En fin, es la onda de los últimos tiempos de Bond. Las canciones desde Skyfall y el tema de Adele (inmensamente mejor, por cierto), tienen un dejo aletargado, un sesgo melancólico, en línea con el concepto del nuevo 007. Puede gustar o no, como el nuevo tema de Billie Eilish que no está mal, que muy probablemente recoja repercusión y algún premio. La figura de Eilish, su popularidad y actualidad estética harán el resto, y creo que es a eso a lo que apuntaron los productores al elegirla.
La sensación es que es un tema que hay que escuchar varias veces, que va encajando a pesar de su raquitismo y su languidez, que no pasará a la historia, pero que no ha defraudado del todo.
Lejos, muy lejos, han quedado las maravillas de John Barry y David Arnold.
El tiempo dará su veredicto. Aunque Bond se quede sin tiempo para morir.
Me pareció hermoso y muy «Bond». Desde luego, como todo tema estético, es opinable.