
Tras la impresionante repercusión de The Road Warrior, tanto en crítica como en taquilla, estaba claro que se vendría una nueva aventura de Mad Max. Contra todo pronóstico, que aseguraba que la música volvería a estar a cargo de Brian May, que le había dado su propio sonido a la saga, Warner decidió dejarla en manos de un compositor de mayor prestigio: Maurice Jarre.
MAD MAX BEYOND THUNDERDOME (1985)
Mad Max, más allá de la cúpula del trueno
Maurice Jarre: Brutalidad melódica con acento francés
por Eduardo J. Manola
Mad Max Beyond Thunderdome – Main Title – music by Maurice Jarre
Cuando se inició la producción de Mad Max Beyond Thunderdome, los aficionados a la música de cine no dudaban de quién sería el encargado de la banda sonora. La partitura de Mad Max 2: The Road Warrior, caótica y salvaje reflejando de manera magistral la anarquía y la locura reinantes en las carreteras del desierto post-apocalíptico de Australia, fue un elemento muy importante de la película, destacando su tratamiento musical en las secuencias de acción sublimadas en las brutales persecuciones de coches, que se hicieron célebres y fueron copiadas hasta el hartazgo. Por su parte, la edición discográfica de la banda sonora, editada por Varese Sarabande, se vendió respetablemente bien, si se tiene en cuenta que no incluía canciones pop. Todo indicaba que, naturalmente, Brian May era el candidato idóneo para el trabajo.

Sin embargo, los ejecutivos de la Warner Bros. entendieron que se necesitaba un compositor de más alto nivel, que prestigiara la producción. Así apareció, Maurice Jarre, el multipremiado compositor francés que venía de ganar su tercer y último Oscar por la banda sonora de A Passage to India (1984), aunque sería nominado tres veces más (Witness, Gorillas in the Mist, Ghost), y que no pudo rechazar una oferta tan tentadora, pues Mad Max III suponía el traspaso de la exitosa franquicia australiana directamente al mercado de los Estados Unidos.
Jarre estaba en su etapa de experimentación electrónica con sintetizadores, a la que lo había introducido su famoso hijo, el teclista Jean-Michel Jarre. Bandas sonoras inmediatamente anteriores a la de Mad Max III, como las de Firefox, El año que vivimos peligrosamente y Dreamscape, son buena muestra de ello. Con la de Pasaje a la India, había regresado a sus raíces sinfónicas al estilo Lawrence de Arabia.
En 1985, Jarre compondría además Witness para Peter Weir, La prometida, protagonizada por Sting, Enemy Mine para Wolfgang Petersen, y la miniserie francesa Por aquellos que amé (Au nom de tous les miens) con Michael York. Casi nada.


Lo que hizo para Mad Max III fue una simbiosis entre su característica y celebrada vena melódica y sinfónica, y una suerte de respeto hacia la áspera partitura que Brian May había impuesto como marca musical de la saga. El resultado fue más que satisfactorio, pues añadió a ese universo un listón más, lo subió de nivel, le dio una nueva dimensión a la historia.
La música de Jarre es más suntuosa, con más peso sinfónico y, por supuesto, melódico. Lo consigue con una compleja orquestación, mezclando la clásica instrumentación sinfónica con las sonoridades del sintetizador, casi como si se tratara de una muestra de las dos caras de Jarre: la melódica, con el exquisito motivo de los niños que toman a Max como su particular “mesías”, que arroja cierta esperanza al desolador mundo que los contiene; y la épica, que lo hizo famoso por sus partituras para David Lean, con pasajes de acción en los que, como dijimos, respeta la línea impuesta por May en las dos entregas anteriores, pero la profundiza y perfecciona, dándole su propio toque, con cortes espléndidos como el de la entrada de Max a Bartertown, la ciudad del trueque, corrupta y violenta, regenteada por Aunty Entity (una magnífica Tina Turner), de estilo marcial, metálico a ritmo de procesión, como si de la entrada a un antiguo circo romano se tratara.

Mad Max Beyond Thunderdome – Bartertown – music by Maurice Jarre

Mad Max Beyond Thunderdome – The Children – music by Maurice Jarre
También sigue a May en la música que subraya el rescate de The Master (Angelo Rositto), el escape en tren y la persecución final, secuencias a las que imprime una abrumadora energía percusiva, con predominio en la última, de una sección compuesta por seis pianos que refuerza una sucesión de incesantes golpes para resaltar la violencia y el primitivismo de las acciones.
Mad Max Beyond Thunderdome – Pianos Overdubs for The Big Chase – music by Maurice Jarre

Mad Max Beyond Thunderdome – The Big Chase – music by Maurice Jarre
Cabe destacar, en defensa del bueno de May, que quizás este no haya podido dar rienda suelta a todo su talento pues su música, por razones presupuestarias, fue interpretada por orquestas modestas en su formación, mientras que Jarre tuvo a su disposición un presupuesto mucho más holgado. Si bien en un principio la producción había pensado contratar músicos australianos para formar la orquesta, pronto se descartó la idea, pues los mejores en ejecutar instrumentos de cuerda estaban en Sidney, mientras que los mejores de la sección de bronces y metales se hallaban en Melbourne, lo que hacía que los costos de transporte para reunir a todos esos músicos desde dos localizaciones diferentes y alejadas resultaran un despropósito. Miller decidió entonces que las sesiones de grabación de la banda sonora se realizaran en Inglaterra, en los CIT Studios de Wembley, y por casi el mismo presupuesto Jarre pudo contar con la prestigiosa Royal Philharmonic Orchestra, ensamble con el que había trabajado en otras ocasiones y conocía muy bien.

El actor en la sombra: Frank Thring, el inolvidable Herodes de Rey de Reyes (1961) aparece como The Collector en Mad Max Beyond Thunderdome


Mad Max Beyond Thunderdome – Thunderdome – music by Maurice Jarre
Además, también se sumó al gran Christopher Palmer como orquestador y asistente de Jarre, compartiendo con este, además, la autoría de la instrumentación de la partitura, limitando el uso del sintetizador al que el francés se estaba rindiendo en demasía, y reemplazándolo en ciertos pasajes, con gran acierto, por el ondes martenot, habitual también en la obra de Jarre.
El compositor galo se tomó muy en serio el trabajo. Siendo uno de los pioneros en la utilización de auténtica música étnica en algunas de sus obras, investigó la música autóctona de Australia y las tierras circundantes, y estudió las grabaciones australianas de la música aborigen del Arnhem Land, el black rock de la banda aborigen Warumpi Band, la música de rock de Midnight Oil y la chimbú music de Nueva Guinea.
Así, Jarre y Palmer recurrieron al uso del didyeridú (didgeridoo en su identificación en inglés), el instrumento de viento típico de los aborígenes australianos, como una forma de plasmar los sonidos del desierto, con su carga de desamparo y soledad que agobian al personaje central, un Max más antihéroe que nunca, para quien Jarre destina, como una gran innovación musical respecto de la propuesta por Brian May en las dos anteriores películas, un leitmotiv melódico, a la vieja usanza, que tendrá trazos épicos pero muy contenidos, en un claro intento por “humanizar” al personaje.
Mad Max Beyond Thunderdome – Boarding the Train – music by Maurice Jarre

Jarre y Palmer se permiten también incorporar un toque jazzístico, a través de breves pasajes protagonizados por un lánguido saxo, en la secuencia de la guarida de Auntie Entity (Tina Turner), la siniestra regente de Bartertown (Truequelandia) la ciudad que depende de la energía obtenida por The Master desde los excrementos porcinos. Jarre también hace un exquisito uso del saxo al acompañar la presentación de Bartertown a través de la caminata de Max, con una orquestación que destaca el lado grotesco y bizarro de ese universo en descomposición, insertando inclusive sonoridades rockeras que introducen cierta ironía y humor a ese submundo que genera la electricidad a partir de las heces de los cerdos.
Mad Max Beyond Thunderdome – Tragic Sax – music by Maurice Jarre

Sin renunciar a su estilo inconfundible y consolidado tras décadas de éxitos y obras maestras, Maurice Jarre incorpora con maestría la melodía a una saga que tenía en la violencia y la brutalidad sus bazas más visceralmente constituidas. Sin perjuicio de las airadas quejas que había interpuesto el mismísimo gobierno australiano cuando se supo del reemplazo de su compatriota Brian May, el cambio de compositor puede leerse como un acierto. Por supuesto, la cuestión se abre a polémica, pero nadie podrá desconocer la calidad de este trabajo del eterno maestro galo.
Mad Max Beyond Thunderdome – Epilogue – music by Maurice Jarre

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