, que fueron tomadas como modelo para Flashdance. Fascinado por las historias de esas mujeres, sus bailes y el ambiente del tugurio, a Hedley se le ocurrió escribir un argumento centrado en la vida de tres bailarinas, y lo tituló Depot Bar and Grill. Se lo mostró a su amiga, la también periodista Lynda Obst que, como él, se iniciaba en la industria por aquellos días y que lograría ser productora de éxitos como Algo para recordar (Sleepless in Seattle, Nora Ephron, 1993) y El rey Pescador (The Fisher King, Terry Gilliam, 1991), y juntos consiguieron interesar a la Paramount. 

 

Los abogados del estudio convencieron a Marder y Healey para firmar un documento autorizando al estudio a llevar sus historias a la pantalla a cambio de un pago de 2.300 dólares, y la película comenzó a tomar forma, aunque no fue un lecho de rosas.

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El guión se reescribió cuatro veces hasta que finalmente Tom Headley y el guionista Joe Eszterhas firmaron el definitivo, pero Paramount seguía sin encontrarlo atractivo. David Cronenberg y Brian De Palma rechazaron el encargo para dirigir, hasta que el británico Adrian Lyne, que tenía una sola película en su haber, Foxes, pero una frondosa carrera en publicidad, aceptó ponerse tras las cámaras, luego de haberse resistido ocho veces al insistente acoso de la Paramount, porque consideraba que la historia era «tonta»: “Cuando leí el guión por primera vez pensé que era un poco tonto, de verdad. Pero al final, es un cuento de hadas. Creo que es por eso que atraía a la gente: si quieres algo lo suficiente, puedes obtenerlo. Es una especie de idea ingenua, pero creo que funciona. Recuerdo haber trabajado muy duro con el productor Don Simpson por fomentar su lado inspirador”. Lyne obtendría luego de Flashdance una sucesión de éxitos impresionantes con Nueva semanas y media (1986), Atracción fatal (1987) y Una proposición indecente (1993). 

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Cuando las bailarinas Gina Healey y Mauren Marder vieron la película en Toronto, se encontraron con que no solo estaba inspirada en sus historias, sino que era un fiel reflejo de todo lo que habían hecho, sus bailes, sus coreografías, todo estaba allí: sus vidas eran Flashdance, y no lo podían creer. Menos aún cuando vieron que se convertía en un boom, recaudaba millones y era premiada en los Oscar, así que pese a los documentos que  habían firmado demandaron a la Paramount por considerar que habían sido estafadas por la escasa suma percibida. 

 

Por otro lado, los problemas se sucedieron cuando hubo que doblar a Jennifer Beals en todas las escenas de baile, en las que fue la actriz francesa Marine Jahan (que no fue acreditada en el film) la que puso el cuerpo y toda su habilidad en cada una de las coreografías, y para el número final, que es el que marca el climax y el sentido de la película, fueron necesarias cuatro personas para hacer el montaje: la propia Jahan realiza la mayoría de los movimientos, la gimnasta profesional Sharon Shapiro se encarga de las acrobacias, y el breakdance que enloquece al jurado fue obra de Crazy Legs, un portorriqueño de 16 años cuyo verdadero nombre era Richard Colón, que en principio había sido contratado para enseñárselo a Jahan y Shapiro, pero como éstas no lograban aprenderlo en tan poco tiempo aceptó ejecutarlo él mismo pero con una insólita condición: no afeitarse el bigote tal como se lo había pedido Lyne. Así que si se congela la secuencia en el fotograma exacto y se aguza el ojo, se lo puede llegar a apreciar. La cuarta participante en la escena fue la propia Beals, que se limitó a dar golpes de melena en los primeros planos. 

Obviamente, la atracción central de Flashdance era la música, y Georgio Moroder, músico y productor de moda, que contó con los supervisores musicales Michael Boddicker, Phil Ramone y Sylvester Levay (luego conocido compositor de la música de la serie Airwolf (1984-1986) y de las películas Cobra (1986), Mannequin (1987) y Hot Shots! (1991), incluyó una inteligente selección de canciones de éxito asegurado, como “Romeo” de Donna Summers, y “Gloria” en versión Laura Braningan que también canta “Imagination”, canción compuesta para la película por Boddicker, Ramone y Michael Sembello, quien, a su vez aporta el hit “Maniac”, también nominado al Oscar que, curiosamente, había escrito en 1980 inspirándose en el film de horror Maniac de William Lustig, por lo que tuvo que reemplazar la palabra “matar” por “bailar”. 

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Sylvester Levay

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Michael Sembello

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Giorgio Moroder con Donna Summer

En la película también se incluyeron temas de música clásica, como el “Preludio a la siesta de un fauno” de Claude Debussy, la “Suite nº 2: Garde montant” de Carmen de Georges Bizet, y el “Adagio for Strings” de Tomaso Albinoni, que fue arreglado y conducido por Lee Holdridge, autor de varias partituras cinematográficas como Gringo Viejo (Old Gringo, Luis Puenzo, 1989) y El señor de las bestias (The Beastmaster, Don Coscarelli, 1982).

 

Además de aparecer en la banda sonora de la película en la versión que se escuchaba en las radios, la canción fue incluida en el segundo álbum de Irene Cara llamado “What a Feeling”. Otra versión que se grabó incluye letra adicional y un segundo puente musical con un solo del guitarrista Richie Zito, quien además programó una máquina de ritmos llamada LM-1, la primera unidad programable en utilizar muestras (samples) de batería reales en lugar de sonidos sintetizados. Moroder fue pionero en la utilización de este aparato y también lo utilizó Michael Sembello en “Maniac” y en “Gravity”, la canción que compuso para la película Cocoon (Ron Howard, 1985).  

 

Además de la voz de Irene Cara, “What a Feeling” tuvo a los ya mencionados Syvester Levay en teclados, Keith Forsey en batería, Richie Zito en guitarra, y Joe Esposito en coros junto a Stephanie Spruill y Maxine Willard Waters.

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A pesar de que la música era un elemento central en Flashdance, la película no era un musical al uso, porque ningún personaje cantaba en la película sino que las canciones aparecían a través de clips y ese fue uno de los secretos de su éxito. Acababa de nacer MTV y supo cómo aprovechar lo que le daba Flashdance. A partir del film de Lyne todas las películas tuvieron su propio vídeoclip: Top Gun con Berlin y Kenny Loggins, Footloose, Dirty Dancing, y miles de etcéteras. 


MTV se nutría de contenido atractivo y las películas encontraban un nuevo canal de difusión gratuita que entraba directamente a los hogares de su potencial público. Incluso el videoclip de “What a Feeling” muestra la secuencia de baile de Flashdance, y se convirtió en el principal impulsor de la moda y tendencia en los 80 de los “leg warmers”, los ejercicios de calentamiento de piernas previos a las sesiones de baile.


La música de cine no sería la misma a partir de “What a Feeling” y Flashdance se mantendría atemporal, eterna, imperturbable al paso de los años. Como las canciones de su banda sonora.

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José Belón de Cisneros
3 years ago

Hey, muy buen artículo. Es interesante lo que dices acerca de esas dos bailarinas que se sintieron reflejadas en la película, evidentemente porque estaba basada en sus vidas, pero imagino que algo más le verían para sentirse tan cercanas a la misma. Cronenberg dejó de lado muchas películas como esta. Se habría forrado si las hubiera aceptado, y me estoy refiriendo a cosas como «Desafío total», «Único testigo», «Top gun», etc. ¡Un saludo muy cordial!