
Antón García Abril
BIOGRAFIA
Teruel, Aragón, España, 19 de mayo de 1933 – Madrid, España, 17 de marzo de 2021
Compositor español de música orquestal, de cámara, obras corales, y considerado uno de los grandes músicos en la historia de la banda sonora española, con una importante carrera con más de 180 partituras tanto para el cine como para la televisión.
Su padre era músico de banda, le enseñó solfeo y lo incluyó en su propia banda. “Después me compraron un piano y fue cuando descubrí otro mundo”, recordó García Abril. Sus primeros estudios musicales los cursó en el Conservatorio de Valencia y después en Madrid, y se perfeccionó en composición y música cinematográfica en el extranjero con el maestro italiano Angelo Francesco Lavagnino en la prestigiosa Accademia Chigiana de Siena.
Adscrito a la denominada Generación del 51, aquella que conecta de lleno con la vanguardia internacional, fue uno de los creadores en 1959 del grupo Nueva Música, y fue profesor titular de solfeo y teoría de la música en el Real Conservatorio de Madrid, a través de cuya cátedra ha sido maestro de varias generaciones de compositores. Su lema era “la Cultura es libertad”, lo que dice mucho de su personalidad, siempre respetuoso de que todas las estéticas son necesarias, siempre que mantengan un equilibrio perfecto entre la técnica y la intuición musical.
Su amplísimo repertorio musical incluye cantatas, obras orquestales, canciones; la ópera “Divinas Palabras”, que fue la primera ópera española que sirvió para inaugurar la nueva remodelación del Teatro Real; obras para orquesta sinfónica como “Homenaje a Miguel Hernandez”, “Celebidachiana”, “El mar de las calmas”, “Variaciones concertantes”, “Hemeroscopium”, “Lumen”; conciertos para violín, para piano, para flauta y piano, violonchelo, viola, guitarra, dos guitarras, dos pianos como “Juventus”, “Concierto de las tierras altas”, “Cantos de Ordesa”, “Poemario”, “Cadencias”, “Concierto delle Creature”, “Concierto de Gibralfaro”; ballets como “Don Juan”, “Fuenteovejuna”; “La gitanilla”, “Danza y Tronío”; música de cámara como el “Quinteto para viento-metal”, “Cuartetos de cuerda, tríos, dúos”; obra didáctica como “Cuadernos de Adriana”, “Música de cámara para niños”, “Vademécum”.
Compuso además el Himno de Aragón por encargo de las Cortes de Aragón. Su obra concertística, de carácter sinfónico, pretendió continuar la tradición nacionalista española introduciendo los adelantos vanguardistas de su época. Fue un estudioso y admirador de la melodía, que utilizó en sus obras con predominio de la orquestación suntuosa.

En 1982 fue elegido miembro numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, también fue miembro honorífico del Claustro Universitario de las Artes, de la Universidad de Alcalá de Henares y Doctor Honoris Causa por las Universidad Complutense de Madrid y por la Universidad de las Artes de La Habana. En 2002, recibió el premio sol mayor, uno de los galardones musicales que se otorgan a los músicos aragoneses más ilustres, reconocidos a nivel internacional.
Su obra en el cine y la televisión fue tan extensa como interesante. Caben destacar en el medio televisivo español las series y miniseries El hombre y la tierra de Félix Rodríguez de la Fuente, para la que fue famosa su sintonía; Los camioneros; Curro Jiménez; Fortunata y Jacinta; Anillos de oro; Segunda enseñanza; Brigada Central; Ramón y Cajal; Los desastres de la guerra, y Réquiem por Granada, coproducida por la RAI y la TVE.
Específicamente en el cine son importantes su feliz, fiel y extensísima colaboración con el realizador español Pedro Lazaga, un gran técnico famoso por la rapidez con la que rodaba y la solidez de sus obras, que se remonta a los años cincuenta y se extendió hasta finales de los setenta, con una producción de entre cuatro y cinco filmes por año.
Concretamente el debut de García Abril en el cine fue en 1956 con Torrepartida del propio Lazaga, a la que siguieron también para él, Roberto el diablo, Las muchachas de azul, El aprendiz de malo, La frontera del miedo, Los tramposos, La fiel infantería, Aprendiendo a morir, La ciudad no es para mí, Sor Citröen y un largo etcétera.
Su asociación a partir de 1967 al cine de Mario Camus entregó películas como Al ponerse el sol, Digan lo que digan, La leyenda del alcalde de Zalamea, Los pájaros de Baden-Baden, La joven casada, Los días del pasado y, las dos más importantes, La colmena (1982) y Los santos inocentes (1984), finalizando con su última colaboración en La rusa (1987).
Fue importante también su trabajo en el equipo de Pedro Masó en Las ibéricas F.C. y Las colocadas, cuando, a decir de Joan Padrol, el cine español buscaba ponerse al día con las comedias, un cierto destape y la sofisticación en el cine de parejas de hondo reclamo comercial.
También don Antón supo resolver con solvencia profesional y acertadas melodías, los encargos que le llegaron de una serie de títulos tontorrones que obviamente no le aportaban ningún prestigio, pero que él aceptó, pues alguien debía ocuparse del cine comercial, de consumo popular y puro pasatiempo, cuando sus colegas Carmelo Bernaola y Antonio Pérez Olea se dedicaban al Nuevo Cine Español y a la Escuela de Barcelona.
Fuera de estas colaboraciones hay que mencionar el singular sonido que creó para la tetralogía de los templarios de Amando de Ossorio (La noche del terror ciego, El ataque de los muertos sin ojos, El buque maldito y La noche de las gaviotas), para quien también compuso Las garras de Lorelei (1973); sus trabajos para Paul Naschy en La noche de Walpurgis (1971), y Doctor Jekyll y el Hombre Lobo (1972), ambas de León Klimovsky, y El retorno de Walpurgis (1973) de Carlos Aured.
También trabajó para directores como Fernando Fernán Gómez, Jesús Franco, José María Forqué, Fernando Merino, Javier Aguirre, José Luis Sáenz de Heredia, Vicente Escrivá, Mariano Ozores, y sus películas más importantes fueron para Pilar Miró, la célebre El crimen de Cuenca y Gary Cooper, que estás en los cielos, ambas en 1980.
Internacionalmente no se prodigó mucho pero le puso música a una coproducción hispano-norteamericana Tierra brutal, dirigida por Michael Carreras; experimentó las bondades del spaghetti western con Texas, addio (1966) de Ferdinando Baldi y El desafío de Pancho Villa (1972) para Eugenio Martin, con Telly Savalas y Clint Walker; y Órbita mortal (1967) de Primo Zeglio.
En 2014, García Abril recibió el premio FIMUCITÉ del Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife, el que, además, desde ese momento lleva su nombre, y también la medalla de oro de la Academia de Cine en reconocimiento a su obra, en cuya ceremonia dijo “Pensaba que el cine se había olvidado de mí”. Falleció el 17 de marzo de 2021 en Madrid, a los 87 años, como consecuencia del COVID-19.
Texas addio – «Main Titles Song» – music by Antón García Abril

Eduardo J. Manola - 17 de marzo de 2022
Fuente consultada:
Pentagramas de película, Entrevistas a grandes compositores de bandas sonoras, Joan Padrol, Nuer Ediciones, 1998
