Schillinger: Maestro de compositores
Si bien no es autor de ninguna banda sonora, su influencia en la música de cine y en muchos de los compositores de música cinematográfica fue tan importante que merece un lugar en nuestra web. Joseph Moiseyevich Schillinger (Ucrania, 1895 – 1943), matemático y pianista de primer orden, fue un experto en el área de la teoría musical y la composición. Su educación multitemática comenzó cuando tenía cinco años. Estudió diseño, teatro, danza, historia, lenguaje e ingeniería eléctrica y, en forma intensiva, matemática y física.
Fue autodidacta con el piano, que aprendió a tocar desde pequeño, y dedicó su vida al estudio de la música y el arte, especializándose en composición de música clásica, materia que profundizó durante cuatro años. Al graduarse en la Universidad, fue nombrado profesor de música en el Instituto de Música de Jarkov, fue profesor de historia de las artes en San Petersburgo, y organizó la primera banda de jazz en Rusia. Su amigo y contemporáneo Dimitri Shostakovich comparó a Schillinger con Beethoven.
Su conocimiento de cómo funciona la música sobre una base científica natural le permitió comprender otras ciencias complejas como las matemáticas y la física. Enseñaba que la música debía seguir las mismas leyes fundamentales que otras ciencias, y durante veinticinco años, dedicó su tiempo a desarrollar un texto maestro titulado “La matemática base de las artes”, en el que aplica a la música tonal los mismos principios fundamentales que explican la forma espacial, sosteniendo que cuando aquella se ve en forma geométrica, no solo se aprende cómo tocar, componer y analizar la música desde el punto de vista del arte, sino también del de la ciencia.
Con su genial intelecto creó además el “sistema de música Schillinger”, con el que intentó explicar qué es la música, cómo funciona, cómo hacerla, que más tarde sería publicado como el “Sistema de composición musical de Schillinger” y recopilado por Lyle Dowling y Arnold Shaw.
Fue maestro de música en el Columbia Teachers College y también dio clases privadas de composición. Con él estudió gente como George Gershwin, Glenn Miller, Carmine Coppola, Conrad Salinger, Edward Benson Powell, Earle Brown, Benny Goodman, Oscar Levant, Tommy Dorsey y Henry Cowell, entre muchos otros.
Gershwin compuso su famosa ópera “Porgy and Bess” mientras estudiaba con Schillinger, a quien consultó recurrentemente sobre la orquestación. Uno de sus estudiantes, Lawrence Berk, fundó el Schillinger House of Music, que se convertiría en el prestigioso Berklee College of Music en Boston, Estados Unidos.
Además, Schillinger colaboró con Leon Theremin (físico ruso inventor del singular instrumento que lleva su nombre, incorporado a la música de cine por Miklos Rozsa y Bernard Herrmann), para desarrollar el primer sintetizador de música electrónica que fabricó RCA.
Su aporte a la música de cine se produjo en 1928, cuando arribó a los Estados Unidos. El cine mudo comenzaba a declinar, herido de muerte por las posibilidades del sonoro que, sin embargo, aún era resistido y no terminaba de concretar su implementación.
Schillinger ayudó a solucionar los problemas de sincronización de la banda sonora con la pista de la película, que necesitaba una duración cronometrada para adaptarse al tempo, los estados de ánimo, la emoción, que exigían las imágenes, proponiendo un personal diseño para los platós de rodaje y métodos correctos encontrar los mejores ángulos para las cámaras. Fue esencial para que la música de cine se convirtiera en una forma de arte.
Eduardo J. Manola – 9 de abril de 2022