
Cuando Carl Foreman decidió llevar a la pantalla grande “The Guns of Navarone”, la exitosa novela que el escritor escocés Alistair MacLean había publicado en 1957, lo primero que tuvo claro fue que necesitaba una música que fuera tan sutil y sensible como convincente y poderosa. Sin dudarlo, llamó a su amigo, el compositor de origen ruso Dimitri Tiomkin para que la compusiera. Según Foreman era “uno de los pocos hombres que aportaron dignidad a la música de cine”.
"The Guns of Navarone" (1961)
Dimitri Tiomkin: El épico tronar de los cañones
por Eduardo J. Manola
The Guns of Navarone – «Prologue» – music by Dimitri Tiomkin
Los cañones de Navarone formó parte de un ciclo de películas de gran presupuesto ambientadas en la Segunda Guerra Mundial que incluyó El puente sobre el río Kwai (1957), El día más largo (1962) y La gran evasión (1963). La novela de MacLean se había convertido en un bestseller que entusiasmó por sus posibilidades cinematográficas a Mike Frankovich, director de Columbia Pictures, que intentó en seguida interesar a Foreman, en ese momento bajo contrato de producción con el estudio.
Foreman, experimentado en producciones similares como El puente sobre el río Kwai —en la que había participado no como productor sino como guionista al que no se acreditó originalmente―, conocía las dificultades de producir una versión cinematográfica de una novela bélica. Sin embargo, dejó de lado sus iniciales reservas y aceptó embarcarse en el proyecto, a pesar de que no le dejaron dirigir la película porque querían un director británico, que terminó siendo J. Lee Thompson, tras la salida del primer elegido, Alexander Mackendrick, por esas consabidas “diferencias creativas”.
La novela de Alistair MacLean estaba inspirada en la batalla de Leros, una de las islas griegas del Mar Egeo, conquistada por los alemanes durante la campaña del Dodecaneso en la Segunda Guerra Mundial, pero se tomaba algunas licencias, que fueron asimismo mantenidas en la película. Por ejemplo, las medidas de los míticos cañones, que no eran tan gigantescos como los describe el libro ni como se muestran en el filme, sino que su calibre alcanzaba sólo los 152 mm (6 pulgadas), y la acción, que transcurría no en Leros sino en la isla de Kheros, cerca de la costa de Turquía.



Foreman y Tiomkin se conocían de haber trabajado juntos en la Unit of the United States Signal Corps, una unidad creada por el Jefe del Estado Mayor del Ejército, el general George C. Marshall, integrada por jóvenes talentos de la industria del cine y liderada por Frank Capra, que durante la Segunda Guerra Mundial tuvieron la misión de producir películas documentales para acelerar el proceso de adoctrinamiento y entrenamiento de lo miles de reclutas que se enlistaban en las fuerzas armadas cuando Estados Unidos entró en la guerra.
Tiomkin no fue solo un gran amigo de Foreman ―en ese entonces un joven escritor—, sino también una especie de mentor que le enseñó todo lo que sabía sobre la importancia de la música de cine en la producción de una película. Cuando Foreman se convirtió en productor independiente, Tiomkin colaboró con él en muchas de las películas que produjo, como So This is New York, El ídolo de barro, Home of the Brave, The Men, Cyrano de Bergerac y Solo ante el peligro.
Diez años después, se volvieron a reunir para Los cañones de Navarone, un poderoso film de acción bélica, que relata la misión suicida de un grupo de comandos aliados para destruir dos grandes cañones alemanes emplazados en una fortaleza ubicada en los acantilados de una ficticia Navarone, en la isla de Kheros, frente al Mar Egeo, contando con un elenco de estrellas: Gregory Peck, David Niven, Anthony Quinn, Stanley Baker, Anthony Quayle, James Darren, Irene Papas y Gia Scala.

“Dimitri fue una ayuda enorme para mí”, declaraba Foreman antes del estreno. “Más allá de haber compuesto la música, colaboró conmigo en el montaje, y si Los cañones de Navarone es un éxito como parece que lo será, yo tendré con Tiomkin, una vez más, una deuda de gratitud”. Y fue un éxito absoluto en 1961 y fijó la vara muy alta para futuras producciones bélicas que la tomaron como modelo, obteniendo siete nominaciones a los Oscar (entre ellos la música de Tiomkin), y ganando uno, el de mejores efectos visuales. La banda sonora ganó el Globo de Oro de 1962.
“El conocimiento y entendimiento del medio cinematográfico de Tiomkin es abrumador. Es uno de los mejores montajistas que conozco, y cualquier director o productor que no aproveche su talento es un idiota”, sentenció Foreman. Tiomkin creía que un compositor debía compartir la creación de una película, y por eso, antes de empezar a componer, él veía el film y hacía sugerencias sobre las escenas y su montaje.
Así, la música de Tiomkin para Los cañones de Navarone fue el complemento ideal para la acción desplegada en la pantalla, incrementando el sentido de la aventura y el impacto emocional de la trama. Su partitura se apoyó fundamentalmente en tres temas o motivos, el primero marcial, el segundo griego y el tercero puramente lírico, pero no los desarrolló como hubiera sido lo normal, sino que utilizó una estructura de repetición, alterando los registros, texturas, colores y dinámica.
También utilizó una vieja tonada griega para componer el tema llamado “Yassu”, y en la banda sonora incorporó varias canciones folclóricas tradicionales helenas de autores anónimos, arregladas por Andreas Markides, como “Karagouna”, “Ena Karavi Apo Te Chio” y “Yalo Yalo” (esta última una canción popular griega sobre el amor y el mar, cuyos versos suelen improvisarse mientras se canta, tal como lo hace James Darren en la escena de la boda).
The Guns of Navarone – «Yassu» – music by Dimitri Tiomkin


La película se rodó entre abril y julio de 1960 en escenarios naturales de las islas de Rodas, Gozo cerca de Malta, y Tino en el Mar de Liguria, y ya desde el prólogo Tiomkin despliega la fuerza de su sinfonismo en los primeros acordes, para luego diluirlos en una melodía de claros tintes helénicos, evocando la leyenda y maravillas de la antigua Grecia, mientras la elocuente voz de James Robertson Justice nos introduce en la historia actual que vamos a ver. Tras ello estalla el tema principal en toda su dimensión y potencia, interpretado por la Sinfonia of London, que será la encargada de grabar toda la partitura.

La banda sonora incluyó una canción con el claro objetivo de propender a una mejor y más efectiva comercialización de la edición discográfica del álbum. Era un recurso que el propio Tiomkin había inventado en su hora, logrando gran éxito con canciones como “Gunfight at the O.K. Corral” de Duelo de titanes; “Rio Bravo” del film homónimo; “Green Leaves of Summer” de El Álamo; y “High Noon (Do not Forsake me, oh my Darling)” de Solo ante el peligro.
La canción —que solo aparece en el álbum de la banda sonora, no así en la película―, fue “The Guns of Navarone”, interpretada por The Mitch Miller Sing Along Chorus, con letra de Paul Francis Webster, letrista habitual del compositor. Tiomkin estructura la canción sobre la base de los tres temas que mencionamos antes, en orden, con los que pretendía mostrar el carácter del score que sintetiza y refuerza con la canción y su letra.
The Guns of Navarone – «The Guns of Navarone» – music by Dimitri Tiomkin – perf. by Mitch Miller Sing Along Chorus


Miller, también habitual colaborador de Tiomkin, era una de las estrellas más famosas del ambiente musical americano en los años cincuenta, y fue jefe del departamento de Artistas y Repertorio de Columbia Records en esa década y en la del sesenta, produciendo álbumes de artistas como Frankie Lane, Ray Conniff, Percy Faith, Johnny Mathis, Doris Day y Dinah Shore.
Muchas fueron las versiones que se editaron de la canción, entre las más célebres figura la del grupo jamaiquino de ska The Skatalites grabada en 1965, que incluía al vocalista Roland Alphonso y los gritos de Lee “Scratch” Perry, el batería Lloyd Knibb y el bajista Lloyd Brevett. Dentro del mismo género también aparece la versión de la banda británica The Specials de 1980.

The Guns of Navarone – versión The Skatalites

The Guns of Navarone – versión The Specials

The Guns of Navarone – versión Manny Albam

The Guns of Navarone – versión Dorothy Ashby
Hubo versiones que tuvieron éxito en Francia, como la de Franck Pourcel y su orquesta, y la del grupo musical francés de Lyon Les Compagnons de la chanson. El famoso bandleader Xavier Cugat y su orquesta la grabó en 1962, y también diferentes instrumentistas incluyeron sus propias versiones en alguno de sus álbumes en 1961, como la arpista Dorothy Ashby, y los saxofonistas de jazz Johnny Griffin, Joe Reisman, y Manny Albam, y el guitarrista Al Caiola en 1962, entre muchísimos otros.

The Guns of Navarone – versión Xavier Cugat

The Guns of Navarone – versión Al Caiola

The Guns of Navarone – versión Les compagnons de la chanson

The Guns of Navarone – versión Franck Pourcel
The Guns of Navarone (canción)
Letra original en inglés
Traducción al español
Islands of Greece are green and beautiful
Green and beautiful,
Where the olive trees grow
In the field below,
But high on the cliffs the guns are hidden there,
Guns are hidden there,
In a cavern of stone,
Guns of Navarone
There is another isle as beautiful
Where the laurel once bloomed,
Here on this island known as Kheros
Two thousand soldiers are doomed.
Now is the problem how to rescue them
From a crushing defeat
When high on the cliffs
The Guns Of Navarone blocks His Majesty’s Fleet
So in the face of odds impossible
Secret saboteurs in a fisherman’s skiff
Headed for the cliff.
Six men come to save two thousand men
Two thousand men, the brave and the bold
For whom the bells have tolled.
Six men come to the scale the hills above
Here where the gods are,
Think what the odds are – six men.
Come from the sea with nitro glycerine,
Nitro glycerine and a ladder of rope
And a thing called hope.
Six flies climb the Nazi spider web,
Carefully set the charge and the fuse,
So little time to loose.
Tick-tock, swiftly tick the hands of doom,
Ev’rything reckoned,
Time to the second –
Contact!
Spark and a boom and flames are going up,
Guns are blowing up
Thru the thundering roar
Steam the men of war.
Yas-su, God speed to the gallant men, mission accomplished,
Farewell my friends,
And so the legend ends.
Yas-su, toll the bells of Navarone,
Safe be your journey,
Fair wind attends you. Yas-su. Yas-su.
Now on the island green and beautiful
With the morn again,
Hope is born again.
Free!
We shall be free, live and be free!
Free!
Free!
Las islas de Grecia son verdes y hermosas
Verdes y hermosas,
Donde crecen los olivos
En el campo de abajo,
Pero en lo alto de los acantilados los cañones se esconden allí,
Los cañones están escondidos allí,
En una caverna de piedra,
Cañones de Navarone
Hay otra isla igual de hermosa
Donde una vez floreció el laurel,
Aquí, en esta isla conocida como Kheros
Dos mil soldados están condenados.
Ahora el problema es cómo rescatarlos
De una aplastante derrota
Cuando en lo alto de los acantilados
Los cañones de Navarone bloquean la flota de Su Majestad
Así que frente a probabilidades imposibles
Saboteadores secretos en un bote de pescadores
Se dirigieron al acantilado.
Seis hombres vienen a salvar a dos mil hombres
Dos mil hombres, los valientes y audaces
Por los que han doblado las campanas.
Seis hombres vienen a escalar las colinas de arriba
Aquí donde están los dioses,
Piensa cuáles son las probabilidades – seis hombres.
Vienen del mar con nitro glicerina,
Nitro glicerina y una escalera de cuerda
Y una cosa llamada esperanza
Seis moscas trepan por la tela de araña nazi,
Cuidadosamente colocan la carga y la mecha,
Tan poco tiempo que perder.
Tic-tac, rápido tic-tac las manecillas de la perdición,
Todo calculado,
Tiempo al segundo –
¡Contacto!
Chispas y un boom y las llamas están subiendo,
Las armas están estallando
A través del estruendoso rugido
Vapor los hombres de guerra.
Yas-su, bendición de Dios a los hombres galantes, misión cumplida,
Adiós amigos míos,
Y así termina la leyenda.
Yas-su, toquen las campanas de Navarone,
Que tu viaje sea seguro,
El buen viento te acompañe. Yas-su. Yas-su.
Ahora en la isla verde y hermosa
Con la mañana de nuevo,
La esperanza nace de nuevo.
¡Libres!
¡Seremos libres, viviremos y seremos libres!
¡Libres! ¡Libres!
The Guns of Navarone – «Finale» – music by Dimitri Tiomkin
