
Basada en un cuento de H.P. Lovecraft, Re-Animator fue una de las películas de culto que dio el cine de terror de la década del ochenta. La música contribuyó en gran medida a su éxito y en el tema principal revoloteaba el fantasma del gran Bernard Herrmann. Richard Band utilizó intencionadamente el famoso ostinato en cuerdas que el maestro neoyorquino había creado para Psicosis de Hitchcock, adaptándolo al perfil grotesco y paródico del film de Stuart Gordon
RE-ANIMATOR (1985)
Richard Band: Tras la sombra de Bernard Herrmann
por Eduardo J. Manola
Re-Animator – «Prologue & Main Title» – music by Richard Band
«La muerte es solo el principio», rezaba el eslogan del poster español de Re-Animator. «Herbert West tiene una buena cabeza sobre sus hombros…y otra sobre su mesa», decía el de la versión original americana. Estaba todo dicho. West (Jeffrey Combs) era un estudiante de medicina transferido de Europa a la Facultad de Medicina de la Universidad de Miskatonic para continuar desarrollando su inquietante suero de reanimación corporal.
En uno de sus experimentos en la Universidad de Zúrich en Suiza, había resucitado al Dr. Hans Gruber (Al Berry) su profesor muerto, pero algo había salido mal y los efectos secundarios habían sido terribles: la dosis había sido excesiva. Sin embargo, cuando lo acusan de haber matado al profesor, West exclama: «¡Le di vida!». Allí es cuando comienza una música que, de inmediato, cualquier espectador medianamente avispado reconoce. Unos arcos rozan las cuerdas de los violines y estallan en un ataque tremendamente familiar para los oídos.
Es que Richard Band, en una idea propia y absolutamente personal (e inspirada, por cierto), introduce las notas del famosísimo tema principal de la inmortal partitura que Bernard Herrmann había compuesto para Psicosis (Psycho, 1960). Visualmente, la secuencia de los títulos de crédito, a los que se aplica la música de Band, también son cómplices de la cita evocadora del film de Alfred Hitchcock.
Muchos espectadores desprevenidos y algunos críticos poco sensibles a los guiños cinéfilos, cuestionaron esta conexión auditiva, sin comprender el homenaje que Band estaba rindiendo al gran músico neoyorquino, al que además veneraba como uno de los compositores cinematográficos más influyentes de su carrera y de la música de cine.
«Sabes, en los créditos finales de Re-Animator, se suponía que iban a aparecer las palabras “With Acknowledgment and Humble Apologies to Bernard Herrmann” (Con reconocimiento y humildes disculpas a Bernard Herrmann), pero básicamente, hubo un error y se quedaron fuera», justificó Band en una entrevista con comingsoon.net.
«Me dieron la opción de que si estaba dispuesto a pagar para volver a rodar los créditos finales, lo arreglarían, pero supondría un coste adicional de 10.000 dólares y no podía permitírmelo porque me pasé tanto del presupuesto para hacer la película que tuve que poner de mi propio bolsillo 15.000 dólares para completarla. Nunca gané un centavo con Re-Animator. Fue una situación extraña. Pero llegando al meollo de la cuestión, la partitura era un homenaje.
Quería que fuera muy obvio en cuanto a lo que era, pero al mismo tiempo quería tomar un tacto diferente. Tenía un título principal muy extravagante que utilizaba temas de Psycho, uno que utiliza motivos que lo hacen muy Psycho. Pero si se examina realmente ese título principal, hay un tema extravagante que va detrás de esas cuerdas, un ritmo de batería loco y, por supuesto, ese era sólo uno de los temas. El resto de la música no tiene nada que ver con Herrmann y, con razón o sin ella, la mayoría de la gente entendió el chiste; muy poca gente se ofendió por ello y si el título final hubiera estado ahí no creo que nadie hubiera pestañeado».
Muchos acusaron a los realizadores de Re-Animator (el director Stuart Gordon y el productor Brian Yuzna) de haber producido una mala adaptación del cuento “Herbert West, reanimador” de H.P. Lovecraft, pero lo cierto es que la película es una suma de genialidades que la convirtieron en una obra de culto del renacido género del gore y la comedia de terror, que en ese entonces se denominó splatstick, una rara mezcla de farsa al estilo de las primeras películas de Herschell Gordon Lewis y el slapstick típico del humor del cine mudo, que tuvo en El regreso de los muertos vivientes (The Return of the Living Dead, 1985) de Dan O’Bannon, y en Terroríficamente muertos (Evil Dead II, 1987) de Sam Raimi, dos hitos de similares características, identidad e incidencia.
Re-Animator – «Halsey Grabs Meg» – music by Richard Band



Como bien dice el periodista y guionista Pedro Berruezo (más conocido como John Tones): «Re-Animator es (…) una criatura de Frankenstein. Un engendro compuesto de multitud de parches, influencias y con un sinnúmero de tonos y estilos guiando sus pasos. Pasos torpes y patizambos a veces, salvajes y furiosos la mayor parte del tiempo. Pero ante todo, estamos ante un milagro, como la Criatura: una película única e inimitable fruto de una singular mixtura de influencias…».[1]
De hecho, fue Re-Animator la película que provocó que el cine lanzara con fuerza una serie de adaptaciones oficiales de libros o cuentos cortos de Lovecraft, cuyo nombre, pese a ser influencia en el cine de terror, sólo había aparecido acreditado en escasas producciones, como Berkeley Square (1933), la trilogía hammeriana de Quatermass (1955, 1957, 1967), The Trollenberg Terror (1958), o The Haunted Palace (1963) de Roger Corman.
Richard Band, — hermano del mítico Charles Band, productor de películas de serie B y mandamás de la no menos mítica Empire, devenida en la actual Full Moon, para quien se encargaba habitualmente de las bandas sonoras― era un defensor de la orquestación sinfónica y la grabación con una orquesta tradicional:
«Cuando empecé, la mayoría de las partituras de películas de terror se hacían con sintetizadores», explicaba Band, «y no es que no me gustaran los sintetizadores, sino que eran cursis, y estaba convencido de que si la película tenía una partitura orquestal y orgánica detrás, añadiría mucho valor a la producción. Y ese fue el impulso que mi hermano y otras personas para las que trabajaba empezaron a entender: que gastando un poco más de dinero en la partitura se puede aumentar el valor de la película.
Eso se reflejó en muchas películas de Empire. Algunas eran buenas, otras no, pero el motivo por el que Empire se hizo famosa fue por su capacidad de producir películas de gran calidad por tan poco dinero. Así que siempre he insistido, en la medida de mis posibilidades, en que la partitura sea de la máxima calidad. Siempre lo haré».
Re-Animator – «Halsey Alive – First Corpse To Be Re-Animated – Corpse Re-Animated» – music by Richard Band

Al asumir el encargo de componer la música de Re-Animator, Band mantuvo esa idea de la orquestación, escribió la música en tres semanas y media y la grabó en Italia, al frente de la Orquesta Filarmónica de Roma integrada por cuarenta músicos, incorporando elementos electrónicos más tarde en la mezcla final. Además del gore, Re-Animator tenía un gran porcentaje de grotesco, y Band entendió que su música debía reflejar ambos aspectos, así que sugirió que la banda sonora debía ser abiertamente paródica:
«La película es tan única desde el punto de vista de que es tan sangrienta y tan extraña, que no había forma de que pudiera abordarla con seriedad. Por lo tanto, decidí utilizar mucho humor en la música y, además, hacer algunas cosas musicales extravagantes, algunos ritmos y cosas muy extrañas, mucha electrónica (…)».[2]
Si bien le habían prometido plena libertad, a Yuzna y a Gordon no les gustaba mucho la idea: «Tenía que ser una película de terror seria. Pero después de dos meses y medio de edición, en los que no hicimos más que discutir, yo permanecí fiel a mi idea y Yuzna fue poco a poco convenciéndose. Aunque creo que nunca llegaron a estarlo del todo», recordaba el compositor.
Band trabajó más que nada con Brian Yuzna, quien fue el que lo convocó a colaborar en el film porque conocía sus bandas sonoras pues había participado en un guion con su padre, Albert Band. «Quería que me adentrara en direcciones muy extrañas; no quería una partitura convencional.
En un momento dado, cuando llevaba un tercio de la composición, el director vino y le toqué lo que había creado, le encantó y se acabó». «Se necesitaba una especie de batiburrillo de cosas con cierto grado de humor y, obviamente, esa es la forma en que empecé la película, utilizando una sensación familiar de Bernard Herrmann para la secuencia principal, para empezar con la base de que la gente no debe tomar esto como una película extremadamente seria».

Re-Animator – «‘Parts, Whole Parts’ – End Sequence- The Corpses Run Amok!» – music by Richard Band
Sin embargo, Band reconoció que no estudió en absoluto el score de Psicosis, y sostuvo que su versión del tema principal de Herrmann es una creación personal completamente suya, en la que la estructura es básicamente herrmanniana y, sin duda, un abierto homenaje al compositor, quien, según Band, tenía un sentido del humor muy irónico y probablemente se hubiera reído a carcajadas. Eso deberían hacer los que se quejaron de la utilización del tema de Psycho.
«Nadie lo haría tan obvio si no existiera una razón para ello.», comentó Band. «La Bernard Herrmann Society, básicamente un club de fans, acusó a mi partitura de ser un aborto. Y estoy de acuerdo con ellos. ¿No era esa la intención?».
La versión de Band del tema de Psicosis incorporó una serie de arreglos que incluyeron una luminosa percusión a base de batería, que le aporta esa cuota de modernidad que tanto bien le hizo, y el resto de la partitura casa a la perfección con las necesidades del film, en la que por cierto hizo un buen uso de otro tema principal, esta vez extraído de la banda sonora de Freud, pasión secreta (1962) del maestro Jerry Goldsmith.



La película se convirtió en un clásico de culto del género del terror más bizarro, y la música de Richard Band contribuyó claramente a ese éxito. Brian Yuzna, que en un principio no estaba de acuerdo con el planteo musical del compositor, resumió de manera muy ilustrativa su aporte y su acierto:
«Cuando Richard hizo la banda sonora de la escena [del cuerpo de Hill transportando su propia cabeza], el resultado era ridículo. Un tío que iba andando con su propia cabeza por delante. ¡Era absurdo! Cuando Richard puso esa banda sonora de “Donk-di-donk-di-donk”, la música indicaba al público que se tenía que reír, aunque la secuencia acaba de forma amenazadora con el “Come oooouuuuttt!! Dejó que el público pillara el chiste»[3].
Al final, Yuzna y Stuart Gordon quedaron muy satisfechos con el trabajo de Richard Band, y lo volvieron a llamar para que le pusiera música a sus siguientes proyectos, Dolls y From Beyond (más conocida como Re-Sonator), ambas de 1986.
Re-Animator – «‘Meg Re-Animated – End Title» – music by Richard Band
