
Alien, el octavo pasajero fue todo un impacto en el cine fantástico con su propuesta de thriller claustrofóbico ambientado en los oscuros pasadizos de una enorme nave industrial en la que sus siete tripulantes tendrán que lidiar con un espécimen tan desconocido como desalmado y letal. Ridley Scott no había elegido a Jerry Goldsmith para componer la banda sonora. Aquí la historia.
ALIEN (1979)
Alien: el octavo pasajero
Jerry Goldsmith: Traicionado por los temp-tracks
por Eduardo J. Manola
Alien – «The Recovery» – music by Jerry Goldsmith
Cuando el realizador británico Ridley Scott encaró a fondo el proyecto de rodaje de Alien: el octavo pasajero, el Studio System que había imperado en Hollywood durante las décadas anteriores había dejado paso a la llegada de una nueva generación a la industria cinematográfica, lo cual por cierto, no promovería la interacción o diálogo entre los distintos departamentos artísticos, pero sí generaría cambios profundos en la forma en que los directores influirían en el producto final. En el fondo, este cambio de paradigma sucumbía, como ocurre generalmente, ante los designios del “vil metal”. Las decisiones artísticas iban y venían al son de las necesidades comerciales. La taquilla mandaba y el arte cedía a los caprichos de la mayor comercialidad.
La música, la banda sonora, fue uno de los ítems que sufrió estos cambios, dejando atrás aquella época dorada en la que el compositor era considerado una pieza central de la producción y parte esencial de la concepción artística de la obra cinematográfica. La música de Alien es un ejemplo claro y concreto de esa nueva realidad, y su autor, el maestro californiano Jerry Goldsmith, sufrió en propia carne los efectos de la nueva maquinaria, permeable a las exigencias de un producto diseñado para ganar dinero.
Cuando los ejecutivos de la 20th Fox lo llamaron para que le pusiera música a Alien, el nuevo y ambicioso proyecto que tenían entre manos (con pretensiones de convertirse en una suerte de bisagra en la clásica concepción del género de la ciencia ficción, acercándolo al horror más visceral, con fama de pionero en la sofisticada estética de su diseño artístico que incluiría nombres tan vanguardistas como el del suizo H.R. Giger y el del francés Moebius, y la reaccionaria centralidad de una mujer como heroína), Goldsmith, viejo zorro, creyó que su prestigio en ascenso lo colocaría en una posición de ventaja artística ante un director como Ridley Scott, muy poco conocido en la industria cinematográfica de aquel entonces. Pronto se daría cuenta, de manera dolorosa, de que estaba muy equivocado.

Desde los inicios de la concepción original del film, Scott quería que la música fuera perturbadora y poco convencional, por lo que imaginó utilizar la variación con sintetizadores de “Los planetas” de Gustav Holst, que había creado el renombrado compositor japonés Isao Tomita, uno de los pioneros de la música electrónica, que se caracterizaba por fusionar piezas de música clásica con sintetizadores Moog, siguiendo los pasos de su admirada Wendy Carlos, máximo exponente de esa concepción musical. Sin embargo, esa pretensión creativa de Scott chocó con la idiosincrasia más empresarial de Alan Ladd Jr., el presidente de la Fox, que ya estaba harto de las veleidades del director y le impuso una elección más segura: Goldsmith.
Isao Tomita Holst The Planets Neptune The Mystic
El compositor puso manos a la obra, y en poco tiempo escribió el tema principal, al que dotó de una melodía romántica a base de trompeta solista sobre un sostenido de cuerdas para introducir a la Nostromo con un halo mágico, mezcla de belleza y misterio, que sugiere la finita significancia del ser humano frente al espacio infinito. “Cuando entré en el proyecto de Alien, yo pensaba en el espacio como algo desconocido, pero no terrorífico. Pensaba que tenía algo de romántico, por supuesto que había misterio, pero ciertamente había belleza, así que le dije a Scott, déjame tocar los títulos de inicio románticamente, con lírica, y cuando la historia empiece a hacerse impactante, recién la música acompañaría el shock, no antes, no desde los títulos principales. Así que compuse entonces el tema bajo ese concepto, con algo de misterio pero básicamente lírico, era muy bonito”.
Pero Scott le rechazó esa primera propuesta por considerarla demasiado genérica, demasiado obvia: “La música era demasiado rica”, coincidió el productor asociado David Giler. Allí comenzó esta especie de “guerra creativa” que terminaría despedazando la obra original de Golsmith, aunque si uno lo analiza desde el punto de vista del film, quizás se podría reconocer que la manipulación que hizo Scott de varios de los temas, intercalándolos en secuencias distintas a las que los había asignado el compositor, o reemplazándolos por otras piezas, pudo haber sido un acierto.
Alien – «Main Title» original compuesto por Jerry Goldsmith y rechazado por Ridley Scott
Goldsmith reaccionó mosqueado al rechazo de Scott, que le obligó a escribir una música más amenazadora cuando ya había concluido la grabación del score con la National Philharmonic Orchestra, que se realizó entre el 20 de febrero y el 1 de marzo de 1979. Responsable y obediente con su compromiso profesional, compuso un tema diametralmente opuesto. Al enfado se sumó la sorpresa cuando a todo el mundo le encantó ese nuevo tema. “Escribir el tema original me llevó un día entero. Con el nuevo tardé cinco minutos, era el típico y obvio sonido extraño y misterioso, sin nada de lírica”, se lamentó Goldsmith.
Las divergencias no se quedarían allí. Scott y su montador Terry Rawlings harían de las suyas imponiendo su personal criterio a la hora del spotting (procedimiento para decidir en qué lugar colocar la música) y de la selección de las piezas musicales que permanecerían en la banda sonora del film. Es claro que la experiencia de Scott en sus años de realizador de spots televisivos, como aquel famoso de “Channel nº 5 Share the Fantasy” que rodó con música de Vangelis, influiría en su costumbre de utilizar temp-tracks (temporary music o música provisoria) para apoyarse musicalmente en el rodaje de las escenas.
La primera ocasión tendría lugar en ciertas escenas que Scott y Rawlings habían montado utilizando como temp-tracks algunos fragmentos de la música que el propio Goldsmith había compuesto para otra película, Freud, pasión secreta (1962) y por la que había recibido su primera nominación al Oscar. Concretamente, editaron, cortaron y pegaron los temas “Main Title”, “Charcot’s Show” y “Desperate Case” de la banda sonora de Freud, utilizando predominantemente el resultado en la escena de la muerte de Dallas (Tom Skerrit). Goldsmith caminaba por las paredes. Había escrito un tema original específicamente para esa secuencia, pero Scott se había acostumbrado a los temp-tracks y decidió mantenerlos en el metraje final. “Mira qué bien funciona esa música en la escena”, le dijo Scott, y Goldsmith respondió: “Es un error, apesta”.
Edición de temas de la banda sonora de Freud utilizada como temp-track por Ridley Scott en Alien

Alien – «Breakaway» – music by Jerry Goldsmith
La segunda estocada se produjo con la pieza elegida para la secuencia final (en la que Ripley vence a la criatura) y los créditos finales. Con la excusa de dar a los destrozados nervios del espectador algo de alivio tras un metraje lleno de tensión y sobresaltos, Scott decidió que la música apropiada para ello no era la que había compuesto Goldsmith, sino el Segundo Movimiento de la Sinfonía nº 2, in D mayor, Opus 30, llamada “Romántica” de Howard Hanson escrita en 1930. Absolutamente ofuscado, Goldsmith corrió a la Fox para que le dieran explicaciones, pero no hubo marcha atrás, y la música prestada se quedó allí, convirtiéndose en el “tema de Ripley”, mientras el alivio se convertía en inquietud ante la nueva situación de la protagonista, liberada de la criatura pero ahora enfrentada a un incierto regreso en solitario por la inmensidad espacial.
Por otra parte, Scott también descartó varios de los temas originales compuestos por Goldsmith en diferentes secuencias, como la del enfrentamiento final entre Ripley (Sigourney Weaver) y el Alien, y los reemplazó por…nada. “El silencio amplificaba el terror”, sostuvo Scott, que había quedado impresionado con dos películas que había musicado también Goldsmith y que, curiosamente, apenas si tenían música: Patton y Chinatown.
Justamente el horror había sido tratado de manera singular por la concepción musical que un Goldsmith influenciado por la vanguardia musical europea del este (Penderecki, Ligeti, Bartók, Stravinsky) había pergeñado para Alien, jugando con la instrumentación más audaz desde su partitura para El planeta de los simios (1968), con predominio de la atonalidad y una sonoridad ominosa que exacerbaba el suspense que reptaba por los oscuros y húmedos pasadizos y exclusas de la Nostromo en los que acechaba la criatura, siempre amenazante y jamás mostrada en toda su dimensión.
Para conseguir esas sensaciones, Goldsmith desplegó un abanico experimental utilizando de manera combinada, progresiva y en un constante “crescendo”, una serie de instrumentos con sonidos ásperos y extraños, como el serpentón, un viejo instrumento que parece mezclar un fagot, una trompa y una tuba; y el didgeridoo, una verdadera reliquia de la música aborigen australiana de sonoridades exóticas y formato parecido a un tubo de madera ahuecada de más de un metro de altura. Estos instrumentos estaban en desuso en la música de cine, y quien los había utilizado antes había sido Bernard Herrmann en su banda sonora para el film Viaje al centro de la Tierra (Journey to the Center of the Earht, Henry Levin, 1959).
Alien – «Here Kitty» – music by Jerry Goldsmith (con serpentón)

Alien – «Parker’s Death» – music by Jerry Goldsmith (con serpentón y didgeridoo)
A estos les sumó la caracola india o sankha (otro instrumento aerófono, fabricado con una concha marina de gran tamaño, originario de la India), que junto a los violines y el arpa procesó a través del sistema Echoplex que ya había utilizado en bandas sonoras como la propia Patton, Coma o El planeta de los simios, obteniendo así ecos reverberados de pizzicatos y pasajes percusivos sintetizados con los que imprimió un sonido más “orgánico” a las apariciones más impactantes y sangrientas de la criatura. Lamentablemente, algunos de estos cortes fueron mutilados o simplemente eliminados por Scott y reemplazados por versiones editadas más breves. El resultado final fue que de todos los temas que Goldsmith había compuesto, solo uno conservó su estructura original, el titulado “To Sleep”. Los demás sufrieron algún tipo de variación o mutilación.
Alien – «The Passage» – music by Jerry Goldsmith (con caracola india)
Alien – «A New Face» – music by J.Goldsmith (al principio se escucha el arpa echoplexada)
Alien – «The Craft» – music by J.Goldsmith (con violines echoplexados)

Se puede decir entonces, que lo que quedó de la obra original de Goldsmith en el metraje de Alien no es exactamente lo que el compositor había tenido en mente y había desarrollado para musicalizar el film. Su concepción musical había sido traicionada por los temp-tracks de Scott y por la costumbre del director de tener el control total sobre la banda sonora, que llevaría al límite más pronto que tarde en su carrera, demostrando nulo respeto por la tarea de los compositores, algo que lo asemeja al peor Stanley Kubrick, aquel que, sin avisarle, reemplazó por música clásica la partitura que había compuesto Alex North para 2001: Una odisea del espacio, todo ello dicho, claro está, sin perjuicio del acierto o desacierto de las decisiones artísticas tomadas por los cineastas.
En una actitud que podría tildarse de un tanto cínica, Ridley Scott afirmó que la banda sonora que Goldsmith había compuesto para Alien era una de sus favoritas, seria y aterradora pero bella: “Quiero decir, tiene una oscura belleza, y parece tocar el ADN de alguna sociedad distante, ya sabes, ese jinete espacial sería de algún lugar y tendrían algún tipo de orden o desorden social”, dijo.
Alien – «It’s a Droid» – music by Jerry Goldsmith

Scott volvería a ensañarse con Goldsmith cuando este, a regañadientes, aceptó componer la música para Legend (1985). Ya no mutilaría o eliminaría ciertos temas, sino que directamente reemplazaría la banda sonora completa de Goldsmith en la película que se distribuyó en Estados Unidos por una diferente escrita por el grupo alemán de música techno-electrónica Tangerime Dream. La partitura de Goldsmith se mantuvo en la distribución europea.
La banda sonora original, con el agregado de algunas demos y temas alternativos, puede disfrutarse en la soberbia edición discográfica doble del sello Intrada lanzada en noviembre de 2007, que recoge además los diez temas que Goldsmith produjo y grabó personalmente con la National Philharmonic en 1979, bajo la batuta de su amigo y colega Lionel Newman, y que supuso una manera de resarcirse del daño ocasionado a su obra y, en definitiva, a su prestigio.
Alien – «End Title» – music by Jerry Goldsmith
Bibliografía y artículos consultados:
Ian Nathan, Alien: El octavo pasajero, la historia definitiva (título original Alien Vault), Timunmas, Scyla Editores, septiembre de 2012
Christian Aguilera, Jerry Goldsmith: Música para un camaleón, T&B Editores, 2014
David Serna, Reseña del CD de la banda sonora original de Alien editado por Intrada, publicada en la web Scoremagacine, 23 de enero de 2007

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