¿Qué cabría esperar entonces de la nueva elegida?
En un reportaje, Billie Eilish confesó estar encantada de poder participar en la película, y reconoció el valor extraordinario de esa tradición y lo que significa sumarse a ella. Billie y su hermano Finneas se encargarán de la composición de la canción, y su mayor desafío estará en conectar su propio estilo, su identidad artística y musical, con el implantado por Barry. Deberá tratar de evitar caer en la tentación de imponer uno por sobre el otro, e interpretar, además, el concepto del nuevo 007 que Daniel Craig viene dibujando desde su desembarco en 2006 con Casino Royale: un Bond conflictuado, amargado, desilusionado y hasta falible.
Talento no le falta a Eilish.
Sin embargo, habrá que ver cómo logrará adaptar su estilo indie pop, vacío de explosión, con la onda musical bondiana, que en sus canciones, a través de los años y los diferentes intérpretes, ha sabido combinar melodía, sinfonismo, rock y una raíz jazzística, para retratar el glamour, la intriga y la personalidad fascinante del mayor icono del cine de acción.