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El nombre de Monty Norman ha quedado marcado como el primero de una larga lista de los que, de una u otra forma, tuvieron que ver con la música de la serie de películas de James Bond. La autoría del famoso tema le fue acreditada de inicio y ha percibido regalías desde 1962. Sin embargo, pareciera ser que esa no es toda la verdad, ya que la orquestación del tema corrió a cargo de quien, a partir de allí, sería el compositor oficial de las siguientes películas: John Barry. Aquí les contamos la turbulenta historia del tema que identificaría eternamente al Agente más famoso del mundo.

"The James Bond Theme"

DR. NO

Monty Norman vs. John Barry: Agitados y revueltos

por Eduardo J. Manola

El objetivo de esta sección de TheMovieScores es contar las historias de las canciones que encabezaron los títulos principales de cada una de las películas de la saga de James Bond. Curiosamente, el primer film de la serie no tiene una canción que lo identifique, aunque la edición discográfica de la banda sonora sí incluyó varias canciones, ninguna de las cuales logró imponerse como principal.


Sin embargo, Agente 007 contra el Dr. No (Dr. No, Terence Young, 1962), no deja de tener interés a nivel musical, pues dio pie a una pelea monumental por la autoría de su tema principal, el famoso y celebérrimo “tema de Bond”, convertido en marca registrada y símbolo auditivo con el que el personaje, no ya la película, es identificado inmediatamente por todo el mundo. En la historia de la música de cine no ha habido un tema que resulte más memorable y atemporal que el de James Bond. Quizás el de Batman, de la serie de los 60, pueda compararse en popularidad e iconicidad. Pero definitivamente, el tema de 007 es la quintaesencia de la figura del agente secreto, una oda eterna al espionaje, el peligro, la acción y el misterio.  


Hay un viejo dicho: “la victoria tiene muchos padres, la derrota es huérfana”. Se podría decir que, como la victoria, el famoso tema de Bond tiene varios padres. En rigor de verdad, tres: Monty Norman, John Barry y Vic Flick. Veamos.

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LOS PADRES DE LA CRIATURA

El nombre de Monty Norman ha quedado marcado como el primero de una larga lista de los que, de una u otra forma, tuvieron que ver con la música de la serie de películas de James Bond. La autoría del famoso tema le fue acreditada de inicio y ha percibido regalías desde 1962. Sin embargo, pareciera ser que esa no es toda la verdad, ya que la orquestación del tema corrió a cargo de quien, a partir de allí, sería el compositor oficial de las siguientes películas, y hay quienes sostienen que el particular sonido que destila el tema es típico del estilo del Barry de aquella época.

 

Monty Norman era un cantante en la vieja onda de las bandas de baile británicas de los años cuarenta que se decantó más adelante en la composición de canciones y trabajó en numerosos musicales. Su moderno y singular sonido impresionó a Albert Broccoli y Harry Saltzman, los flamantes productores de Dr. No, la película que llevaría a la pantalla las aventuras del agente nacido de la mente (y las experiencias personales) de Ian Fleming, un oficial de la Inteligencia Naval británica durante la Segunda Guerra Mundial devenido en escritor de éxito con sus novelas basadas en la temática del espionaje.

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Monty Norman
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Albert R. "Cubby" Broccoli
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Harry Saltzman

Cubby Broccoli conocía el trabajo de Norman en el musical “Belle: or The Ballad of Dr. Crippen”, una obra estrenada en mayo de 1961, escrita por Wolf Mankowitz, con quien Norman trabajaba habitualmente. A su vez, Mankowitz estaba colaborando con Broccoli y Saltzman en un tratamiento del guion de Dr. No. Todas estas coincidencias hicieron que contrataran a Norman para escribir la banda sonora de la película. 

 

Ya había incursionado en la música de cine en Las dos caras del Dr. Jekyll (The Two Faces of Dr. Jekyll, Terence Fisher, 1960) de la Casa Hammer, en colaboración con David Heneker. Al año siguiente escribiría, en colaboración con Muir Mathieson, la música de la cinta de Gordon Douglas con Bob Hope en el protagónico El amo de la selva (Call Me Bwana), que sería su último trabajo como compositor para el cine.

En enero de 1962, Monty Norman viajó a Jamaica en el avión fletado por la producción, junto con su esposa, la cantante Diana Coupland, técnicos, actores, dobles y equipo de filmación, Broccoli y su esposa Dana, Saltzman y su esposa Jacqui, y un apuesto y joven actor escocés llamado Sean Connery. El largo y agotador vuelo fue una excelente oportunidad para que todos ellos se conocieran muy bien. 

 

Apenas llegado, el director de localizaciones Chris Blackwell le consiguió un lugar protegido del sol ardiente, y Norman se puso a trabajar con Byron Lee y los Dragonaires, contratados para interpretar las canciones de estilo jamaicano como “Jump Up”. La banda contaba con el guitarrista Ernest Ranglin y el trombonista Carlos Malcolm.

 

El director, Terence Young, le pidió a Monty que escribiera un tema para los tres mendigos negros ciegos que aparecen al inicio del film y que se convertirían en los primeros asesinos de la franquicia Bond. Así nació “Kingston Calypso”, basado en la canción infantil «Tres ratones ciegos» (Three Blind Mice), que aportaba un irónico contrapunto a las escenas del primer asesinato. Recordemos que esa canción infantil fue, en versión arreglada, una de las melodías de las intros de Los tres chiflados (The Three Stooges), cuya historia recomendamos leer en el siguiente enlace: https://themoviescores.com/tv-the-three-stooges/

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Por su parte, Cubby Broccoli quería que Ursula Andress cantara una tonada mientras salía del mar como si fuera una sirena en la escena que se haría célebre por su mítico bikini, rodada en una playa llamada Laughing Waters. Luego de consultar con sus nuevos amigos jamaicanos (entre ellos Carmen Manley, la hija del Primer Ministro) sobre los términos correctos para insertar en la letra palabras relativas al amor, la flora y fauna autóctonos, escribió “Under the Mango Tree”, que Diana Coupland, interpretó por presiones de su marido, aunque no se la acreditó en el film ni en la edición discográfica.

 

Monty Norman lo recordaba así: “Pensé, tiene que ser lo más jamaicano posible y pregunté por varias frases que suenan auténticas, y nombres de la flora y la fauna. Alguien me dijo que «hacer el amor» se decía «hacer boolooloops», que no he vuelto a escuchar desde entonces, pero funcionó para la canción! Me fui y escribí Under the Mango Tree, y me divertí enseñándosela a Sean y Ursula. Me impresionó la voz de Sean y me pregunté si estaría interesado en aparecer junto a Vivien Leigh en un musical en el que estaba trabajando basado en la historia de Mata Hari«. Las canciones se grabaron en los Estudios Federales de Kingston. 

Luego de consultar con sus nuevos amigos jamaicanos (entre ellos Carmen Manley, la hija del Primer Ministro) sobre los términos correctos para insertar en la letra palabras relativas al amor, la flora y fauna autóctonos, escribió “Under the Mango Tree”, que Diana Coupland, interpretó por presiones de su marido, aunque no se la acreditó en el film ni en la edición discográfica. Dicen que Norman se divirtió mucho enseñándoles a Connery y Andress a cantar la canción. Las canciones se grabaron en los Estudios Federales de Kingston.

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Además de algunos cortes que fueron orquestados por su habitual arreglista Bert Rhodes y grabados en los estudios Kensington Gardens Square Bayswater de Londres con una formación de entre 20 y 30 instrumentos dirigida por Eric Rogers, que no aparecen en el álbum de la banda sonora, Norman, que cobró 500 libras que dividió con Rhodes, compuso otros temas de corte jamaicano con base jazzística pero instrumentales, que finalmente no se incluyeron en la película: “Jamaican Rock”, “Twisting with James”, “Jamaica Jazz”, “Dr. No’s Fantasy”, “The Island Speaks”, “The Boy’s Chase”, “Dr. No’s Theme”, “Love at Last” y “James Bond Theme”.

Este último tema, que aparece listado con el número 17 en la edición discográfica de la banda sonora, merece una mención especial. Pese a su nombre, no es realmente el tema de Bond que todos conocemos, y que es el que aparece como número 1 en el disco, sino uno que, según contó Diana Coupland, fue el primer intento de Monty Norman para componer una melodía que identificara al agente secreto, tarea que lo tenía frustrado pues no encontraba la inspiración para ello. 

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Finalmente, mientras intentaba sacar algo en el piano, aparecieron las notas de una canción que había escrito en 1950 para “A House for Mr. Biswas”, un musical que nunca llegó a estrenarse basado en una novela de V. S. Naipaul ambientada en la comunidad india de Trinidad. La canción se llamaba “Bad Sign, Good Sign” y estaba pensada para ser cantada por personajes indios, con una instrumentación de claras connotaciones orientales. Pese a ello, la melodía le dio pie a Norman para construir el celebérrimo fraseo del tema de Bond.[1] 

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La semilla del tema de Bond se aprecia claramente en la melodía cantada de “Bad Sign, Good Sign”.

Sin embargo, Broccoli y Saltzman no estaban muy satisfechos con la música de Norman y el tema de Bond, tal como éste lo presentaba, no los convencía para nada. Fue entonces que requirieron los servicios de John Barry, que en ese entonces ya tenía cierto prestigio en el jazz con su banda The John Barry Seven y había debutado en el cine con Beat Girl (Edmond T. Gréville, 1960) y Hasta el último aliento (Never Let Go, John Guillermin, 1960). 

 

Se le encargó reordenar lo que había escrito Norman, terminar de darle forma al tema de Bond, arreglarlo y orquestarlo de manera que encajara musicalmente con el estilo de la película, ya que este no lograba hacerlo, y escribir el resto de la música incidental del film. Según Carlos Vitoria, Barry exigió libertad absoluta para trabajar y le mostró a Noel Rogers, director de la filial inglesa de la United Artists, el tema «Bees Knees» que había compuesto y había tenido cierto éxito. Rogers le dice que «algo como eso estaría bien» [2].

 

Barry cobró 250 libras por su trabajo, y aunque la autoría se le acreditó a Norman, con excepción de la mención de Barry y su orquesta como intérpretes [3], logró que le prometieran participar en las próximas películas de Bond si Dr. No era un éxito. Todos sabemos cómo el compositor británico se transformó en el habitual musicalizador de la serie y dueño de un estilo que sería su marca de fábrica.

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Los arreglos al tema de Bond son puro sonido Barry, y los fans consideran casi por unanimidad que ese aspecto fue el más importante en la creación del tema y en su tremendo éxito, que lo convirtió en uno de los más versionados y reconocibles de la historia del cine. Basta con escuchar el tema de Beat Girl para darse cuenta que el tema de Bond tiene el mismo estilo, la misma orquestación, el mismo sonido, típico de Barry. Y que tal como quedó, no tiene nada que ver con la estética musical de Monty Norman, aunque éste haya aportado la melodía básica. 

 

La música incidental que se escucha en la película fue toda de Barry, mientras que la música de Monty Norman, en su mayoría, no fue incluida en el film, salvo las canciones “Kingston Calypso”, “Jump Up” y “Under the Mango Tree”. Por el contrario, en la edición de la banda sonora, que es toda una rareza, se incluye, curiosamente, toda la música de Norman y nada de la de Barry. Todas estas cuestiones contribuyeron a las dudas que se generaron respecto de quién era el autor de cada tema o fragmento musical.

 

Tampoco se incluyeron en la edición discográfica de la banda sonora los efectos de sonido electrónicos que aparecen apenas inicia la secuencia de apertura de créditos y que aportara Daphne Oram, una compositora pionera en la creación y grabación de ese tipo de sonidos, ni los arreglos sinfónicos que Eric Rogers realizara de los temas de Norman, incluido un breve tema compuesto para Moneypenny, la música de la escena de la tarántula, y el tema “Dr. No’s death” que se reutilizó en el clímax de la escena del ataque del helicóptero en la siguiente película de Bond, Desde Rusia con amor (From Russia with Love, Terence Young, 1963), pero que tampoco se incluyó en el álbum de la banda sonora de ese film. En 1999, Nic Raine al frente de la City of Prague Philharmonic Orchestra rescató tanto este último tema como el de la tarántula en un corte para su disco “Bond Back in Action – Volume One”, editado por la discográfica británica Silva Screen Records.  

EL TERCER PADRE: LA GUITARRA DETRÁS DEL TEMA DE BOND

El «James Bond Theme» se grabó el 21 de junio de 1962, en los estudios CTS Bayswater de Londres, con cinco saxofones, nueve instrumentos de viento de metal, una sección rítmica y una guitarra solista. Esa guitarra le aportó un sonido especial, serpenteante, ya inconfundible, de fuerte contraste con la tradicional orquesta que aparece pocos compases después. El responsable de ello fue Vic Flick, con su habilidad y experiencia para ejecutar su Clifford Essex Paragon Deluxe inglesa de 1939 conectada a un amplificador Fender Vibrolux, en aquella memorable y ya mítica grabación original.

 

Flick, que había integrado en cierto momento la banda The John Barry Seven, era un guitarrista influyente, uno de los mejores músicos de sesión de Inglaterra en ese momento, con una carrera que abarca décadas, desde el “acoustic folk” de finales de los 50 hasta conciertos en vivo y grabaciones en estudio de principios de los 60, que tuvo la oportunidad de trabajar con algunos de los más grandes nombres de la historia de la música, como Tom Jones, Nancy Sinatra, Burt Bacharach, Henry Mancini, Shirley Bassey, Jimmy Page, John McLaughlin y Eric Clapton, por nombrar algunos de los gigantes musicales que han compartido el piso del estudio de grabación con Vic Flick.

 

Lo increíble es que por la grabación del famoso riff del tema de James Bond le pagaron una tarifa única de 6 libras.

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El sonido del tema de 007, a partir de allí prototipo de la representación musical de la figura del espía, además de ser una brillante creación artística cuya genialidad reside en su elegante simplicidad, significó un importante avance en la técnica de sesiones de grabación. A principios de los 60, las orquestas grababan una sola toma, en «estéreo compatible», método que permitía grabar el sonido de la guitarra en micrófonos separados de la orquesta, generando una calidad brillante y ambiental que mejoraba la grabación final.

 

Como nota de color cabe mencionar que uno de los saxofonistas en aquella grabación del tema de Bond fue John Scott, quien tres años después entraría en la música de cine debutando como compositor en Estudio de terror (A Study in Terror, 1965), y destacaría con sus partituras para el Marco Antonio y Cleopatra de Charlton Heston (1972), El final de la cuenta atrás (The Final Countdown, 1980) y Greystoke: La leyenda de Tarzán, el rey de los monos (1984).

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ESE TEMA ES MÍO

Años después, la autoría del tema de Bond fue objeto de arduas disputas que llegaron hasta los tribunales. Barry rara vez ha hablado de la pelea por el crédito del tema, pero en ocasiones, cuando lo hacía, se preguntaba por qué razón Monty Norman nunca más fue convocado a participar en la música de las películas de Bond. También sostenía que había sido él, y no Norman, quien engendró el tema tal como quedó grabado, lo cual fue refutado por Norman y objeto de demandas judiciales.

 

El propio Vic Flick no quedó ajeno a la discusión y sostuvo que si bien Barry afirmaba que realmente había escrito el tema, Monty Norman había ganado dos acciones (*) por difamación contra medios gráficos que habían publicado que Barry era el compositor. La más reciente contra The Sunday Times en 2001, demanda por la que cobró 30.000 libras, se generó porque ese medio había cuestionado la autoría del tema en un artículo publicado en octubre de 1997. 

 

Norman defendió su postura sosteniedo que tenía la obra registrada en la Sociedad de Derechos de Intepretación y había percibido las regalías desde siempre[4], y que la difamación del Times lo había devastado y angustiado por la crueldad del artículo, que había arruinado su carrera pues dañaba su reputación no sólo diciendo que no había compuesto el tema de Bond sino sugiriendo que había estado adjudicándose deshonestamente el crédito y cobrado regalías por una obra que no era suya.

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Durante el juicio, Barry declaró ante el jurado que la afirmación de Norman de que él y sólo él había escrito la melodía era una absoluta tontería y aclaró que él había compuesto el tema de James Bond porque lo habían contratado para ello, porque Norman se había quedado sin inspiración y el proyecto estaba en crisis, pero que a pesar de todo la autoría recayó en Norman porque éste estaba contractualmente obligado a recibir el crédito por la partitura. Esta confesión de Barry pareciera limitar la discusión a una cuestión moral, a que se reconociera su trabajo, más que a una finalidad de resarcimiento económico.

 

Barry arregló el tema al estilo de lo que hacía en sus propios discos de la era pre-Bond, imprimiéndole una pátina musical que destilaba “peligro” en su estética. En una entrevista con NPR describió así sus arreglos: “Una mezcla peculiar de esa figura de guitarra de rock baja, el sonido de los metales, y un puente que era casi como una frase de bebop de Dizzy Gillespie. Era una especie de híbrido de todas estas cosas en las que estaba involucrado en ese momento. No lo pensé mucho, y salió así como salió”.

 

Vic Flick le contó al website Songfacts que: “…No tenía ni idea de que el tema o la franquicia de James Bond despegaría como lo hizo. Cuando John Barry y yo nos involucramos por primera vez en las películas de Bond, los productores estaban raspando el barril por dinero. Habían completado la película, no tenían dinero para la mayor parte de la postproducción y nadie quería estrenar Dr. No. Los americanos no tenían interés en un espía británico y los ingleses tampoco. Entonces consiguieron un pequeño contrato de estreno y la película despegó. El resto es historia. El tema de Bond se construyó a partir de una pequeña canción que se le ocurrió a Monty Norman. Su idea no era lo que Eon Films quería, así que le pidieron a John Barry que arreglara esta canción tipo show musical, algo más dinámico. En unos ocho días estábamos en el estudio grabando el tema. No había película que ver, sólo otra sesión de grabación, a pesar de que estaba muy bien presentada. La sesión terminó con todo el mundo sonriendo y aquí estamos cincuenta años después todavía hablando de ello

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Barry tampoco tenía idea de la importancia que su trabajo iba a tener. El 1 de agosto de 2008 en el London Times recordaba que había recibido una llamada de Noel Rogers de United Artists Music que le dijo: «Hay dos tipos llamados Saltzman y Bróccoli, que son dueños de los derechos de las historias de James Bond”. Barry le respondió: «Sólo conozco a Bond por la tira cómica del Daily Mail”. “Es todo lo que necesitas saber”, acotó Rogers:  ”Quieren que les compongas un tema de dos minutos de duración«. 

 

Sin embargo, como vimos, Barry terminó haciendo bastante más que eso. Y cuando su trabajo estuvo terminado y se estrenó la película su sorpresa fue grande: «Recuerdo haber hecho cola en Piccadilly para ver Dr. No. Y el tema estaba por todas partes. Cada vez que decía: ‘Me llamo Bond’, aparecía el tema. ¡Me pagaron 250 libras!”. Noel Rogers le prometió: «Oh Dios, lo siento, intentaré conseguirte la próxima partitura de Bond, puede que se convierta en una serie.» Después de todo, viendo cómo siguió la franquicia de 007, John Barry no hizo tan mal negocio.

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NUESTRA OPINIÓN

Es un hecho que la base de la melodía del tema de Bond es creación de Monty Norman. Cualquier duda se desvanece ante la simple escucha de la canción “Bad Sign, Good Sign” que el músico había escrito en la década del cincuenta para aquel abortado y olvidado musical de corte hindú, es decir, mucho antes de Dr. No. La melodía de Bond estaba ahí, aunque el sonido era oriental y no cuajaba en absoluto con el personaje ni con la historia del agente secreto. Por ello, probablemente, no fuera del agrado de los productores, y también es factible que Norman no consiguiera arreglarlo. 

 

En el mismo sentido, también resulta indiscutible que esa semilla no hubiera llegado a germinar como lo hizo sin los efectivos arreglos y la inspiradísima y potente orquestación que le aportó John Barry, que claramente creó el “sonido Bond” que perfeccionaría en sus trabajos para las siguientes películas de la serie. El estilo Barry está ahí y es lo que le dio al tema su fuerza y su cuerpo. 

 

Y allí está también, la contribución, no menor, de Vic Flick, con su singular forma de ejecutar el tema en su guitarra, con toda su experiencia y talento.

 

En definitiva, el «tema de James Bond», quienquiera que lo escribiera, reescribiera, arreglara, orquestara o ejecutara, fue el resultado de varios talentos, de varios ingredientes. Un Vodka Martini “shaken not stirred”, con una medida de Norman, una pizca de Barry y un toque de Flick, que ni el mismísimo agente 007 se atrevería a cuestionar.

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Referencias:

 

[1] En 2005, Monty Norman lanzó un disco que incluía la canción “Bad Sign, Good Sign” y el “James Bond Theme”, junto con explicaciones sobre cómo se había inspirado para crear la melodía de 007.

 

[2] Carlos Vitoria, John Barry, Antología de un gran músico de cine, Revista Música de Cine nº 8, abril/junio 1993, pág. 28.

 

[3] El crédito figura en la secuencia de títulos principales como “James Bond Theme Played by John Barry & Orchestra”.

 

[4] Entre 1976 y 199 Monty Norman percibió más de 600.000 libras en regalías por el tema de Bond.

 

(*) NOTA del redactor: «En realidad las acciones judiciales fueron tres».

TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR:

From Russia with Love (Terence Young, 1963), la segunda entrega de las películas del agente secreto 007, supone la primera banda sonora de la serie que contará con el maestro John Barry como compositor pleno. Recordemos que en Agente 007 contra el Dr. No (Dr. No, Terence Young, 1962), la banda sonora tenía a Monty Norman como autor del famoso tema de James Bond, creación que generó…

«Goldfinger» fue quizás la canción más icónica de la saga del agente 007, con la que John Barry logró el definitivo «sonido Bond». Sin duda Shirley Bassey fue una excelente elección para poner su extraordinario caudal de voz al servicio de ese «sonido» tan especial. Pero como siempre decimos: «Todo tiene una historia». Y la canción de Goldfinger no es la excepción.

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