Stanley Kubrick y el compositor Gerald Fried eran buenos amigos de la infancia, desde la época en que coincidieron en la High School del Bronx, en donde Fried comenzó a hacer música durante los años cuarenta. La pasión de Kubrick era la fotografía, la de Fried, la música.
En 1951, Kubrick alquiló una cámara y filmó un cortometraje documental de 16 minutos en blanco y negro llamado Day of the Fight (Día de combate), sobre el boxeador irlandés de peso mediano Walter Cartier, y le pidió a un sorprendido Gerald Fried que le escribiera la música: “Claro, yo era el único músico que Stan conocía”. Como Kubrick recién empezaba y era más que probable que la película no tuviera ninguna repercusión comercial, los amigos acordaron que ninguno cobraría nada hasta que el corto tuviera alguna ganancia.
Pero la cuestión de la gratuidad parece que fue internalizada por Kubrick de una manera un tanto peculiar. Y en su provecho.


Gerald Fried compuso las bandas sonoras de las siguientes cuatro películas de su amigo director: Fear and Desire (1953), El beso del asesino (1955), Atraco perfecto (The Killing, 1956) y Senderos de gloria (Arg. La patrulla infernal, 1957), pero parece que no logró cobrar un solo dólar por estas dos últimas.
“Para Day of the Fight y las siguientes películas, Stanley no sabía mucho sobre música, así que mantuvo la boca cerrada. Pero para cuando llegó a Paths of Glory (Senderos de gloria), tuve que justificar ante él cada nota, y tampoco me pagó, igual que en la anterior película. Fue un proceso bastante tortuoso. Pero era un gran cineasta, así que tal vez esa sea una de las razones«, recordaba el compositor.
Cuando Fried le reclamó el pago, Kubrick se negó a pagarle y le espetó sin ruborizarse: “Yo te metí en el cine”.
“Él pensaba que el hecho de que yo hiciera la música de sus primeras películas me llevó a la profesión. Eso para él era pago suficiente. Es cierto que teníamos un acuerdo -no por escrito- de que trabajaríamos por nada, pero tan pronto como se vendiera la película él pagaría. Bueno, no lo hizo. Me dio este razonamiento: ‘Te hice un servicio mucho mejor que pagarte, te metí en el negocio del cine’. Lo cual es verdad”, reconoció Fried.
Eduardo J. Manola – 6 de agosto de 2021
