
El rodaje de Apocalypse Now fue un infierno para Francis Ford Coppola. Parecía que las siete plagas de Egipto se habían ensañado con la producción. La música tampoco se salvó. Primero fue la imposibilidad de contar con un compositor japonés, que Coppola ya había elegido. Luego la frustración con su cuñado David Shire. Al final, la solución pasó por casa, y todo quedó en familia.
APOCALYPSE NOW (1979)
Carmine Coppola: Viaje musical al corazón de las tinieblas
por Eduardo J. Manola
Cuando Francis Ford Coppola comenzó la producción de Apocalypse Now, basada en la novela El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, ya tenía en mente que la música debía transmitir la oscuridad que destilaba la historia de ese viaje a las profundidades del averno. Su idea original era encargarle la partitura incidental al compositor japonés Isao Tomita, cuya obra se caracterizaba por fusionar piezas de la música clásica con sintetizadores.
Coppola había quedado prendado del álbum que Tomita lanzó en 1976, The Planets, —en el que presentaba versiones electrónicas sintetizadas de los temas de esa obra clásica de Gustav Holst―, en especial del icónico “Mars, Bringer of War”. Tomita era admirador de la pionera Wendy Carlos y sus célebres versiones electrónicas de piezas de Bach interpretadas con sintetizadores Moog, y de su aporte a la música de cine electrónica en La naranja mecánica (1971) de Kubrick.
La idea de Coppola era nutrir la banda sonora incidental de sonidos electrónicos, que contrastarían con la inclusión de algunas canciones de rock, como “The End” de The Doors, sugerida por John Milius; “Satisfaction” de los Rolling Stones; “Susy Q” de Creedence, en versión de Flash Cadillac; o la pieza clásica “La cabalgata de las Valkirias” de Wagner.


The Planets – «Mars, Bringer of War» – versión Isao Tomita
El perfil vanguardista de Tomita, y su prestigio en el synth pop, trance y ambient, lo convertían en la opción ideal. El compositor nipón se entusiasmó con la idea y llegó a viajar a Filipinas, donde se estaba rodando Apocalypse Now con el apoyo del presidente Ferdinando Marcos, tras descartarse filmar en Cuba ante la falta de respuesta de Fidel Castro a los pedidos de Coppola en tal sentido.
Lamentablemente, cuestiones contractuales con la discográfica a la que estaba ligado Tomita frustraron las intenciones musicales de Coppola, que se vio forzado a buscar alguna otra alternativa. La encontró en su familia. Le encargó la tarea a su cuñado, David Shire, casado con Talia Shire, la actriz hermana del cineasta.
LA BANDA SONORA QUE NO FUE
Shire ya había colaborado con Coppola en La conversación, para la que el director le había pedido una partitura ceñida al piano. Para Apocalypse Now le pidió música electrónica ejecutada enteramente con sintetizadores analógicos, porque quería transmitir la frialdad de la película, lo que pensaba no se conseguiría con música orquestal.
Shire, que en ese momento ya se había ganado un lugar en la música cinematográfica con bandas sonoras como The Taking Of Pelham One Two Three (1974), Farewell, My Lovely (1975) y The Hindenburg (1975), llevaba años escribiendo para sintetizadores, pero nunca había aprendido a programarlos. Por ello, hubo de recurrir a Dan Wyman, un músico que venía trabajando en cambiar el sonido de esos instrumentos.


Tras aceptar el encargo de su cuñado, que partía nuevamente a Filipinas para el rodaje, Shire se puso a pensar cómo desarrollar lo que quería Coppola, se instaló en un estudio de Los Ángeles y comenzó a esbozar ideas para la partitura. Lo primero era evitar esa básica función de los sintetizadores de emular las secciones clásicas de vientos, cuerdas y metales.
En su cabeza daban vueltas sonidos de instrumentos imaginarios, con tonalidades extrañas y novedosas, que transcribió inmediatamente para que no se les escaparan. “Lo que hacía era escribir descripciones aproximadas de los sonidos que quería, como celesta con timbre de gong o ese instrumento que apodamos scumbone, que suena como un trombón enorme y sucio”, le contó Shire a Rick Karr en una entrevista.[1]
Wyman centró su trabajo en lograr que los enormes sintetizadores generaran los sonidos que Shire venía imaginando en su cabeza, algo que ya había hecho para John Carpenter en Halloween y La niebla, y para el músico Stevie Wonder. Pero esto era más grande. «Los sintetizadores eran capaces de mucho más», dijo Wyman. «David lo sabía y Francis Coppola también. Necesitábamos demostrar que el instrumento podía ser tan humano como los intérpretes humanos, pero más maravilloso.»[2]

Pero para crear esos sonidos imaginados por Shire no bastaba con Wyman. Se tuvo que contratar además a tres especialistas en sintetizadores, y grabar un par de minutos de música podía llevar varios días.
Sin embargo, y pese a todas las especulaciones previas, tiempo fue lo que les sobró, porque el rodaje de la película en Filipinas se fue extendiendo por los efectos devastadores de un huracán y, más aún, los que provocaba la prima donna del film: Marlon Brando, que complicó, como era su costumbre, todo lo que podía complicarse.
En el libro The Conversation: A Film Score Guide, David Shire explica que trabajó durante un año y medio en la partitura electrónica, mientras regulaba como podía la comunicación con Coppola, ya que el material que necesitaba para componer le llegaba por cuentagotas, retrasándole la tarea.
La producción de Apocalypse Now se veía estancada en Filipinas, así que cuando Martin Ritt le ofreció componer la banda sonora de Norma Rae (1979), Shire aceptó, estimando que podía acometer ambos trabajos sin problemas. Pero al enterarse de que su película no contaba con la exclusiva atención del compositor, Coppola se enfadó y le despidió.

“Tuve que aceptar otro trabajo”, se justificó Shire ante Coppola. “Él dijo, bueno, no puedo lidiar con eso. Y fui despedido con una llamada telefónica muy corta”.[3] Las malas lenguas dicen que Coppola estaba resentido con Shire porque se estaba divorciando de su hermana Talia, y que eso lo predispuso a la ruptura con su cuñado.
Aunque quedó devastado por la decisión, Shire afirmó que la entendió: «Nosotros trabajábamos en un entorno muy aséptico, tranquilo y seguro, pero Francis estaba pasando por un verdadero infierno allí abajo…”.[4]
Pasó el tiempo, y tanto Shire como Coppola se olvidaron de aquella partitura descartada, hasta que, tras reconciliarse muchos años después durante la boda del hijo del compositor y sobrino del cineasta, aquel desempolvó una cinta guardada en un cajón.
“No podía creer que toda esa música estuviera escrita porque supongo que la había reprimido. Ya sabes, lo escuché y pensé, ¿de dónde salió todo eso? No recuerdo haber trabajado tanto en la película”, dijo Shire.
La-La Land Records lanzó en noviembre de 2017 la edición discográfica en formato CD de la partitura olvidada de David Shire para Apocalypse Now, recuperando doce temas que permiten apreciar el interesante trabajo del compositor.
Apocalypse Now – «Hell-icopter» – music by David Shire (rejected score)

Tim Greiving, el productor del álbum, cuenta cómo descubrió la existencia de la partitura descartada. “Estuve en casa de David Shire en Nueva York en el verano de 2013, recopilando cintas de sus archivos personales ―la idea era digitalizar toda su colección, así como, con suerte, producir/liberar algunas de sus partituras a través de varios sellos—. Tenía unos archivadores que no eran el lugar de almacenamiento de sus archivos principales, pero dentro había unas cuantas cintas de casete perdidas… incluida una cinta con una etiqueta amarillenta que decía simplemente APOC. NOW (ROUGH MIXES)”.
“No podía creer lo que veía, y David me contó la historia de cómo le habían contratado para escribir una partitura totalmente electrónica para la película de Coppola (después de su feliz colaboración en La conversación), pero debido a una ‘tormenta perfecta’ de circunstancias, él y su partitura fueron apartados del proyecto”.[5]
EMPEZANDO DE CERO. CARMINE, FRANCIS Y ALGUNOS MÁS
Tras la traumática desvinculación de David Shire, Coppola se encontró sin banda sonora para su película. Enfrascado en el caos del rodaje en Filipinas, no tenía tiempo para salir a buscar otro compositor. La solución la encontró, otra vez, en casa, en la familia. Habló con su padre Carmine, quien ya había colaborado con música adicional en El Padrino I y II, y este se puso a diseñar la música para el film.
Y digo “diseñar”, porque en rigor de verdad, no sería fácil hablar de una “composición” musical tradicional ni exclusiva de Carmine Coppola, pues la banda sonora resultante surgió del trabajo de diferentes artistas, en un proceso muy singular en el que el propio Francis participó activamente, razón por la cual también se le adjudica la co-autoría de casi todos los temas.
Carmine delineaba una serie de ideas musicales que un grupo de especialistas en producción de música electrónica llevaban a la práctica, adaptándolas, que luego eran interpretadas por gente de primer nivel como la siempre recordada Shirley Walker, los también compositores Michael Boddicker y Craig Huxley, y los teclistas de sintetizadores Don Preston, Nyle Steiner y Bernie Krause.
A este trabajo musical de base, Francis Coppola buscó adicionarle sonoridades selváticas y tribales, para lo cual contrató a un grupo de percusionistas e instrumentistas étnicos, entre ellos Jordan Amarantha y el indio Zakir Hussain.
Apocalypse Now – «The Delta» – music by Carmine & Francis Coppola


Apocalypse Now – «Orange Light» – music by Carmine & Francis Coppola
El producto terminado resultó una partitura electrónica absolutamente efectiva, que se centra en exacerbar esa atmósfera opresiva que destila la película, más que en generar una narrativa musical que describa dramáticamente las escenas.
La música es brumosa y contemplativa cuando se adhiere a secuencias como la de la impactante muerte de Chief (Frederic Forrest), o la del viaje por el río, que incluye unos ataques de guitarra eléctrica en manos del guitarrista Randy Hansen, que recuerdan a Jimi Hendrix, del que era fanático.
Si bien no hay música típicamente “de acción” en la partitura, en tal sentido se acerca bastante el frenético ostinato de sintetizador que define la escena en la que Willard (Martin Sheen) lee el dossier sobre Kurtz (Brando), mientras el barco PBR remonta el Nung River.
Lo interesante es que hay algunas pruebas de que la idea conceptual de la música electrónica imaginada por David Shire no fue descartada del todo por los Coppola. O por lo menos, influyó de alguna manera en el diseño de Carmine. Y si no, tómense ustedes el trabajo de escuchar y apreciar este tema de Shire y compararlo con los de Carmine Coppola.
Apocalypse Now – «Theme» – music by David Shire (rejected score)

Apocalypse Now – «Nung River» – music by Carmine & Francis Coppola
Quizás esa concepción ya estaba en la mente de Francis Coppola cuando le encargó la tarea a Shire, y así se la transmitió, y este no hizo más que partir de dicha idea para escribir la partitura que finalmente no vio la luz. Recordemos que el despido de Shire no obedeció a alguna disconformidad de Coppola respecto de su trabajo, sino a que el compositor aceptó componer Norma Rae.
De lo que no cabe duda, es que lo pergeñado musicalmente por los Coppola es una experiencia electrónica única, un ejercicio de música sintetizada, ambiental, psicodélica y, por momentos, onírica, que casa como un guante en ese viaje a la locura que fue Apocalypse Now. Un viaje musical al mismísimo corazón de las tinieblas.

Referencias:
[1] Interview de Rick Karr para NPR.org, enero 2018.
[2] Interview de Rick Karr para NPR.org, enero 2018.
[3] Interview de Rick Karr para NPR.org, enero 2018.
[4] Interview de Rick Karr para NPR.org, enero 2018.
[5] Citado en Unearthing David Shire’s Apocalypse Now, artículo de Charlie Brigden para el website medium.com, 4 de diciembre de 2017.
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