
Con Black Rain, Hans Zimmer debutó en el cine de acción y comenzó a delinear ese personal sonido que lo diferenció de los demás y le abrió las puertas de Hollywood. Black Rain sería su primera colaboración con el director británico Ridley Scott, que se extendería por varios años y dejaría joyas de la música de cine, como su partitura para Gladiator
BLACK RAIN (1989)
Lluvia negra
Hans Zimmer: Sacudiendo la música de acción
por Eduardo J. Manola
Black Rain – «The Restaurant» – music by Hans Zimmer
Tras un debut de primer nivel con Los duelistas (1977), y dos superéxitos descomunales como Alien, el octavo pasajero (1979) y Blade Runner (1982), el camino del director británico Ridley Scott en la cinematografía mundial se convirtió en una alfombra roja hacia la consagración absoluta y el reconocimiento permanente.
En 1989 probó con el cine policíaco con Black Rain (Lluvia negra), un sobrio largometraje que contaba las peripecias de Nick Conklin (Michael Douglas) y su compañero Charlie Vincent (Andy García), dos policías de Nueva York que presencian un asesinato en un bar y detienen al criminal, un miembro de la Yakuza japonesa llamado Sato (Yusaku Matsuda). A ambos les asignarán la misión de cumplimentar la extradición de Sato, entregándolo a la policía nipona en el aeropuerto de Osaka.
Sin embargo, Nick y Charlie son engañados y Sato escapa del aeropuerto, provocando tensión internacional y el inicio de una relación con el detective Masahiro (Ken Takakura) de la policía de Osaka, que estará a cargo de la pesquisa para apresar al peligroso delincuente. Scott supo combinar con maestría el clásico thriller policíaco con el choque cultural entre las maneras informales y rayanas con la ilegalidad con las que se conducía Conklin, y la rígida sacralidad de los procedimientos de los japoneses.


Black Rain – «Osaka» – music by Hans Zimmer
El thriller deja paso a la venganza cuando Charlie es emboscado por la banda de Sato y decapitado cruelmente por este. Nick, con la ayuda y complicidad de Masahiro, se adentra en el submundo del crimen organizado japonés, creándose además una amistad entre ambos policías que llevará a un emotivo final.
La película, todo un éxito de taquilla, se rodó principalmente en Osaka entre noviembre de 1988 y marzo de 1989, y estéticamente guarda puntos de contacto con Blade Runner, en especial con los planos del famoso muro de neón que da al canal Dotonbori. La intención inicial de Scott era rodar en el barrio nocturno de Kabukicho, en Tokio, pero tuvo problemas de permisos que las autoridades de Osaka no exigían.
En un principio, Paul Verhoeven iba a dirigir el film, pero terminó recayendo en Scott. Jackie Chan rechazó el papel de Sato, porque sentía que sus fans no lo verían bien como villano, así que fue el japonés Matsuda el elegido, quien fue diagnosticado de un cáncer al empezar a rodar, y pese a que empeoró, decidió seguir adelante: “Así, viviré para siempre”, dijo. Falleció el 9 de noviembre de 1989, pocas semanas antes del estreno de Black Rain.

Black Rain – «Charlie Loses his Head» – music by Hans Zimmer
La excelente fotografía de Jan de Bont (más tarde devenido en director de películas como Twister y Speed), se luce en las tomas aéreas de los estuarios de los ríos Yodogawa, Kanzakigawa y Ajigawa, en la bahía de Osaka al atardecer; en el puente Ebisubashi; el edificio futurista Kirin Plaza; la ciudad portuaria de Nanko; y el centro comercial de la Estación Terminal Hankyu Umeda, donde un motorista de Sato le arrebata la gabardina a Charlie.
Por su parte, las tomas filmadas en la Acería Nippon en Sakai, quedaron inconclusas y debieron completarse en la California Steel Industries, en Fontana, Estados Unidos, en donde más tarde se filmaría Terminator 2: El día del juicio. La carrera de motos entre Conklin y un contrincante se rodó en el Puente de Brooklyn; la casa de Sugai, el jefe de la Yakuza, se filmó en la famosa Casa Ennis de Frank Lloyd Wright; y la persecución final en moto en Napa Valley, California.
UNA REVOLUCIÓN MUSICAL EN EL CINE DE ACCIÓN
Hans Zimmer había presentado sus credenciales con su partitura para Rain Man (1988), por la que recibió su primera nominación al Oscar, y Black Rain fue la primera banda sonora de su extensa colaboración con Ridley Scott, que se consolidaría con títulos como Thelma & Louise, Gladiator, Hannibal y Black Hawk derribado. Zimmer todavía no había revolucionado el panorama musical de Hollywood con su factoría Mediaventures, pero el final de los ochenta y el comienzo de los noventa lo encontraban participando en producciones importantes.
Paseando a Miss Daisy, Dos pájaros a tiro, Días de trueno, Matrimonio por conveniencia, y Llamaradas, fueron trabajos que ya contenían los primeros atisbos de esa impronta musical que lo haría fácilmente identificable y le granjearía una comunidad de fans que comenzaría a seguirlo. Algunos analistas consideran Black Rain como una de esas escasas bandas sonoras que suponen una bisagra en la historia de la música de cine.


Black Rain – «The Handing Over» – music by Hans Zimmer
Antes de Black Rain, el compositor germano había compuesto para comedias y dramas. El éxito es la mejor venganza (1984) fue su debut en la música de cine junto a su mentor Stanley Myers, con quien co-escribió varias partituras hasta que fue independizándose de a poco, con trabajos como Un mundo aparte (1988) de Chris Menges, y le llegó la hora con Rain Man.
Black Rain supuso el debut de ese “sonido Zimmer” tan personal, que generaría “cuerpos sonoros” arrolladores que se convertirían en verdaderos himnos musicales del cine de acción. Un estilo modélico, que sería imitado por sus colegas y que él llevaría al paroxismo en sus estudios de Mediaventures, a través del trabajo de sus varios discípulos.
Aquella sensibilidad lírica que despuntara en sus trabajos iniciáticos, fue combinada por Zimmer, para Black Rain, con esa mezcla orquestal-electrónica innovadora y un toque de pop-rock. Fue la primera vez que esa receta musical se aplicó a la música de acción, y el resultado fue extraordinario. Zimmer había hecho algo que nunca se había hecho de esa manera, sin perjuicio de que sí había habido música electrónica aplicada al cine de acción.

Black Rain – «Chase to the Steel Plant» – music by Hans Zimmer
La faz sinfónica de Black Rain contó con el talento de la compositora Shirley Walker, que aquí ofició de orquestadora y dirigió la formación de cuerdas y metales que interpretó la partitura de Zimmer en las grabaciones. A las ideas de Walker se sumaron las de Zimmer, basadas en teclados electrónicos, cajas de ritmos, sintetizadores y efectos de percusión metálica.
A ello se sumó, con gran acierto, una ambientación musical de raíces japonesas para delinear el entorno geográfico de la trama, edificada sobre un koto (instrumento cordófono de la familia de las cítaras), y una sección de maderas exóticas, con el shakuhachi (flauta nipona utilizada por los monjes budistas de la secta Fuke Zen) como instrumento principal.
La partitura se estructura sobre tres temas. El primero es el leitmotiv instrumental que identifica a Nick, liderado por una guitarra eléctrica ejecutada por Jennifer Batten, músico de sesión estadounidense, conocida como la guitarrista que acompañó a Michael Jackson en tres giras consecutivas entre 1987 y 1997.
Los otros dos temas corresponden a la ciudad de Osaka y al viejo gangster Sugai (el veterano Tomisaburo Wakayama), ambos de claras raíces orientales. Los tres temas son surcados por un ostinato recurrente que Zimmer bautizó como “ostinato de la venganza”, con el que subraya la obsesión de Nick por vengar a su compañero decapitado.



Black Rain – «Sato’s Escape / Nick’s Arrest» – music by Hans Zimmer
Lamentablemente, Ridley Scott dio rienda suelta a su habitual costumbre de manipular la música en el montaje final de sus películas. Enfrascado en discusiones con la Paramount y el productor Stanley R. Jaffe, el cineasta desintegró la unidad temática de la partitura de Zimmer, cambiando de lugar la mayoría de las pistas creadas por el alemán, o eliminándolas directamente.
Scott ya había enloquecido a Vangelis con sus constantes cambios de montaje, obligándolo a reescribir varios temas en Blade Runner, y consiguió enojar a Jerry Goldsmith, cuando reemplazó fragmentos que el californiano había compuesto para Alien por temas que Goldsmith había escrito para Freud, pasión secreta, y por el Segundo Movimiento de la Sinfonía 2 “Romántica” de Hanson.

Black Rain – «The Final Confrontation» – music by Hans Zimmer
La banda sonora de Black Rain se completó con varias canciones pop, entre las que destacaban “Living in the Edge of the Night” de Iggy Pop; “Laserman” del recientemente fallecido Ryuichi Sakamoto, de un ecléctico vanguardismo oriental; y “I´ll be Holding on”, interpretada por Gregg Allman, y compuesta por el propio Zimmer y Will Jennings, que utilizaba la melodía del tema principal.

Black Rain – «Laserman» – music by Ryuichi Sakamoto

Black Rain – «I’ll be Holding On» – music by Hans Zimmer – perf. by Greg Allman
Hans Zimmer había creado algo único, diferente, música con aires de rock progresivo, apoyada en los avances en el campo de la música electrónica y en las más clásicas orquestaciones sinfónicas, con gran despliegue instrumental y con una impronta emocional, un descaro y una energía que no eran usuales y que marcarían camino en el futuro.
A partir de Black Rain, las bandas sonoras de acción de los noventa se calzaron ese traje: sus propios trabajos para La asesina, Crimson Tide, Broken Arrow, The Rock, e incluso la mismísima The Lion King, siguieron esa huella. Eso es lo que hace que Black Rain sea considerada la génesis del sonido Zimmer, y tan importante en su carrera profesional como en la mismísima historia de la música de cine.

Black Rain – «Black Rain Suite D (Nick and Masa)» – music by Hans Zimmer
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