
Cuando a fines de los ochenta, a alguien se le ocurrió volver a poner a Batman en la pantalla grande, pero alejándose de la versión colorista que Adam West había dejado en la TV, Danny Elfman era un músico autodidacta que alternaba una discreta carrera como modesto músico del grupo experimental Oingo-Boingo, con algunos trabajos en el cine componiendo un par de bandas sonoras desprejuiciadas para el enfant terrible Tim Burton. Ambos se encargarían de llevar al encapotado a una dimensión inimaginable.
BATMAN (1989)
Danny Elfman: Grabando en el aseo del 747
por Eduardo J. Manola
Batman (1989) – «Batman Theme Reprise» – music by Danny Elfman
Llevar a Batman al cine fue un tortuoso viaje de más de diez años. Los productores Benjamin Melniker y Michael E. Uslan compraron los derechos del personaje a DC Comics en 1979, y su visión creativa fue la de abandonar la versión camp de la serie televisiva de los años sesenta para dar forma a una exposición oscura y seria del héroe. Pero los estudios no estaban preparados para semejante cambio y United Artists, Columbia Pictures y Universal Pictures rechazaron sucesivamente el proyecto, siempre con la misma excusa: querían un guion que repitiera el estilo ligero y psicodélico que Adam West había inmortalizado en la serie de televisión.
Finalmente, en 1980, la Warner Bros., aprovechando el gran éxito de Superman: The Movie (Richard Donner, 1978), aceptó subirse al proyecto y contrató a Tom Mankiewicz para escribir el guión, que se completó en 1983. Sin embargo, el proyecto se estancó hasta 1985, cuando se contrató para dirigir la película a Tim Burton, que venía de sorprender con la inclasificable La gran aventura de Pee-Wee ese mismo año. Burton aceptó pero tenía una visión muy diferente de lo que quería para Batman y rechazó el guión de Mankiewicz, encargando a Sam Hamm, un fanático de los cómics, que escribiera un nuevo guion, dotando al personaje de una imagen oscura y una personalidad conflictuada, que combatía sus propios miedos y más cercana a lo que sería un antihéroe.

Después de tres años de retrasos por diferentes cuestiones, y tras un nuevo éxito de Burton con la desprejuiciada Beetlejuice (1988), el proyecto de Batman recibió luz verde para su realización en abril de ese mismo año. En lugar de optar por una de las principales estrellas masculinas del cine de acción de la época que le querían imponer los productores, y tras considerar a Mel Gibson, Kevin Costner, Charlie Sheen, Tom Selleck, Dennis Quaid, Harrison Ford, Bill Murray, Pierce Brosnan, y Ray Liotta, Burton eligió a Michael Keaton, a quien había dirigido en Beetlejuice y al que consideraba adecuado para encarnar a Bruce Wayne porque, si bien su perfil venía de la comedia, en el fondo le veía una actitud nerviosa y atormentada que le vendría muy bien al personaje.
La elección fue tremendamente polémica y provocó un gran revuelo entre los fans del cómic, que enviaron más de 500.000 cartas de protesta a los ejecutivos de la Warner para que reemplazaran al actor porque lo consideraban inadecuado con la imagen que tenían del héroe. Y no solo los fans estaban molestos, el mismísimo Bob Kane, el guionista Sam Hamm y el productor Michael Uslan también cuestionaban la decisión.
Keaton terminó por demostrar que estaban equivocados, brindando una versión de Batman tan convincente y novedosa que sirvió de guía e influencia para futuros proyectos sobre el personaje. Robin Williams fue contratado para el papel del Joker y finalmente reemplazado por Jack Nicholson, que también bordó una versión del villano que se columpia entre el que popularizara César Romero en la serie y la nueva imagen dark que delineaban los últimos comics de la época.



Batman (1989) – «Clown Attack» – music by Danny Elfman
La película fue un éxito de taquilla impresionante, con una recaudación de más de 400 millones de dólares, es decir, doce veces su coste de producción, dando lugar a una franquicia de tres películas más y un proyecto para la televisión, Batman: The Animated Series, que dio inicio a un nuevo universo animado de DC Marvel. Sin embargo, la crítica y los electores de la Academia, siempre revulsivos a las producciones comerciales y escapistas, no fueron permisivos a la hora de reconocer el valor del film y sólo la nominaron al Oscar a la mejor dirección artística, que ganó Anton Furst, luego tristemente desaparecido. Insólitamente, la extraordinaria banda sonora de Danny Elfman no fue objeto de reconocimiento en premios, ni siquiera nominada, con excepción de dos galardones de menor categoría, como el BMI Film & TV Awards y el Brit Awards, que ganó en 1990.
Elfman venía de forjar un sólido y feliz vínculo con Tim Burton tras sus dos colaboraciones anteriores, Pee-Wee’s Big Adventure y Beetlejuice. Ambos funcionaban en la misma sintonía reaccionaria y comulgaban con la misma visión artística rebelde que buscaba renovar tanto el diseño visual como el musical. Recordemos que Elfman venía de un ambiente musical psicodélico y rupturista de la mano de Oingo-Boingo, la banda de rock experimental, que mezclaba ska, pop y world music, que había fundado su hermano Richard a partir de una compañía teatral de arte surrealista, y que resultó influencia para otras bandas como Fishbone y Nirvana. Por ello, Burton nunca dudó de que Elfman fuera la elección correcta para componer la banda sonora de Batman.


Sin embargo, en un primer momento fue Elfman el que reveló ciertas dudas sobre su verdadera capacidad para estar a la altura de una producción de semejante magnitud. Estaba preocupado porque su bagaje musical partía de una educación absolutamente autodidacta, lo que le provocaba cierta inseguridad a la hora de asumir una responsabilidad tan grande en una superproducción de acción con un personaje central tan icónico. En una entrevista con la revista Keyboard en octubre de 1989, Elfman confesó que nunca había leído los comics de Batman de niño, prefiriendo a héroes de Marvel como Spider-Man y Los 4 Fantásticos.
A estas dudas se sumó el productor Jon Peters (ex peluquero de las estrellas y ex novio de Barbra Streisand), que se mostró escéptico sobre la contratación del compositor, pero más tarde, cuando Elfman le presentó el tema principal, quedó maravillado y tal fue su entusiasmo que decidió que la banda sonora incidental sería lanzada en un álbum propio, separado del que se editaría con las canciones, algo que sorprendió positivamente a Elfman. Pero no todo fueron rosas, porque poco después, se enteró de que Peters y su productor asociado Peter Guber, querían que esas canciones fueran escritas por dos superestrellas del pop del momento: Prince, que compondría canciones para el Joker, y Michael Jackson, que sería contratado para escribir algunos temas románticos. Las exigencias de los productores no le cayeron nada bien a Elfman, más bien se horrorizó ante la idea, y les sugirió que iba a renunciar.
Batman (1989) – «Batman to the Rescue» – music by Danny Elfman

“Yo no quiero terminar siendo solo un orquestador de melodías de otra persona, que es lo que hubiera pasado si hubiera seguido adelante con eso. Ese proceso no me atraía mucho. Hay un montón de personas más cualificadas que yo para orquestar a un artista pop”, declaró Elfman. Burton también se mostró en desacuerdo y rechazó la visión de Peters; «¡Mis películas no son comerciales como Top Gun!», estalló. Michael Jackson rechazó participar por los compromisos que tenía asumidos para diversos conciertos, y se llegó a barajar a George Michael como posibilidad.
Al final se llegó a un acuerdo: Elfman llevaría a cabo su visión de la partitura incidental y Prince escribiría algunos temas para llenar la banda sonora y aportar el componente comercial a los fines de la edición discográfica que, como había prometido Peters, fue doble, un disco con las canciones de Prince, que finalmente fueron nueve, y otro con la música original incidental de Elfman.
Solamente tres de las canciones de Prince se utilizaron en el film, “Partyman” en las alocadas escenas del Joker en el Museo de Gotham, “Trust” cuando el Joker reparte dinero desde una carroza en un desfile callejero, y “Scandalous”, que Elfman adapta para incorporarla al “Love Theme”.
Batman (1989) – «Love Theme» (incluye «Scandalous» por Prince) – music by Danny Elfman
EL TEMA DE BATMAN
Cómo fue que Danny Elfman consiguió construir el ya célebre “Tema de Batman” para esta versión de Tim Burton podría entrar en la categoría de leyenda, más que nada por el insólito sitio en el que fue concebido y la forma, un tanto inusual, de registrarlo. Luego de que se limaran las asperezas aparecidas por la cuestión de las canciones, los productores llamaron a Elfman para que viajara a Londres y participara en el rodaje como una forma de inspirarse para componer la música. Para ello, Burton le aportó un ejemplar de “Batman: The Dark Knight Returns”, el cómic de Frank Miller que revolucionó el subgénero de los superhéroes y traería la temática de su moralidad más compleja. La inspiración le llegó en su viaje de regreso en un Boeing 747 y así lo contaba el propio Elfman en una entrevista:
“Oí el tema de Batman en un vuelo de regreso a Londres. Me quedé atrapado por… Yo estoy en desventaja, porque hay un arte que se aprende, pero que yo desconozco: el solfeo. Es la facultad de poder transcribir las notas que tienes en la cabeza. Mi formación no es académica y jamás aprendí. Quizá un día lo haga. Por eso necesito un instrumento para componer. Puede ser un teclado o una guitarra. Incluso un violín. Cualquier cosa con notas. Puedo escribir una partitura con un violín, una guitarra o un teclado Casio en un avión. Eso me bastaría. Por desgracia no fue así. Estaba escuchando todo el tema en mi cabeza, la sección A, sección B, trompas, primeras cuerdas, segundas cuerdas…Describía las partes una, dos y tres. La tercera encima de la segunda. Posible contrapunto en la segunda. Realmente estuve componiendo todo en aquél increíblemente ruidoso 747. Y como estaba sentado al lado de alguien, no quería tener que gritar en mi grabadora. Debes comerte el micrófono. Imposible en mi asiento, pues los otros dormían. Había quien roncaba o intentaba dormir. Así que me dije ‘vamos allá’, y seguí componiendo en el baño. Los baños de los viejos Boeing 747 son increíblemente ruidosos, es como estar encima del motor. Me encerraba en el aseo para grabar complejos apuntes verbales. Se estaba haciendo más y más raro, porque yo iba de un lado a otro cada diez minutos con nuevas ideas. Cada vez que salía, había más asistentes de vuelo preocupados que me preguntaban si todo estaba bien. A la octava vez, las azafatas no sabían si me encontraba mal o si era un yonkie pinchándome cada quince minutos. Por lo que fuera, me dijeron: ‘¿Podemos hacer algo por usted?’; ‘No, estoy bien. Estoy muy bien’. ‘¿Quiere bicarbonato?’; ‘No, mi estómago está bien’. ‘¿Se encuentra bien?’; ‘Sí, sí, estoy bien’. A los diez minutos volvía a encerrarme. Tuve un vuelo de locos. Todo esto pasó antes de los terroristas, de lo contrario estoy seguro de que habría terminado con algún tipo de esposas o restricciones. Todo el mundo estaba pensando ¿Qué cojones está haciendo este tipo ‘haciendo’ cada 10 minutos?”.
Batman (1989) – «The Batman Theme» – music by Danny Elfman

Sin perjuicio de la divertida anécdota, es claro que no todo fue registrar las ideas en el baño del 747 a 38.000 metros de altura tarareando las notas en una grabadora. Así como Tim Burton tomó referencias de películas de vampiros, de algunas producciones del mítico Val Lewton, y de El hombre que ríe, un viejo film mudo de 1928 protagonizado por Conrad Veidt, Elfman se vio influenciado por la banda sonora que Bernard Herrmann había compuesto para Viaje al centro de la Tierra (Henry Levin, 1959) y también por el score que Charles Previn, Hans J. Salter y Frank Skinner escribieron para El hombre lobo, el clásico de 1941 de George Waggner de la icónica saga de los monstruos de la Universal.
Batman (1989) – «Descent into Mystery» – music by Danny Elfman

LOS DEMÁS TEMAS
En el trabajo de Elfman hay otras dos cuestiones interesantes. Una es la incorporación que hace de una vieja canción compuesta en 1864 por el cantautor Stephen Foster (aquel que escribió también la famosa “Oh Susanna!”) que si bien tenía una raíz romántica, la cultura popular la convirtió en una canción de cuna. Se trata de “Beautiful Dreamer” que Elfman adapta y desarrolla en un tema que parte de un climax inicial para introducir luego la canción, primero combinando piano y vibráfono, y enseguida repite con una sección de violines. La otra curiosidad, es el arreglo de la canción «Scandalous», que Prince escribe junto a John Nelson, interpolándola con elementos del “Batman Theme” y convirtiéndola en el “Love Theme”, que habla del romance de Bruce Wayne y Vicki Vale, pero también del amor de Bruce por sus padres muertos.
Batman (1989) – «Photos / Beautiful Dreamer» – music by Danny Elfman

Batman (1989) – «Love Theme» (incluye «Scandalous» por Prince) – music by Danny Elfman

El Joker y sus esbirros también tienen su identificación musical, a través de distintas piezas que se distribuyen en la banda sonora, desde un sombrío vals con toques tragicómicos, retorcido y que oculta una amenaza latente (“Waltz to the Death”), hasta la musiquilla de cajita musical con sonoridades siniestras mezclada con pasos de comedia negra (“Joker’s Poem” y el final de “Final Confrontation”).
Batman (1989) – «Joker’s Poem» – music by Danny Elfman
Batman (1989) – «Waltz to the Death» – music by Danny Elfman
Por otro lado, el tema «Up the Cathedral» refleja toda la tensión del encuentro final entre Batman y Joker, y Elfman dice haberse inspirado concretamente en la mencionada partitura de Mysterious Island (Cy Endfield, 1961) de Herrmann, película de la que era fanático de niño. Para grabar ese tema no pudo usar un verdadero órgano de iglesia como había pretendido, sino un órgano electrónico de Rodgers Instruments.
Batman (1989) – «Up the Cathedral» – music by Danny Elfman

Elfman completó su partitura el 15 de mayo de 1989, poco más de un mes antes del estreno de la película, y contó con la asistencia de dos de sus habituales colaboradores, el guitarrista principal de Oingo Boingo, Steve Bartek, y la excelente compositora Shirley Walker para los arreglos y la orquestación que resultó magistral. Elfman no quedó muy conforme con la mezcla de audio de la partitura: «Batman fue hecha en Inglaterra por técnicos a los que no les importaba, y la falta de cuidado se notaba«, declaró. «No estoy menospreciando a Inglaterra porque han hecho magníficos doblajes allí, pero este equipo en particular decidió no hacerlo«.


El fabuloso “Tema de Batman” de Danny Elfman, sin duda uno de los mejores temas de superhéroes jamás escrito, quedó unido al personaje de Bob Kane de una manera equiparable al que Neal Hefti había creado para la serie de los años sesenta y al que John Williams concibió para el Superman de Christopher Reeve, al mismo tiempo que situó a Elfman en el estrato de los compositores de primer nivel.
Batman (1989) – «Finale» – music by Danny Elfman

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Muchas son las anécdotas que el compositor Danny Elfman ha contado acerca de su particular forma de trabajar, tan informal, espontánea y, aparentemente desorganizada, que resulta a veces increíble que haya podido componer algunas de las bandas sonoras más importantes de la historia de la música cinematográfica, como la del Batman de Tim Burton, que modificó la forma de representar musicalmente a un superhéroe del comic.
Elfman comentó que el productor Jon Peters no estaba de acuerdo en contratarlo como compositor de la banda sonora de la película, hasta que el director Tim Burton le hizo interpretar los títulos principales, y quedó tan entusiasmado que anunció que la banda sonora sería lanzada en un álbum propio, algo poco común en la década de 1980. El tema principal se convirtió en una pieza emblemática, sirviendo de inspiración y modelo de música para el género de superhéroes.